Everybody just pretend to be normal.
Me gusta mucho más ver películas por televisión que bajarlas o alquilarlas (algunos todavía alquilamos películas; a veces hasta en VHS). Es mejor saber que tengo que prestarles completa atención porque no existe el botón de retroceder, que no puedo interrumpirlas para hacer algo totalmente postergable, y que un día aburrido puede alegrarse de improvisto al encontrar una película que no esperaba ver. Me divierte que me sorprenda.
Anoche pasaron Little Miss Sunshine y me dejó con una sonrisota. Me pudo su simpleza dentro de tanta disfuncionalidad. Y amé el final porque esperaba la rutina ñoña de Abigail Breslin, seguido por lo de siempre: Que gane o pierda pero todo el mundo se emocione y el mensaje sea bla bla bla. En cambio termina resultando mega desubicada y vergonzosa, una manera poco obvia de apuntar el tema sobre ganar, perder, y ser juzgado por los demás.
Empecé odiando a la mitad de los personajes y terminé pensando que todos eran geniales.
Además me gustan los afiches.
Y no tenía ganas de avisarles que esto era un spoiler, así que espero hayan dejado de leer después del segundo párrafo.
Anoche pasaron Little Miss Sunshine y me dejó con una sonrisota. Me pudo su simpleza dentro de tanta disfuncionalidad. Y amé el final porque esperaba la rutina ñoña de Abigail Breslin, seguido por lo de siempre: Que gane o pierda pero todo el mundo se emocione y el mensaje sea bla bla bla. En cambio termina resultando mega desubicada y vergonzosa, una manera poco obvia de apuntar el tema sobre ganar, perder, y ser juzgado por los demás.
Empecé odiando a la mitad de los personajes y terminé pensando que todos eran geniales.
Además me gustan los afiches.
Y no tenía ganas de avisarles que esto era un spoiler, así que espero hayan dejado de leer después del segundo párrafo.