Soñar como siempre...

Jun 10, 2009 07:48

Todo comenzaba en la orilla de un río. Un río en la selva. Descubrían algo y comenzaron a extraerlo. Tubos y un puente. Carreteras y el mundo entero asombrado ante la expectativa de lo que el descubrimiento suponía.
Todo cambió rápidamente. Tecnología. Una nueva forma de vida. El mundo unido. Trabajo. El futuro había llegado. Ciudades enormes y limpias. Grandes edificios. Compañías espaciales... y aquellos tubos seguían extrayendo material de la orilla de aquél río el la selva.

Cambié de casa. Estaba en el ejército y dejaba el hogar familiar para vivir sola. Una niña pequeña, mi vecina, se despedía de mí. La echaría de menos.
Todos estábamos muy motivados. Muy unidos y convencidos de que teníamos poder y razón y que nuestra tecnología era lo más avanzado. Naves espaciales. Volar por el aire. Limpieza ecológica. Un mundo nuevo comparado con cómo estaban antes las cosas.

Nuestros avances nos permitieron descubrir que había vida más allá de nuestro planeta. Un mundo tan avanzado como el nuestro. Seres extraños. Vida... pero vida muy diferente a la nuestra. Nuestras investigaciones dieron un resultado aterrador. Eran peligrosos. Un mundo dedicado a la destrucción. Ellos también sabían de nuestra existencia. Nos odiaban. La relacciones llegaron a tal extremo (y todo solo por radio porque aún no habíamos desarrollado tecnología para viajar tan lejos en el espacio) que decidimos por unanimidad que había que atacarles antes de ser atacados. Demostrar nuestra superioridad. No dejarles imponer su mundo y su forma de vida.

Convencidos con nuestra superioridad, unidos en nuestras ideas, resolvimos que durante años nos dedicaríamos exclusivamente al desarrollo de la tecnología para viajar hasta allí. Fueron años de estudios y entrenamiento. Concentración. Unidad. El ejército mundial preparándose para el ataque. Conquistar otro planeta.

El día llegó. Un lanzadera especial. Trajes espaciales. Cascos. Respiración preparada para el viaje. Oxígeno con aparatos anaranjados en nuestras bocas. Nervios, miedo. Millones de personas preparadas en sus asientos. Altos mandos controlando el inminente despegue... y aquellos tubos seguían sacando material de la orilla del río.

Comenzamos a movernos para despegar. Sentados unos detrás de otros. Trajes blancos. Aparatos anaranjados en nuestras bocas. El cielo limpio y azul sobre nosotros...

Primero fue una especie de ruido. Luego nuestro corazón a mil por hora adivinando que algo terrible estaba apunto de suceder. Los altos mandos desconcertados. Expectación.

Los vimos aparecer por el cielo azul. Entre las nubes. Naves extrañas. Sabíamos que eran ellos. Gritábamos en nuestros asientos. Apenas reacciónamos. Miedo.
Atacaban por todos lados. Lo habían hecho así, justo cuando íbamos nosotros hacia allí para hacer lo mismo. Nos pillaron desprevenidos. Años de estudios para atacarles nos había hecho dejar de lado su vigilancia y así ellos mientras tanto también habían desarrollado tecnoligía para viajar hasta nosotros.

Comenzó la destrucción. Ciudades, vidas, naturaleza.
Habíamos escapado como pudimos de las naves, de nuestros asientos y los aparatos para respirar anaranjados en nuestras bocas. Confusos huimos sin saber hacia dónde. El mando roto. Millones de muertes en minutos.

Huí hacia la casa de mis padres. Escondidos en las habitaciones, en silencio. Me cambié de ropa. Un amigo entró por una ventana y mientras le buscaba ropa para cambiarse mi vecina pequeña lloraba en el jardín buscando a sus padres. Salí a por ella tapándola la boca. El enemigo estaba por todos lados y seguro que la había oído. Bajé con ella por la escaleras al sótano. Nos seguía uno de ellos. La conseguí unos zapatos. Huíamos por puertas y pasillos. Humendad y oscuridad. Conseguimos llegar a un embarcadero abandonado. Mi nave "marina" aún funcionaba. Conseguimos salir. El mar ante nosotros. Ahí vimos más como nosotros....

Unos días después comenzaba el ataque de la resistencia. Habíamos conseguido unir nuestras fuerzas en puertos lejanos y profundidades marinas.
Nuestro planeta conquistado comenzaba a ser de nuevo nuestro..

chorrada del día, sueños

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