¿¡Para mí no hay tiempo?!
¿¡No lo hay?! ¿¡Para rezarle a Dios, perpetuarle, desear TU felicidad, sí lo hay?!
Oh vamos, dame de comer a los perros, ellos disfrutaran más mi carne.
Bendita opresión.
Cómo odio cada celula que se pudre dentro de mí...
Mis bellas...mis más bellas flores...proliferan y florecen tapando el epitafio jamás leido...jamás entendido.
Con ese idioma tan querido, deseado, mi lenguaje...
el lenguaje de mis flores.