Hola.
Título: Cena con Quizqueia . Parte I: Los hechos.
Personajes/Parejas: Varios. Los Caribeños, Bahamas de chuugokuaruyo, OC Martinique y Guadalupe y los rubios anglosajones de América y dos sudamericanos colados. Parejas aparecen pero no son lo principal.
Clasificación: Violencia, un poco de insultos PG 13 quizas.
Advertencias: Referencias al vudú, y quizás fail representación de esas prácticas hago lo que puedo pero no soy experto. Probablemente fail caribeñidad y aun mas fail creol.
Finalmente la primera parte del último reto del evento de invierno. Queria publicar esto porque lunes empiezo clases. Esta vez el prompt es de la amazing zewod mi cómplice del crimen y es medio difícil de explicar. Pero resumiendo. :
¿Qué pasaría si por algún extraño ritual que saliómal la Isla de Hispaniola cobra vida y se convierte en un monstruo sediento de sangre?
Matthew Williams tiene las manos las muñecas apegadas a la pared, amarradas a un tubo del techo y cruzadas encima de su cabeza. Es un buen momento para recordar que él no tiene una guerra con nadie, y que él cree que si la democracia no se expande sola quien es uno para introducirla en un habita hostil. A eso te llevan la política de ser buena persona, cuando tienes el imbécil que te ha tocado de hermano.
Está en lo que él describiría como una cabaña de madera hecha con la habilidad de castor con Parkinson, sin insultar a ese noble animal. A ese lugar Jamaica lo reconocería como una senzala si estuviera consiente. Matthew se preocuparía con él si no estuviera demasiado preocupado ya en Alfred porque será un hijo de puta, pero es su hijo de puta, como dijo el gringo. Y si esos latinos le hacen algo el tendrá que ponerse a cargo de una operación militar por puro altruismo y amor al prójimo lo que juró no hacer desde Gallipoli. No es miedo, es pacifismo, muchas gracias.
Pasa por tratar de hacerse el héroe. Solo que esas situaciones llaman al heroísmo y el heroísmo hace que ese tipo de cosas pasen. El supo que todo iría mal desde que se le acercaron dos chicos haitianos jóvenes con machetes. Alexander se acercó y sin darse la vuelta el escuchó el tranquilizador chasquido de una mano experta desbloqueando la automática. No estaban en esa especie de selva aun sino en un camino secundario que parecía ser los primarios por ahí, de tierra y con vegetación a los dos lados. Ahí sintió en su espalda el circulo frio de una carabina.
- Ostie! - Insultó murmurando porque había hablado francés por horas para llegar ahí y el chip estaba en francés.
- ¿Ostie, sérieux?- Dijo el de la carabina riéndose.
- ¿René?
Luego se acuerda de que le dijo algo como “Disolé” que es como decir disculpa aunque eso no basta para cuando te apegan una tela a la nariz y te caes como bellota madura al suelo.
Pero las cosas podían estar peor ni su boca está seca ni la base de su espalda le duele porque le llevaron a levantarse hace menos de una hora. Está hasta frío, todo lo frio que puede ser un infierno tropical por el bosque en el medio del que están Lo que prueba una vez más que meterse con los latinos es algo que eternamente le dejará a su hermano. A é le va mejor con los que una vez estuvieron bajo dominio inglés, afinidad cultural tal vez o quizás le va bien aguantando imbéciles.
Incluso imbéciles como Alexander. Y pensando en él mueve la cabeza enérgicamente para despegarse los rizos de su frente y témpano sudorosos y solo logra hacer que uno le haga cosquillas en la nariz. Quizás no sea tan malo pero igual está de prisionero en una selva tropical.
Ahora solo faltaría que Alexander esté enfermo. Porque sino el está muerto. Los asesinos de focas árticos no son buenos para salir de islas embrujadas. Si al menos tuviera al oso polar…
***
Las niñas se mueven nerviosas pero alegres y solicitas para seguir cocinando mientras María más o menos supervisa y Kate, las Bahamas, está cerca de su cuarto ataque de histeria de la tarde, después de que termine de rehacerse las dos trenzas interminables que tan bonitas le quedan. Abandonando así el trabajo de cortar caña en rectangulitos que le encargaron.
- Nojoda, girl.- María lo pronuncia con la “i” latina bien marcada y nada inglesa.- Calm, vale, si no es que te vamos a matar.
- ¡Sí, pero quiero ir en mi casa! ¿Cuando acaba eso?
- Uy, no te preocupes carajita, de mañana no pasa, aunque mientras más rápido cortes la berenjena mejor.
Con la palabra berenjena Venezuela sabe que le hizo un K.O. por sobredosis de español a la gringuita caribeña y ya no va a protestar más por un rato. Kate vuelve a la berenjena que tiene que cortar muy fina para cocinarla y en los dos lados de su cara le cuelgan las trencitas que se cogió en una cola. A María le da hasta pena pero es necesario pero desde que llegó Venezuela, ella era la que tenía que mandarles a esas carajitas si quería que algo se hiciera por allí. Mucho más buenas las niñas que los jodidos de sus vecinos. Menos Trinidad, ella es normalita cuando no se hace la interesante.
Mientras tanto el calor es infernal y las ollas bullen, y bullen y el vapor, sale y salen también los olores fuertes de las cosas que aún no pueden comer. María tiene plata y no le importa dar regalos a sus amigos. Lo próximo es una cocina con extractor de olores y humo para Haití o quizás solo un extractor de olores así deja de oler a diesel esa cocina industrial que parece que René robó de un campamento de refugiados de la segunda guerra mundial.
Sin decir nada una de las gemelas que María no puede diferenciar, no es su culpa, no son ni países piensa. La cosa es que la de pelo crespo suelto le pone una mano en el hombro y Bahamas se sobresalta.
- ¿Goyaba ou malta?- Dice en algo que no es ni francés ni español ni es nada.
- Hum… Goyabe, thanks Martinique.
- Yo quiero una malta. - Dice su hermana y la chica le pega en la cabeza y le dice algo como que la coja ella. María y Kate se ríen.
Con esto sigue revisando el arroz que es algo que felizmente le sale bien a María a la que la cocina le aburre rápido. Pero María pone toda su concentración en que no se pegue porque ese arroz si tiene un propósito útil en la vida que va mas allá de ser comido en lo mismo de tiempo que uno hubiera comprado arepa en la esquina. O en este caso una bolsita de cañas cortadas o ropa vieja haitiana o lo que sea que se coma ahí. Todos están con esa emoción e impaciencia hasta el René aunque él ni se merece, el debería estar es con miedo. No de los muertos sino de los vivos que aunque no le molesta a María tomarse unos días para eso es porque ella tiene el don de olvidarse porque exactamente están reunidos. Por eso se entretiene viendo como cocinan y el ron que no puede tomar.
Ya falta poco para que dejen de estar en la cocina preparando el banquete a lo amas de cada abnegadas. María sigue mirando a ese arroz antes de darle una vuelta, nunca le ha gustado el arroz de arrocera.
***
- Si, hermano. No.¿ Como crees? es el alcohol pero igual gracias por preocuparte.- Cuba hace una sonrisa a su cómplice.- Uno a veces tiene que darle al guaro, bueno ya te llevare una botella de ron, pero de calidad, nos vemos. Yo la saludo por ti.
Vicente se queda luego mirando al celular con cara de imbécil. Al celular de Blanca gastando asi saldo en Haití.
- Tienes que apagarle imbécil, el botón rojo.
Blanca se lo quita de las manos y lo paga. Triste eso de que tu hermano no sepa manipular un celular táctil. Pero no le sorprende.
Los hombres no valen para una mierda.
Es la conclusión cliché de Puerto Rico pero es de verdad, ninguna decepcioncita amorosa maricona sino que objetivamente los hombres de su vida no van a mover un dedo para salvar la situación porque ocupados están llorando como niñitas, siendo maricas humanistas, teniendo crisis de neurosis mesiánicas y siguiendo a un loco en sus alucinaciones. Eso respectivamente Gregorio, Alfred, René y Vicente. Porque el otro, Pedro acaba de dejarse convencer de que está borracha y delirante.
- Mira, Cuba.- Le dice Cuba por sonar a la vez oficial y conciliadora, tratando de apelar a la influencia que a veces tiene sobre su hermano mayor. - Esto es como la crisis de los misiles.
- No me jodas con eso Blanca. - Eso tono paternal que ella detesta.
Al menos son hermanos, porque si algún otro la mandaba a callar ella la ya hubiera recurrido a la fuerza física para callarlo. Como Cuba ya hubiera asesinado a quien mencione esos misiles.
- ¡Te jodo si quiero! Es que es así, bro. Ahora, con Alfred encerrado y este idiota rezando o llorando o lo que sea, hasta a mi me parece una buena idea. Pero cuando todo el mundo se entere y las mil instituciones de la comunidad internacional que no te importan saquen sanciones que si te van a importar vas a ver lo idiota que es hacer todo esto. ¡Y a ti también René!
- Es por el bien común.- Responde René con su cara seria.
Blanca comprende que a estas alturas no puede hacer casi nada para evitar lo que sea que estén haciendo. De todas formas no debió haber guardado esperanzas. Cuando viene con una idea imbécil y alucinada no hay nadie como Cuba para apoyarla. De los ataques de misticismo ella ya no responde. Pensó que de eso respondía Republica Dominicana pero aparentemente su respuesta es esperar su muerte. Se pregunta porque es tan maricón que no se trata de soltar porque algo que siempre le ha movido a Gregorio con fuera inigualable ha sido el miedo. Ahí hay gato encerrado piensa Blanca.
- Oigan. Y así, solo por si me pregunta la OTAN. ¿Quiénes son los dos pobres bastards que encerraron bosque adentro?
Cuba y Haití se miraron. Haití dijo algo solo moviendo los labios pero su hermano le contestó con una sonrisa.
- Jamaica y Canadá. La patrulla de rescate, con armas y todo pero al lado de los chicos de la CIA que Alfred me manda mensualmente los dos son niñitas.
- Right. Si me preguntan en la OTAN les diré que España te maltrató de niño.
Y con eso Blanca se fue a buscar otras formas de salvar la estabilidad caribeña que no tengan que ver con cuidar a idiotas. Mientras René le sostenía la puerta a que salga.
***
Gregorio no está llorando ni rezando, quien estaba rezando hace un rato era Alfred. Lo que Gregorio está haciendo es vomitando, en el proceso de hacerlo apoya si frente al borde exterior de la taza del baño y suspira. Aún así no lamenta nada de lo que pasó anoche. Ni la tercera botella de tequila. La necesitaba. Menos mal que no mezcló y la resaca del tequila no es tan mala cuando haya terminado de tirar sus intestinos en ese wáter.
Mientras tanto la puerta del cuarto se abre. René mira el espectáculo lamentable que hace su vecino y entra al baño. Gregorio trata de incorporarse para golpearle de nuevo pero se detiene. El levantarse de golpe le mareo y además el ver el ojo ya morado de Haití se detuvo.
- Bueno, ayer ya te di tu merecido. - Y hizo lo que debía ser una sonrisa de triunfo pero con la mala cara que tenia no alcanzaba a ser nada.
René se limitó a empujarle un poco fuerte con los tres dedos de la mano al hombro. Hubiera hecho más si el morado del ojo hubiera sido de verdad de Gregorio. Lo que hizo que el dominicano se tenga que coger del lavabo para no caerse. Haciendo eso hizo explotar unos huevos de araña. Sintiendo ese liquido blanco correr de su mano Gregorio dudo entre limpiarse en la cara de René o vomitar. Necesitaba más bien lo segundo.
- Bueno, cuando acabes tenemos que hablar. - Dijo mientras Gregorio alzaba la mano para indicarle que esperara.- Pero como no sé puede hablar contigo como personas normales porque siempre haces tu mejor esfuerzo por no ser una te lo voy a decir aquí mismo. Eso que te dije que íbamos a hacer es para hoy de noche. Tú tienes que estar ahí. Y decir unas cosas.
- Muérete. Apenas pueda levantarme me largo.
René trata concentrarse pero Gregorio arrodillado delante de él diciendo esas cosas le trae recuerdos que lamenta disfrutar tanto. Una vez, René tuvo esa islas, toda la Hispaniola, cuando se liberó. Lo que le hace recordar a su lucha de liberación y los recuerdos ya no son solo agradables.
- ¿Qué miras imbécil?
- Nada. Te decía. Cuando puedas pararte anda a dormir que tienes que estar sobrio para de noche.
- Tu no me mandas y no voy a participar en tus hechizos esos si tu gente es tan supersticiosa que te linchan su no haces tus vudús ya no es mi culpa.
- Mi gente no es el problema.
Con esto Republica Dominicana se calla y se repite que las estupideces de René tienden a ser mentira mientras le viene a la mente la imagen de una especie de zombi o hombre que hablaba sin verle y sin moverlos labios con una voz gutural que salía no sabía de dónde. Y René seguía hablando.
- …las chicas, ¿Me oíste lo que te dije o ya se desconecto tu cerebro?- Preguntó eso viendo como la cabeza del dominicano queda casi metida en la taza del baño.
Como no parecía responder se acerco y le levantó la frente a ver si seguía consiente.
- Yo te voy a desconectar a ti los huevos.
Al menos estaba escuchando. Quiso soltarle pero todo el peso de la cabeza de Gregorio estaba en su mano. Hermoso, tenía que estar preparando un ritual esencial para el futuro de la humanidad y en vez de eso le tocaba sostener la frente de un borracho. Como le gusta hacer cuando pasan estas cosas maldice a Francis Bonnefoy. Al final todo empozó por su culpa. Todo empezó en Bois Caimán.