De Niños y momentos Mágicos......
Como vinimos todo el viaje de vuelta escuchando a Michael Jackson cuando llegué estuve buscando vídeos en el YOUTUBE y aluciné claro con videos antiguos (BILLY JEAN, THRILLER, BEAT IT..) pero con el que más flipé es con el de STRANGER IN MOSCOW. Todo sensibilidad. Cámara lenta para mostrarte esos momentos en los que las cosas de repente adquieren la importancia justa y abres los ojos y ves el mundo y resulta maravilloso. Con la lluvia de fondo y varios personajes sintiendo todo eso que les llena y me hace llorar al verles… Naturaleza, juegos, juventud, libertad al dejarse mojar o correr pisando los charcos…
Hace años solíamos ir la familia a pasar el día al campo, a los alrededores de Madrid. Un día fuimos a la Silla de Felipe II en El Escorial. Un día nublado de Otoño, con la furgoneta de mi tío Antonio como único refugio para resguardarse de la lluvia. Mientras nuestros padres se quedaban dentro. Yo, mis hermanas, mi prima y mi primo pequeño (nosotras tendríamos ¿trece años? y ellos ¿cinco y tres? .. no sé) nos fuimos a explorar por ahí el bosque lleno de hojas caídas y humedad y encontramos un rincón perdido, un claro entre grandes árboles, con el suelo totalmente cubierto de hojas, colores otoñales y nosotros (niños) jugando. Recuerdo llevar a mi hermana pequeña de la mano a través del bosque. Lo más maravilloso y que nunca podremos olvidar, que recordaremos como uno de los momentos más mágicos de nuestra vida, ocurrió cuándo comenzó a llover. Nosotros entre los árboles, rodeándoles, sujetándonos a ellos, bailando alrededor, levantando los brazos al cielo para ver, a través de la lluvia y los destellos de luz, las grandes hojas marrones caer. Caían a nuestro alrededor, sobre nosotros mientras bailábamos y jugábamos a coger la hoja más grande de entre todas las que caían. Mojándonos, riendo, mezclando nuestras risas con el sonido de la lluvia y las pisadas sobre las hojas y los charcos…. Hace ya más de quince años de aquello y aún me emociono al recordarlo. Fue mágico, realmente mágico. Niños jugando bajo la lluvia en medio de un precioso bosque Otoñal. Quisiera tener mil momentos más como ese en mi vida.
Hace años solíamos ir la familia a pasar el día al campo, a los alrededores de Madrid. Un día fuimos a la Silla de Felipe II en El Escorial. Un día nublado de Otoño, con la furgoneta de mi tío Antonio como único refugio para resguardarse de la lluvia. Mientras nuestros padres se quedaban dentro. Yo, mis hermanas, mi prima y mi primo pequeño (nosotras tendríamos ¿trece años? y ellos ¿cinco y tres? .. no sé) nos fuimos a explorar por ahí el bosque lleno de hojas caídas y humedad y encontramos un rincón perdido, un claro entre grandes árboles, con el suelo totalmente cubierto de hojas, colores otoñales y nosotros (niños) jugando. Recuerdo llevar a mi hermana pequeña de la mano a través del bosque. Lo más maravilloso y que nunca podremos olvidar, que recordaremos como uno de los momentos más mágicos de nuestra vida, ocurrió cuándo comenzó a llover. Nosotros entre los árboles, rodeándoles, sujetándonos a ellos, bailando alrededor, levantando los brazos al cielo para ver, a través de la lluvia y los destellos de luz, las grandes hojas marrones caer. Caían a nuestro alrededor, sobre nosotros mientras bailábamos y jugábamos a coger la hoja más grande de entre todas las que caían. Mojándonos, riendo, mezclando nuestras risas con el sonido de la lluvia y las pisadas sobre las hojas y los charcos…. Hace ya más de quince años de aquello y aún me emociono al recordarlo. Fue mágico, realmente mágico. Niños jugando bajo la lluvia en medio de un precioso bosque Otoñal. Quisiera tener mil momentos más como ese en mi vida.