Dec 13, 2013 14:47
Sentado en una mesa en la galería con vista al pueblo, Guyana le relataba a Haití el motivo de su visita. Algo personal, algo un poco loco.
-¿Quieres verte mayor?
Las palabras de un perplejo René reflejaron su pedido. Aaron asintió.
René desvió la mirada, luciendo inseguro, cruzándose de brazos.
-No sé, esto de usar vudú con países nunca sale bien.
-Sólo queremos saber…
-¿Queremos? -le interrumpió René-. ¿Tú y quien más?
-Jaiden.
-Jaiden…um… -René no pudo ocultar que no recordaba quien era. Anda, que lo tenía en la punta de la lengua…
-¿Surinam?
-¡Eso! -exclamó-. Cómo sea, eso de hacer vudú a países es problemático. Y no lo hago desde la guerra de la restauración. Y para notas futuras, España y la fiebre amarilla no se mezclan.
René sonrió de una forma que hizo a Aarón temblar. De pronto salir corriendo de Haití era la mejor idea que se le había ocurrido en la vida. Pero no, debía resistir eso o perdería su objetivo.
-Por favor -insistió-Es solo que…queremos saber que se siente. Ya sabes, ser grande.
-No es la gran diferencia para nosotros, créeme -replicó René, aludiendo a su condición de países.
-Si lo es para nosotros -contestó Aarón-. Es difícil que te tomen en serio cuando eres pequeño.
-Si te molesta tanto ser pequeño, podrías invadir a tus vecinos -contestó René a modo de broma-. ¿Qué tal María? Si mal no recuerdo, estás mal con ella, ¿no?
Y por primera vez, Aarón frunció el seño.
-¿Por qué la mencionas? ¿Qué tiene ella que ver? -cuestionó, sonando calmado, pero molesto.
-Woa, perdón, era una broma-habló René, echándose hacia atrás en su asiento.
-Por favor, sé que puedes hacerlo , necesito que lo hagas-insistió Guyana, sonando más agresivo que nunca.
-La apariencia de un país responde a ciertas cosas, cómo el territorio, su cantidad de gente, entre otros. Digamos que puedo cambiar eso para que responda a otras cosas, como la edad mayoritaria en tu población, o tu habilidad para comer dulces todo el día. No me hago responsables de daños -dijo Haití, sonriendo-. Cosas de países.
Y así accedió René. Aunque a decir verdad, nunca estuvo demasiado opuesto a la idea. Un favor se le hace a cualquiera. Y así mismo se puede cobrar cuando el momento sea conveniente. Cosas de los países.
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El que fuese suficientemente arriesgado para pedirle a René una poción, no significaba que iba a hacer igualmente de arriesgado para probarla en la ciudad. Una llamada a Jaiden y viaje directo a su selva amazónica. Y cuando llegó, Surinam ya estaba allí, esperándolo sentado sobre una roca.
-¡¿Lo conseguiste?! ¡¿Lo conseguiste?! -preguntó repetidas veces mientras saltaba de su asiento y corría a encontrarse con el otro chico.
Aaron entró las manos en los bolsillos de sus pantalones y sacó un pequeño frasco de cada uno, lanzando uno a su amigo/a veces rival.
-Dice que las bebamos y recemos para que nos cambie en vez de que nos mate -explicó, sonriendo a medias-. Luego dijo que era un chiste, pero yo creo que no.
-¡Dame, dame! - exclamó Jaiden, sin prestar atención a las palabras de Aaron. Si lo hubiera hecho, hubiese notado ese tono nervioso con el que fueron dichas.
Aaron había esperado tener algo de compañía en su inseguridad con seguir el plan, pero al parecer estaba solo. Ni modo, era Jaiden después de todo.
Surinam destapó la botella y la alzó, llegando a pegarla a sus labios antes de apartarse rápidamente.
-Tu primero -dijo el adolescente.
Guyana le miró seriamente. Estaba entre amigos, por lo que podía decir las cosas francamente.
-Fuck no, lo hacemos juntos o no -respondió el joven-. Fue tu idea, ¿recuerdas?
Jaiden miró la botella, algo inseguro.
Aaron suspiró, destapó su botella y cerró los ojos.
Jaiden soltó un grito corto cuando Surinam empezó a beber la poción sin parar un segundo. Terminó y dejó caer la botella en el suelo.
Y entonces… y entonces nada pasó.
-Ah, sí dijo Aaron, cruzándose de brazos y suspirando-. Debes esperar a que haga efecto.
-Ah…bueno, entonces esperaré a ver tus efectos antes de tragar -habló Jaiden con tono ligero, encogiéndose de hombros y volviendo a tapar la botella.
Aaron se sentó en la hierba y se dedicó a esperar. Pero claro, era Jaiden quien estaba con él, así que esperar en silencio no era una opción.
-¿Y qué planeas hacer si funciona? -preguntó este, sentándose frente a él.
-¿Eh?
-¿No has pensado en que vas a hacer? ¡Es una oportunidad única! Hay que aprovecharla, digo yo.
-Bueno… quisiera visitar a unos amigos…manejando un auto -dijo Aaron, mirando de reojo a Jaiden-. ¿Qué tal tu?
Jaiden desvió la mirada, pero se podía ver por los lados de que estaba sonriendo de una forma francamente pervertida.
-I want to fuck, obviously.
-Sabes, a veces me sorprende lo bien que hablas el inglés vulgar. A veces.
-Quiero que me vean -fue lo que dijo Jaiden, echándose hacia atrás y dejándose caer sobre la hierba-. Y quiero ver si esos idiotas ahora nos toman en serio. Y cuando lo hagan, golpearlos en la cara.
-Admito que es un gran plan -concedió Aaron, sonriendo para sí.
Una de las cosas más irritantes de ser un países pequeños, era que casi nadie los tomaba en serio. Al parecer sus mayores olvidaban que ellos también se habían ganado el título que ostentaban bajo luchas y momentos oscuros. Tenía su cultura, su gente, su orgullo de país. Muchas veces, Aaron había deseado tener la fuerza para gritarles que no tenía nada que envidiarles.
-uh…
Jaiden notó que había algo en esa corta silaba, y se sentó sobre la hierba.
-¿Aaron? -llamó al ver al chico estar de pie, mirándolo de forma extraña.
Surinam empezó a crecer, y a crecer. Sus brazos empezaron a adquirir más grosor, al igual que sus piernas. Su pecho empezó a ensancharse, y sus pectorales empezaron marcarse en su ropa.
-¡Hot! - exclamó Jaiden emocionado, sonriendo de a oreja a orea. Pero su sonrisa se tornó en una expresión de preocupación al ver como en la cara de Aaron aparecía una mueca de dolor.
-“Oh si” -Aaron oyó la voz de René en su cabeza-. “Procura ponerte algo holgado. No querrás usar esos pantalones cuando empieces a crecer”.
Y de inmediato empezó a desvestirse, pero apenas intentó pasarse la camisa por encima de su cuerpo, la desgarró por completo.
Para Jaiden, Aaron se había vuelto una mezcla de modelo Calvin Klein con macho men. Nada exagerado, lo suficiente musculoso cómo para darle envidia a cualquier otro país que conociera.
-Super hot! -exclamó Jaiden ante la accidental muestra de hombría por parte de Aaron. Por supuesto, casi se traga la botella por la prisa con que intentó beber su contenido.
-¡Ah! -y de inmediato empezó a desvestirse, porque si la formula era temporal, no quería perder su ropa. Logró quitarse los pantalones y la remera, pero empezó a crecer cuando intentó llegar a la ropa interior.
-“¿Eh? ¿Tan pronto?” -pensó para sí mismo. No se quejaba, pero le ponía algo nervioso. Esperaba que sólo fuera la poción variando de sujeto en sujeto.
El cuerpo de Surinam empezó a cambiar. Creció, aunque su pecho no se ensanchó tanto cómo el de Aaron. Su figura se volvió más esbelta, y elegante. Su cabello negro y lacio se alargó hasta el principio de la separación de sus glúteos, los cuales se veían por encima de su ropa interior, que parecía estar a punto de reventar. Su cabellera de porte delicado contrastaba con su rostro masculino y mirada inquisitiva. Tenía lo justo de niño bonito y bandido descarado cómo para conquistar el continente.
-“Oh no, he is hot” -pensó Aaron. Pero de inmediato cambio de idea. Jaiden no era atractivo, era hermoso. ¡Y ese cabello! Era rampunzel, muy, muy masculino.
-¡Agh! ¡Me aprieta! -se quejó Jaiden, bajándose la ropa interior.
Aaron hizo cómo que se volteaba, pero tenía que mirar eso.
-“Fuck, is like a horse” -fue su pensamiento, y no podía quedar mas sorprendido. ¿Y extrañamente encantado?
Jaiden levantó la mirada y Aaron desvió la suya rápidamente, lo que causó que el primero sonriera.
-¿No te quitas los tuyos? Se ve que te aprietan.
Y vaya que le apretaban. Dudaba que fuera tan…dotado cómo Jaiden, pero sin duda tenía lo suficiente cómo para tener que quedarse desnudo mientras encontraba otra cosa que ponerse.
-Woa, ¡saliste más alto que yo! -exclamó Jaiden, lleno de satisfacción, corriendo a su lado y empezando a darle una vuelta para observarlo-. ¡Y más musculoso!
-Necesitamos ropa -Menciono Aaron, que ya sentía que estaba al limite de su resistencia. Fingir que no le importaba que la gente lo viera desnudo era algo latino que nunca se le había pegado bien. Sutilmente, bajó sus manos a su entrepierna.
-Un momento -dijo Jaiden, y corrió hacia unos arbustos para regresar en segundos con lo que parecían ser dos taparrabos de un rojo brillante.
-¿Dónde los conseguiste ? -pregunto Aaron cuando Jaiden le lanzaba uno.
-De mi bandera -explico este, empezando a atárselo alrededor de la cintura.
-No preguntaré mas -respondió Aaron con una media sonrisa, atándose el taparrabo.
Apenas y les cubría algo, pero era mejor que andar desnudos por ahí.
-Um, ven aquí -dijo Aaron, recogiendo una tira de su remera desgarrada-. Date la vuelta.
-¿Eh? -Jaiden sonrió, ladeando el rostro, y se fue acercando-. ¿Así tan rápido y directo? ¿Sin invitarme a cenar ni nada? Okey.
-Sólo te ataré el cabello, Jaiden -dijo Aaron en un suspiro. Y de paso, lo terminaba de chequear, porque joder, ¡que glúteos! Y esa piel era la versión humana de la porcelana.
Aaron ató los cabellos de Jaiden en una cola, y se alejó unos pasos para pensar en monjas ancianas de ochenta años.
Pero Jaiden le tomó de la mano y empezó a correr, sin ocultar su emoción. Entre risas, empezó a decir todas las cosas que quería hacer, y todas las personas por las que quería ser visto en esa forma.
Aaron, sonreía, dejándose llevar mientras que sólo deseaba una cosa: Que Jaiden nunca soltara su mano.
FIN
Y si este fin tiene algún día continuación, sería con Belize porque este trío rockea. Me nació un nuevo amor por este par ♥ De paso, Surinam habla inglés porque hay moción por elegir este como idioma nacional, y porque no me quiero jugar con el holandés(creo) y el traductor de google.
personajes frecuentes (votados),
guyana,
surinam,
!castellano,
!eventomoneditas 2013,
fanfiction