FIC - Aquella habitación - PG - uhm no es lo que pensaba escribir, si luego puedo me saco otra cosa porque GWEN MI VIDA, pero por ahora, esto es lo que tengo :D also. angsttttt..
Por las tardes, Gaius la visita. Eso es, hasta que ya no puede hacerlo, y entonces, es ella quien se traslada hasta su habitación. Un muchacho de la cocina le acompaña con platos y bebida y ella se sienta a la mesa a esperar por el anciano.
Gwen nunca pensó en Gaius como viejo hasta ahora. Ahora, que debe levantarse con cuidado, con la ayuda del muchacho, que se ayuda en un bastón lleno de nudos (ese que nunca dijo, pero Gwen sabe, conserva desde aquel día) en bajar los escalones desde la habitación que una vez fue de Merlin, ahora que parece una pasa doblada sobre sí mismo y sus movimientos ya no le permiten ejercer como médico de la corte.
En algún momento Gwen pretendió tomara un nuevo aprendiz (Darle algo que hacer, había dicho Leon), pero era imposible pretender que el hombre aceptara a nadie más luego de haber perdido a quien había sido un hijo para él. Gwen lo entendía. Entendía de la soledad y de la perdida, entendía de las desgana y la lentitud. A veces, se preguntaba si sería igual para ella. Si la juventud no la acompañara, si el legado que había caído sobre sus manos no pesara suficiente para hacerle levantar en las mañanas, si la soledad llegara entonces a ganar la batalla, si sería así para ella. Una rutina a la espera de una muerte que no quiere llegar.
Pero Gaius sonríe para ella. Sin tristeza, sin pena, simplemente sonríe, como si el espejismo de otra vida se reflejara en su rostro. Así que Gwen se preocupa de visitarlo todos los días. No es mucho, pero es lo menos que puede hacer por la única constante de su vida. No hablan de la guerra, ni mucho menos de su final, hablan del día a día, consejo aquí, consejo allá, y muchas sonrisas cómplices y entendidas. Nunca es suficiente, pero es el único rincón que queda. A veces, a veces se pierden en recuerdos, cuando Gaius -por suerte o maldad - no consigue distinguir el presente del pasado. Hablan de Morgana, aquella niña pequeña e inquieta, y feliz. Hablan de Arthur, el molesto príncipe y el dedicado Rey, hablan de Uther (con reserva uno, con respeto el otro), y sobre todo, hablan de Merlin.
Gaius le cuenta todo aquello que el muchacho no tuvo oportunidad de contarle. Le cuenta de sus aventuras, de sus desmanes, de sus miedos, y Gwen siente que vive otra vida. Siente mirar una época desde los ojos de otro, como si aquello que compartieron y vivieron juntos no le perteneciera. Pero se alegra, se alegra de ese pequeño lazo que aún conserva, de ese espejo a un pasado que fue glorioso.
Eso es, hasta que la vida se extingue de su compañero, y la última vela se apaga en aquel rincón del castillo.
Aún así lo visita. Todas las tardes, ya sin bandeja y sin comida, y se sienta en la cama que una vez perteneció al anciano, y otra vez a su mejor amigo. Solo allí se permite llorar. En el pueblo, hablan del legado de Arthur, hablan del reino que ella termino de formar, hablan de magia, igualdad, respeto, de reinos unidos y el sueño de un rey. Pero ella ya no está tan convencida.
Poco a poco el pasado se desvanece entre sus manos y su vida deja de pertenecerle. Su padre, Morgana, Lancelot, Elyan, Arthur, Merlin y Gaius, poco a poco se han marchado y le han dejado sola. A veces, le grita a Merlin, a aquellas paredes que una vez fueron suyas, como si pudiera escucharle. Le grita por abandonarla cuando más lo necesitaba, le grita por no haberlo salvado, le grita por toda la frustración que guarda dentro. A veces, lo hace hasta que no queda nada que gritar, otras, lo hace hasta el cansancio, y se duerme contra las paredes entre llantos y palabras ahogadas.
Algunos días, despierta en su cama. Aún con su traje y con los ojos hinchados. El sol de Camelot le recibe con un nuevo día, nuevas pretensiones, nuevos retos, nuevas obligaciones, que Gwen cumplirá de rutina, bajo la mirada atenta y preocupada de Leon, y la lealtad y discreción indiscutible de Percival, quienes saben que quizás hoy no, mañana tampoco, pero no faltará día, para que vuelvan a encontrarla allí, en aquel rincón, donde se permite sentirse perdida.
Ay, dioses, mi corazón ;______; Ya lo tenía roto, pero me lo has pisoteado de una forma terrible. Si bien no shippeo a Gwen con Arthur, es uno de mis personajes favoritos y creo que es una reina increíble, además de la ÚNICA en toda la serie que se dio cuenta de que Merlin es mago por simple deducción.
No lloré, pero quiero que sepas que me trago las lágrimas y las ahogo en té, porque esto es lo que me parece que va a pasarle a Gwen y es todo terrible.
Mi pobre Gwen~~ Bueno, en mi canon personal, Merlin REGRESA a Camelot, porque no puedo verlo de otra forma~~ Pero mi niña. ha ido perdiendo a tantos y ella se ha mantenido tan arriba. :((
Me alegra que te haya gustado tho, a pesar del ANGSTTTT.
Demonios, maldita seas, me hiciste llorar. No sé para qué vengo acá, buscando un poco de consuelo, y me pongo a leer cuando arriba dice bien claro -angst-. Pobre Gwen, tan fuerte ella, tan centrada, tanto que le tocó vivir. Tanto que luchó, tan poco que pudo disfrutar... Muy triste! pero muy lindo.
Acabo de verme la finale, y que te diga Mei lo que he llorado. Y he vuelto a llorar con esto, porque es precioso. PRECIOSO. No podría quotear nada, porque es delicado y melancólico como tú (y poca gente más) sabe hacerlo. Sólo alguien que adore la serie como tú podría hacer esto. Me encanta. Así te lo digo.
♥ me alegra mucho que te haya gustado. ALL THE GWEN. Mi pequeña reina fantástica a la que han abandonado todoooos ._. Aunque estoy completamente convencida que EVENTUALLY Merlin volverá a con ella.
Por las tardes, Gaius la visita. Eso es, hasta que ya no puede hacerlo, y entonces, es ella quien se traslada hasta su habitación. Un muchacho de la cocina le acompaña con platos y bebida y ella se sienta a la mesa a esperar por el anciano.
Gwen nunca pensó en Gaius como viejo hasta ahora. Ahora, que debe levantarse con cuidado, con la ayuda del muchacho, que se ayuda en un bastón lleno de nudos (ese que nunca dijo, pero Gwen sabe, conserva desde aquel día) en bajar los escalones desde la habitación que una vez fue de Merlin, ahora que parece una pasa doblada sobre sí mismo y sus movimientos ya no le permiten ejercer como médico de la corte.
En algún momento Gwen pretendió tomara un nuevo aprendiz (Darle algo que hacer, había dicho Leon), pero era imposible pretender que el hombre aceptara a nadie más luego de haber perdido a quien había sido un hijo para él.
Gwen lo entendía. Entendía de la soledad y de la perdida, entendía de las desgana y la lentitud. A veces, se preguntaba si sería igual para ella. Si la juventud no la acompañara, si el legado que había caído sobre sus manos no pesara suficiente para hacerle levantar en las mañanas, si la soledad llegara entonces a ganar la batalla, si sería así para ella. Una rutina a la espera de una muerte que no quiere llegar.
Pero Gaius sonríe para ella. Sin tristeza, sin pena, simplemente sonríe, como si el espejismo de otra vida se reflejara en su rostro. Así que Gwen se preocupa de visitarlo todos los días. No es mucho, pero es lo menos que puede hacer por la única constante de su vida. No hablan de la guerra, ni mucho menos de su final, hablan del día a día, consejo aquí, consejo allá, y muchas sonrisas cómplices y entendidas. Nunca es suficiente, pero es el único rincón que queda. A veces, a veces se pierden en recuerdos, cuando Gaius -por suerte o maldad - no consigue distinguir el presente del pasado. Hablan de Morgana, aquella niña pequeña e inquieta, y feliz. Hablan de Arthur, el molesto príncipe y el dedicado Rey, hablan de Uther (con reserva uno, con respeto el otro), y sobre todo, hablan de Merlin.
Gaius le cuenta todo aquello que el muchacho no tuvo oportunidad de contarle. Le cuenta de sus aventuras, de sus desmanes, de sus miedos, y Gwen siente que vive otra vida. Siente mirar una época desde los ojos de otro, como si aquello que compartieron y vivieron juntos no le perteneciera. Pero se alegra, se alegra de ese pequeño lazo que aún conserva, de ese espejo a un pasado que fue glorioso.
Eso es, hasta que la vida se extingue de su compañero, y la última vela se apaga en aquel rincón del castillo.
Aún así lo visita. Todas las tardes, ya sin bandeja y sin comida, y se sienta en la cama que una vez perteneció al anciano, y otra vez a su mejor amigo. Solo allí se permite llorar. En el pueblo, hablan del legado de Arthur, hablan del reino que ella termino de formar, hablan de magia, igualdad, respeto, de reinos unidos y el sueño de un rey. Pero ella ya no está tan convencida.
Poco a poco el pasado se desvanece entre sus manos y su vida deja de pertenecerle. Su padre, Morgana, Lancelot, Elyan, Arthur, Merlin y Gaius, poco a poco se han marchado y le han dejado sola. A veces, le grita a Merlin, a aquellas paredes que una vez fueron suyas, como si pudiera escucharle. Le grita por abandonarla cuando más lo necesitaba, le grita por no haberlo salvado, le grita por toda la frustración que guarda dentro. A veces, lo hace hasta que no queda nada que gritar, otras, lo hace hasta el cansancio, y se duerme contra las paredes entre llantos y palabras ahogadas.
Algunos días, despierta en su cama. Aún con su traje y con los ojos hinchados. El sol de Camelot le recibe con un nuevo día, nuevas pretensiones, nuevos retos, nuevas obligaciones, que Gwen cumplirá de rutina, bajo la mirada atenta y preocupada de Leon, y la lealtad y discreción indiscutible de Percival, quienes saben que quizás hoy no, mañana tampoco, pero no faltará día, para que vuelvan a encontrarla allí, en aquel rincón, donde se permite sentirse perdida.
Allí donde se siente tan sola como acompañada.
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No lloré, pero quiero que sepas que me trago las lágrimas y las ahogo en té, porque esto es lo que me parece que va a pasarle a Gwen y es todo terrible.
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Me alegra que te haya gustado tho, a pesar del ANGSTTTT.
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No sé para qué vengo acá, buscando un poco de consuelo, y me pongo a leer cuando arriba dice bien claro -angst-.
Pobre Gwen, tan fuerte ella, tan centrada, tanto que le tocó vivir.
Tanto que luchó, tan poco que pudo disfrutar...
Muy triste! pero muy lindo.
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Me alegra que lo hayas disfrutado :D
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Y he vuelto a llorar con esto, porque es precioso. PRECIOSO.
No podría quotear nada, porque es delicado y melancólico como tú (y poca gente más) sabe hacerlo. Sólo alguien que adore la serie como tú podría hacer esto.
Me encanta. Así te lo digo.
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