Número: 087/100.
Título: Suave silencio [10/10].
Fandom: Tiger & Bunny.
Claim: Keith Goodman/Cis.
Extensión: 537 palabras.
Advertencias: Post-series.
Notas: Para la Tabla XV Pablo Neruda de
l_tableaux Como si hubieras muerto.
Todavía no logra superar esa sensación de nerviosismo en el estómago, como si tuviese un hueco dentro, profundo, sin fondo. Aún así, sonríe y recuerda respirar profundo antes de voltearse a mirarla, para comprobar si es verdad, si es cierto su semblante en la oscuridad de la noche, tocado por los rayos de la luna que lo tiñen de un tono azulado. Cis, en su propia habitación, en su cama, con los brazos cruzados sobre el regazo, los ojos cerrados y el cabello derramándose, como olas plateadas, sobre la almohada.
Parece muerta, no respira ni se mueve. Su sistema está configurado para suspenderse a determinada hora y reiniciarse a otra, a su lado, parece el cadáver de algún ser fantástico que sólo se levanta a la luz del sol para brindar magia y bendiciones, parece un cadáver y con el reina el silencio, suave silencio de la falta de su respiración, que sólo la de Keith compensa, primero rápida por su nerviosismo, después acompasada como una melodía, conforme va perdiendo la conciencia, conforme el sueño se apodera de sus párpados para continuar con la fantasía que primero experimenta en el presente y que después lo sigue (la figura de Cis) hasta lo más recóndito de su mente.
-Buenas noches -murmura y cuando su voz desaparece, puede escuchar además la respiración de John, a los automóviles surcando las calles en la lejanía y una sirena de bomberos a lo lejos. Un mundo en calma que sólo le pertenece a ellos, un mundo en calma que le recuerda a la mujer a su lado, con tanto potencial dormido y con tanto por hacer nada más abre los ojos, como un vendaval de sedas y colores rojizos.
Ella, por supuesto, no responde, ni siquiera cuando él toma su mano derecha para entrelazar sus dedos. Está dormida y pronto él debería de dormir también, pero no puede cansarse nunca de ese momento, a pesar de que se ha repetido en ocasiones, siempre sin que suceda más, siempre sin que él quiera más. Sin embargo, esta vez se detiene varios minutos extra, cuando normalmente se habría dormido con el consuelo de la sensación de su mano sobre la suya, unión y a la vez separación entre sus cuerpos. Y es que otro elemento ha llamado su atención, el brillo efímero de algún objeto en la mano izquierda de Cis, el brillo efímero que sólo la luz de la luna ha sacado a relucir tras moverla. Un anillo de compromiso que quizás nunca cumpla su propósito formal, sólo el simbólico.
-Buenas noches -repite él y se da cuenta de pronto de que ha superado la melancolía y el dolor de los meses anteriores, sabe que puede conformarse... No, más bien que es feliz sólo con eso, que pedir más no aumentaría su felicidad-. Cis.
Y hace dos años que ella está a su lado, hace dos años que la encontró durmiendo en un contenedor olvidado, como muerta, como distante. Ahora le gusta pensar que el hechizo se ha roto y la princesa vive, está cerca, como la piel que se siente casi real al tocarla, como la mejilla donde posa sus labios antes de por fin decidir descansar. Hace dos años... Y espera, jura que serán más.