Cuando los monstruos se liberaron de la oscuridad
Fotografía de: Terry RichardsonLady Gaga es, sin lugar a dudas, uno de los íconos de nuestro tiempo. Con su irreverente mezcla de extravagancia, ritmo y aparente fealdad, Gaga ha revolucionado la industria de la música pop. En este reportaje, Katia Rodríguez relata la visita de la madre monstruo a México.
Katia Rodríguez
La palabra monstruo tiene muchas acepciones. La mayoría indican que es algo irregular en la naturaleza o que implica fealdad. En el mundo del pop se busca todo lo contrario en los productos que van a venderse: una voz aceptable, belleza física y sensualidad pero sin caer en la vulgaridad; si se sabe tocar un instrumento, se agradece, pero no es un requisito.
Aunque estas características aplicadas a productos musicales empezaron a ser aceptadas desde 1950 -época en la que comenzó a forjarse el concepto de música pop, como un conglomerado de canciones o artistas del gusto popular-, fue hasta los noventa cuando se volvió una regla al parecer inquebrantable.
Sin embargo, el pop siempre ha tenido un punto de renovación. Criticada por su originalidad, por sus vestuarios extravagantes -que pueden llegar a ser comestibles-, Stefani Germanotta involucra no sólo la fealdad (lograda por medio de prótesis). Ella ha logrado rescatar el otro significado de monstruo: «persona que en cualquier actividad excede en mucho las cualidades y aptitudes comunes» (Real Academia Española).
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