[Fanfic] Fic atrasados cual latino en reunión (I)

Oct 09, 2012 17:26

Hi gente, primero gracias por el lindo evento que nuestras admis nos ofrecieron. Yo traté y fallé, pero solo en LJ, estos fics los habia publicado en tumblr, pero me demoré así que aqui llegan alguans cosas atrasadas con más Polonia, más nosense y mas errores de html

Título: Pitié
Personajes/Parejas: Haití, Polonia, menciones de Francia
Advertencias: Menciones de muerte, enfermedad guerra, racismo de epoca, temas religiosos pero nada demasiado hard.
Opción elegida:  Para obtener la ayuda de Napoleón para liberar su Polonia, miles de soldados voluntarios irán a luchar contra la Independencia de Saint-Domingue, futuro Haití.



A veces los parientes de Benjamin Krakowski  se burlan. “Los judíos no le ponen tanto empeño al nacionalismo.”  “Y cuando le ponen es a países que existe.” Dicen eso pero a ellos también les gusta Francia, su libertad religiosa y su imperio, sus hijas hablan francés y cantan sus canciones y sus hijos tienen amigos y leen libros. Los hijos de Benjamín guardan su lengua como un secreto.

Los parientes de Stanislaw  no se  burlan nunca, los que le quedan, el joven de ojos negros mató a más de veinte rusos, los principales dirigente enviados de Peterburgo, huyó después pero mataron a sus compañeros . “Tenía que hacerlo y ahora está hecho.”

Los dos hombres tienen miedo y tienen momentos de desesperanza pero tienen sobretodo fe. Porque son de los pocos privilegiados que saben que ese chico delgado y demasiado rubio de sonrisa ancha y fe inquebrantable es Polonia. Polonia de verdad aunque Polonia no exista más.

O quizás están locos, pero hay que ser locos para morir por algo que no existe, para creer en un país sin tierra. Pero Feliks también está loco así que quizás es algo en el aire de Polonia.

“¿A dónde?” Repitió Benjamín con una cara de sorpresa.

“Saint Domingue.” Respondió Stanislaw. “Ya le oíste,  ahora explícanos que vas a hacer en la colonia peleando contra los negros levantados.”

“A ganar.” Dijo Feliks sonriéndoles, llevaba un uniforme militar y unos ojos más duros de lo que quisiera mostrar. “A distinguirme por un hecho de armas. Yo no hago nada aquí. Sin mí, ustedes pueden conspirar también pero yo aquí exiliado, como un mendigo no hago nada. Me volvería loco. Pero si voy allá y me distingo por un hecho de armas. Napoleón es poderoso. Si le ayudamos nos ayudará. Primero contra Rusia y luego Prusia.”

Los dos hombres mayores se miraron y miraron a la criatura milenaria, con un uniforme francés soñando en el suyo, el polaco con sus medallas y su pasado.

“¿Estas seguro de esto?”

Están en un salón francés de la casa de la esposa vieja de Stanislaw, están tomando vino, y Feliks está cansado de eso quiere algo más, algo enserio. Cualquier cosa. Si estuviera seguro de esto ya no estarían ahí tomando vino sino en Varsovia, en su Varsovia. Feliks respira largo.

“Claro, ¿Qué puede salir mal?”

***

Muchas cosas pueden salir mal. Casi todo. Lo peor es la fiebre amarilla, y lo peor de la enfermedad es,  después de la muerte, es el color que adquieren los cadáveres. No que Francis no le hubiera hablado de eso. Le habló de los negros y de la muerte pero el polaco aceptó igual.

“Sabré agradecerte Feliks.” Dijo detrás de su uniforme azul, de sus medallas con los ojos  profundos de quien quiere conquistar al mundo. Con que queda vencer a mis enemigos, me bastas, pensó Feliks.

Ahora ve a sus hijos morir en tierras extranjeras y casi se arrepiente. Amarillentos se vuelven sus soldados polacos antes de morir no de batallas gloriosas pero de la sangre que la fiebre les saca del cuerpo. Es horrible, tanto que le recuerda casi a la peste que le han contado que hubo en Europa y que él no sufrió. Dios había sido clemente, Dios y la Santa Madre ya no era tan clementes con Polonia últimamente. Pero culpar a Dios es fácil cuando eres tú quien tienes que hacer algo.

Es difícil igual. En el calor pesado, muy pesado para sus uniformes. Esos bosques cargan el aire de humedad, respirar es difícil y el miedo es constante. Luego están los negros que se esconden en los arboles. “Como animales.” Dice un francés y atacan en las sombras, matan en la noche y según dicen no le tienen miedo a nada. Dicen que mataron a sus patrones a todos quemándolos, a los niños sobretodo.

Dicen que son salvajes. Que apenas capturan a un blanco le cortan los pies y las manos y que se matan también entre ellos. Dicen que son vengativos y cerrados al entendimiento.

“Has visto un negro, un negro de verdad. ¿Uno con los ojos brillantes por sangre blanca?”

Preguntó un francés y  Feliks negó. Había visto negros en Francia, pero nunca realmente esos africanos de leyendas. No había estado nunca en África ni tenia colonias. Los negros le daban como los turcos algo de recelo, eran para él como hombre venidos de otro mundo y entendía que Francia los quisiera fuera del suyo.

“Son locos furiosos, y ni entre ellos se entienden. Si no vencemos los comprará España, seguro. Pero ahora quieren su tierra. Como animales. Exactamente como animales.”

Feliks aprieta los labios ante ese comentario porque cuando alguien quiere su tierra la quiere siempre irracionalmente. Esta dispuesto a cualquier locura por no morir. Por primera vez esa noche mientras los gritos de un soldado agonizante le mantienen despierto se pregunta si esos negros serán de verdad un pueblo. Si tendrán una tierra, alguien como él. Esa noche Polonia reza. Por si acaso. Pidiendo perdón.

***

No es posible. René está seguro de que no es posible pero hay algo en el aire y ese sentimiento que tiene  cuando Francis está cerca. Pero no es Francis el dueño de esa melena rubia apoyada a un árbol. Primero porque si hubiera sido francés ya le hubieran tratado de matar en vez de tenerle amarrado.

“No es francés. Inglés o alemán.” Dijo Joseph, un mulato joven comandante del pequeño grupo que había cogido en una emboscada a los compañeros de ese hombre.

“Voy a ver.” Dijo René diciéndose que no es verdad. Francia es fuerte y Napoleón ha conquistado media Europa pero ni siquiera con eso puede mandar a otro país europeo a pelear por él.

René llamó “T’est qui?” el desconocido levantó la cara y era más fina y afilada que la de Francis, blanco y rubio también con ojos verdes que brillaban con el sol de medio día. Unos ojos tristes pero casi desafiantes como que si no estuviera asustado. Como que si le tuviera pena. Le hubiera matado

“Feliks Łukasiewicz, soy Polonia y sé que tu eres Saint Domingue.”

“Haiti.”

“Haiti.” Repitió el polaco sonriendo de lado. “Siento que nos conozcamos en esta situación.”

Comentaba como que si no estuviera amarrado y como si fueran conocidos. René le mataría.

“¿Eres un país? Nunca pensé que un país luchara las guerras de otro. No sabía que Francia tuviera más esclavos que yo.” La voz del joven tenia muchas modulaciones, escondía mal su rabia y su cansancio.

“Francia es mi aliado tentativo. Para no ser esclavo justamente. Es complicado. Mucha por para ti, no entenderías.” Dijo pensando en la historia que ni él terminaba de creer. “¿Puedes soltarme ahora?”

“¿Muy complicado para un negro?” Preguntó René aun con ganas de acabar con ese rubio y mandarle sus huesos de regalo a Francis pero más intrigado. Se acordaba cuando su metrópolis le decía que no entendería.

Feliks se sorprendió pero sonrió.

“Muy complicado para una isla. Si tú hechas a los franceses tardaran en volver y los españoles no les dejaran pasar. Yo tengo tres vecinos y los tres acordaron someterme. Por eso estoy aquí, de mercenario de Francis.”

“No te va a ayudar.” Dijo Haiti riéndose, sus dientes blancos brillantes por fin seguro de eso.

“No, ahora que me capturaste, no.” Y la sonrisa de Feliks es tan triste y amarga que René no puede seguir mostrando la suya.

***

Feliks es el europeo más extraño René que conoce. No los trata como si fuera su amo, sonríe mucho y se peina y limpia su uniforme demasiado, pero no le importa sostener la cabeza de sus hombres mientras vomitan su vida en el suelo mientras bromea en una legua diferente de todas las que ha oído. Y reza, sobretodo reza. Se hinca en cualquier rincón, con sus hombre o solo y aprieta en sus manos la reproducción de la imagen de una virgen.

Es una virgen negra.

A Haiti le gustaría preguntarle a Feliks porque pero no se acuerda nunca. Hay mucho que hacer y el prisionero y los polacos tratan de mantener bajo perfil. Los franceses, los mataron hace tiempo pero a los polcaos solo les quitaron las armas y les hacen trabajar. Si llegan a algún lugar habitado los dejaran ir.

No cambian prisioneros. No negocian.

No está jugando René está pidiendo lo que es suyo.

Feliks le trata siempre con una especie de condescendencia y amistad. Con un poco de pena “Porque eres muy joven” explicaba pero luego sonreía. Eso no está bien. René debería odiar a todos los europeos, debería dejar de pensar en Francis la compasión le hace débil. Se pregunta si Polonia es débil y si va a morir.

“No voy a morir nunca. Al menos no en mucho tiempo.” Dijo Feliks cuando le amenazó de muerte. “No eres tú quien me va a matar, no puedes, como no puede matarte Francis. Ten más fe.”

En Europa no entienden eso pero René sí, porque él está vivo y no es un país. Aun no del todo pero pronto. Queda mucho por hacer.

“¿En tu virgen?”

“Por ejemplo. O en tu gente, o en tus ídolos. Tus dioses -“

“No son dioses. Son Loas. Dios no escucha por eso no le puedes pedir nada, puedes pedirle a los loas pero ellos solo te ayudarán si puede, si quieren.”

“La virgen me oye.” Aseguró el polaco siempre con su sonrisa de lado y su estilo tranquilo, como que si todo no se estuviera destruyendo a su alrededor. “Le hablaré de ti.”

***

El ataque se oye a lo lejos. Son los franceses, tienen que irse.

Los polacos son menos pero al menos parece que los que quedan no morirán de fiebre amarilla. René sabe que Feliks no está durmiendo porque no duerme hasta tarde, se queda mirando al frente, teniendo en sus manos un cuchillo entallado en plata que solo René sabe que tiene. Otras veces se sienta con sus soldados y dice que su licor es malísimo. Que tienen que probar vodka, es de trigo, dice.

Esta noche lo encuentra solo.

“Nos vamos.”

“Los franceses.” Dice Feliks sonriéndole. Hoy, está limpiando con el cuchillo una de sus medallas. “No se quedarán aquí mucho tiempo si no encuentran a nadie.”

“Ya nos oyeron.”

“No.” Dice el polaco. “Oyeron algo. Les diremos que nos atraparon y huimos. Que caminamos hace días.”

“Me quieres ayudar.” Dijo René desconfiado.

“Francia no me va a ayudar. Ahora quiero ir a casa. A recuperar mi tierra. No tengo nada que hacer aquí.”

Haiti comprende que no puede odiar al polaco, aunque sea rubio porque no tiene esclavos y tal vez los tendría pero no es un imperio ni lo será nunca.

“No debiste haber venido.”

“Ahora lo sé.” Feliks suspira largo y luego mueve la cabeza en la oscuridad la luz de la luna muestra sus cabellos claros. “Lo siento. Pero ahora, debes irte.”

René sabe que tiene que correr pero quiere decir algo.

“Ojalá que sean derrotados tus enemigos.”

“Tambien los tuyos.”

El polaco extiende la mano pero René no la coge porque el polaco ayudó a Francis y vino a matarlos. En vez de eso habla.

“Tu virgen, ¿Por qué es negra?”

“Por el humo.”

“¿Qué?”

“El humo de las velas hicieron negra a la pintura. Antes de venir aquí no sabía que había imágenes a las que hacían negras adrede. Ten. Quédate con ella. Tengo un amigo judío que pinta iconos en París, me dará otra.”

Feliks le tendió su virgen y René la cogió, porque es un acto de fe y Haití entiende lo que es tener fe. Querer lo imposible.

El haitiano se fue. Feliks se quedó limpiando su medalla. Mandando un poco a la mierda a Rusia, Prusia, Austria y Francia ya que estamos. Se estaba muriendo por un baño y una buena comida. Pero polaca, tenía que seguir luchado y si no se pudo en las tierras salvajes habrá siempre otra vez.

***

Al polaco, no volvió a verlo en mucho tiempo, pero Haití ha oído que sufrió en varias ocasiones. Se acuerda de que sonreía entonces, cuando era su prisionero y no parecía afectado. Con el tiempo Haití también ha aprendido que sonreír es mucho mejor que hacerse mala sangre.

Aun tiene en algún al lado de otro Loa a la virgen del polaco. A veces la mira y se acuerda que hay que esperar, tener fe y que no es el único país que parece estar siempre de malas con los de arriba. Que hay que querer lo imposible.

1- Durante el reinado de Napoleón y desde 1795 Polonia virtualmente desapareció tomada por sus tres vecinos: Rusia, Prusia y Austria. Con la esperanza de obtener los favores de Napoleon para liberar Polonia, soldados polacos se ofrecieron voluntarios para luchar en la guerra de Independencia haitina. Fue un rotundo fracaso, durante el cual los polacos entendieron que estaban luchando contra otro que queria su libertad. Pocos soldados polacos se cambiaron e bando y en general los haitianos los trataban mejor que a los otros europeos. Uno de sus legados seria la Influencia de La Virgen negra de Częstochowa (no link por lj no reconoce letras polacas), como inspiracion para el Iwa haitiano Ezili Dantor.

Aquí, y acá más información

Titulo: Hay en mi tierra un río
Personajes/Parejas: Guyana (Aarón)/ India
Advertencias: Angst, y fluff creo
Opción elegida: Guyana e India tienen bastante en común, ríos, fiestas, penas.



“En mi tierra hay un rio.” Dijo la voz caliente de la colonia grande, la joya de la corona y eso les calienta un poco a los dos en esa noche londinense donde llueve a cantaros. La reina Victoria tiene que ver a sus colonias, pasa a veces, y Guyana tiene que vestirse con ropas apretadas e ir a misa, siempre. Pero está vez es diferente porque cuando llegó India estaba vestido muy parecido a Arthur,  más guapo con su pelo negro y su sonrisa. También esperando una audiencia con la reina que lo adoraba y a quien él aborrecía.

“El Ganges, no sé si has oído de él, corre de las montañas más altas hasta el mar por tierras más grandes que todas las islas de Arthur.  Es un río sagrado desde hace siglos se hablan de él en los Vedas.”

India era una tierra misteriosa, decía Arthur y le dejaba rezar a quien quisiera y le sonreía burlón preguntándole el nombre de sus dioses.  Cuando estaba solo, con él India hablaba siempre de sus hermanos pequeños y dejaba que Aarón se quedara en su cuarto y tomará el té con él cuando Arthur no les convocaba. Ahí hablaban horas.

“En  mi tierra también hay muchos ríos, son inmensos, pero no se si hace siglos se hablan de ellos.”

India tiene ojos negros y la piel muy morena pero diferente de la suya, más cobriza que negra. Hay en Guyana cada vez más indios y pensaba Aarón que venían de un país pobre, un país destruido, pero después oyéndoles y sobretodo conociendo a India descubrió que venían de una tierra mayor que la suya, una que Inglaterra adoraba, tierra de historia y de azafrán, de lino y de reinos que Queen Victoria había ganado. Una tierra inmensa. Aun así no parecía aburrido con sus historias y le incitaba a continuar. Con un movimiento de mano.

“Son ríos grandes sí, hay algunos en que se bañan animales inmensos. Crocodiles.”

India cogió uno de los pasteles que tenían entre ellos, y lo comió, aquí había tanta comida, de sus tierras, pero ellos cambarían con gusto toda esa comida por esa noche fría  pasarla en sus tierras. Luego dijo serio.

“Te sorprenderá saber que en India tenemos cocodrilos también, pero deben ser diferentes a los tuyos. Sus bocas son finas y largas. Son buenos animales. Pero no tan impresionantes como los aquellos de los que Arthur tiene abajo las pieles, los que mató él mismo.” Dijo lo último con desprecio y Guyana podía entender. No le gustaba tampoco que fuera a matar a sus animales y ponerlos en su sala.

“En mis ríos hay parecidos pero también unos más pequeños.” Mostró con las manos algo más de un metro. “Negros.”

“Eso, no hay en la mía.” Estaban como compitiendo, jugando. Era bueno poder calentarse en este frío aunque sea con palabras. “Pero en el mio. Hay peces descomunales.  Hay un pez largo como una persona. Es un pez que tiene a los pequeños en su barriga. Y tiene leche, igual a un mamífero.”

Aarón no es un niño muy juguetón pero ahora esta emocionado.

“¡En la mía también! ¡Y son rosas!”

“Muy viril.” Dice poniéndole más té a Aarón, jugando aún. ”Pero los míos son ciegos. Creo que eso le vence joven Lord Kirkland.”

Aarón le volvió a ver preocupado. “¿Enserio no ven?”

“Sí, pero nunca he visto que se choquen.”

Se quedaron otra vez en silencio y en la ventana corrían las gotas, en sus tierras también llueve pero nada les hiela los huesos.

“Sería bueno prender un fuego ¿no? Ahora, si pudiéramos.”  Dice Aarón soñador, pero bajito, por si se asoma Arthur.

“Sí.” Dice India. “Velas, y luego las ponemos en un barco en el rio. Para Diwali.”

“¿Hacen eso por Diwali?” Pregunta Aarón y se acuerda de haber visto por esa celebración algunas velas prendidas en las cabañas de los coolies.

India no dice nada porque tiene una hambruna, y escasez. Que Arthur se llevó todo. Aarón le mira y nota sus ojos tristes, India lo nota que lo nota y piensa que este niño es tan observador como su hermanito.

“Sería bonito.”

Aarón asiente, y promete para si mismo hacer algo así un día. Poner velas en un barquito y ver como se van, por el río. Caliente y familiar.

1- Guyana, recibió durante la epoca del Imperio Britanico, mucha migracion de India, como muchas otras colonias britanica. Los trabajadores indios llegaron en un sistema de casi esclavitud para remplazar a los esclavos tras la abolicion. Ahora los hindus son cerca del 35% de los Guyanases, y los guyaneses de ascendencia India (hindus y musulmanes) son más.

2- Como la selva Amazonica la Peninsula indica es una maravilla narutal, los animales mencionados son. El cocodrilo, el gharial del Ganges, El caimán negrode Guyana, el delfin ciego del Ganges y claro el delfín rosado amazonico

3- En Guyana la celebración Hindú de Diwali es conocida porque se encienden luces en barquitos que se dejan correr por los rios. Ademas de petardos y comida especial.

personajes frecuentes (votados), guyana, axis powers hetalia, !castellano, haití, !eventoamerica, fanfiction

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