Autor:
juanita_star Título: Huéspedes (2/2)
Personajes: Mencion de Cacique Pampa (Piaré), mención de Cacique Charrua (Senaqué), Mapuche -Pillán-, Pueblo Taino-Yúcahu-.
Clasificación: General.
Advertencias: Nope.
Opción elegida: #Opción 4: Stuff taina ligeramente mezclada con stuff de los invitados.
Notas: Primera parte
aquí. Lágrimas mezcladas
La fiesta de la noche anterior había sido magnifica en su propia forma. La sola diferencia de que se trataba de una fiesta taina, era suficiente para darle ese calificativo. Hacía mucho tiempo que estos se habían marchado, tanto que incluso él, solo tenía vagos recuerdos. A veces dudaba si realmente habían llegado a coexistir en el mismo espacio.
Al amanecer, la aldea donde se encontraban parecía abandonada. Si no fuese por algunos taínos que ni habían llegado a entrar al bohío para dormir, hubiese pensado que todos se habían marchado mientras dormía.
-Siempre pasa luego de una fiesta -le explico Yúcahu-. Estaránasí durante horas.
Aparentemente los taínos sentían el efecto de sus bebidas con el mismo ímpetu con que las bebían.
-¿Donde están esos dos? -preguntó entonces, mirando específicamente al bohío donde había entrado Piaré la noche anterior.
-Piaré estará igual, y Senaqué se acaba de dormir, es mejor dejarlo descansar.
-¿Se acaba de dormir? -Pillan arqueo una ceja mientras sonreía-. Debo recordar eso para conversaciones futuras.
-Ven -dijo el taíno, extendiendo su mano.
-Ah… no es que no me parezca un honor, pero ese muchacho tuyo ya abusó demasiado de mí anoche y realmente no tengo nada que dar. Espero entiendas a que me refiero.
Yúcahu rio de buena gana. Aun seguía riendo cuando le tomo de la mano y se echo a andar con el.
-¡No eso, ven, vamos a enseñarte cosas!
Pillan sintió que su cara le ardia ligeramente, pero su incomodidad no duro mucho. A diferencia de Piare, la risa de Yúcahu no había sido para reírse de el. Sencillamente era eso, risa. Algo agradable, no como ese viejo zorro.
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-Son hermosas -dijo Pillan, admirando con sinceridad el gran numero de piedrecitas que pintaban el fondo del rio. Eran azules, con tonos blancos que parecían haber sido puestos a mano. Podía creer lo que Yucahú le había dicho, que eran las lágrimas mezcladas del cielo y las nubes que habían caído a la tierra. Lagrimas de felicidad.
-No logro entenderlo -decía el taíno, caminando de regreso junto al mapuche-.¿Porque te cubres tanto?
Pillán le miró en silencio por unos segundos, pensando en la respuesta adecuada a su pregunta. En eso y en de donde había salido la pregunta en primer lugar.
-Por la misma razón que tú usas tan poca -le respondió-. Por necesidad.
El taíno no pareció comprender su respuesta, así que prosiguió.
-En el Caribe, es necesario tener poca ropa a causa del calor. Mientras que en mis tierras, nuestro clima no siempre es tan benévolo.
-Oh…nunca lo había visto de esa forma -Admitió el hombre-. Siempre pensé que no necesitaba mucha ropa.
Necesitar, no necesitar… estaban en el mismo punto, pero visto de formas diferentes.
-Pero Pillán -prosiguió Yucajú-. Estamos ahora en mi casa, ¿Por qué sigues usando tu ropa si es necesario usar la mía?
-No me sentiría muy cómodo -.dijo el mapuche. No porque tuviese algún problema con el taparrabo, sencillamente gustaba mucho de sus propias ropas.
-Pero, ¿estás sudando debajo de toda esa tela, ¿verdad? -Cuestionó el taíno, invadiendo su espacio personal-. ¡Si, estas sudando!
-No te preocupes -respondió, alejándose un poco para recuperar su espacio. Mas porque le gustaba tenerlo que porque se sintiese incomodo con la cercanía del taíno-. Estaré bien, no es tan malo.
Mentira, se estaba cocinando como la carne ensartada en un palo que se había comido la noche anterior. Pero podía soportarlo.
-Aun así…
Pillán notó que el rostro del taíno denotaba verdadera preocupación. Suspiró. Supuso que por esa vez, podía ceder. Aun así…
-No tengo nada que ponerme.
Yucajú no pareció pensarlo. Se desenrolló el cordón hecho de algodón, aflojando su taparrabo, tomándolo y ofreciéndoselo al mapuche con una sonrisa enorme.
-Oh… -Pillán miró la mano extendida que le ofrecía la prenda por unos segundos para luego agregar-: Eres demasiado amable.
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Para cuando volvieron de su caminata, Piaré obtuvo unas buenas risas a costa del cambio de vestimenta que tuvo Pillán, aunque para Senaqué, más singular era el hecho que ahora estaba usando un pequeño collar de algodón fino, con una brillante piedrecita azul que colgaba de su cuello. Aquella seria una visita para recordar.
FIN.
“Debajo tiene un mantín mas corto que el poncho, para que la lana no raspe, una faja cruzada roja y un chiripa marrón.
http://4.bp.blogspot.com/_II0DtS-hEho/S-1yc8wFAPI/AAAAAAAAABo/GTlY4uYMEH0/s400/mapuche+hombre.jpg” Los del Sur usaban más ropas que los del caribe por cuestiones del clima, nada más. Tampoco tenían vergüenza del cuerpo desnudo -creo-, pero me imagino a Pillan siendo objeto de burlas a base del cambio de vestuario y sintiendo esa incomodidad natural de quien prueba un estilo que no es el suyo.
Ah, y una de las mencionas mas recurrentes de los taínos, era su amabilidad y que eran tan atentos a sus visitas “que se arrancarían los corazones para dárnoslos”.
Larimar es una piedra encontrada solo en RD. Me pareció linda.
Headcanon: Mientras que no tengo idea de quien fue primero en las culturas sureñas, me gusta pensar que Pillán tiene las memorias más antiguas.
Anyway, reportar cualquier falla. Que seguro las hay, que puedo decir, esto es prueba y error.
¡Gracias por leer!