el lenguaje amoroso, entonces, está hecho de pequeños narcisismos, de mezquindades psicológicas; carece de grandeza: o su grandeza es la de no poder alcanzar ninguna grandeza.
hoy es un día tan tan frío que sólo quiero ver bekindrewind en bucle y ni siquiera está tan bien.
no salir de casa porque mi habitación es un ecotopo y estoy perdida en la línea de entalpía de mi ábaco psicométrico.
ésta es la fase líquida de nuestra historia, basada en lágrimas y extrañas masturbaciones ladeadas mientras el vapor de agua se condensa en gotas contra la superficie fría del cristal. odio los árboles de hoja perenne del vecino porque no corresponden para nada con lo que yo deseo ver.
el sábado mi hermano salió a fumar fuera porque dentro no se puede desde que m. lo ha dejado y yo cogí mi parca verde descomunal y le seguí me senté en la otra silla de madera aunque había llovido. no llores esther, y trazó dos círculos en el aire con el dedo:
- tú eres el círculo A -dijo-. y él es el círculo B. no sé cual de los dos es más discontinuo. no podéis ser un sólo círculo simultáneo, nunca tendréis vuestro eclipse absoluto, porque no funciona así; pero qué más da: dos círculos pueden agruparse de forma relativa sin perder sentido en si mismos. eso es la teoría de conjuntos, el diagrama de Venn:
yo respondí que lo entendía, pero que hasta entonces todo había funcionado erróneamente a través de la repetición periódica sinusoidal de otros dos procesos, un par de momentos, como ir en bici:
A yo te amo y sentía que actuaba en consecuencia, por tanto mi egoísmo se centró en verme merecedora de absurdas y alargadas explicaciones-expiaciones. creo en el lenguaje solemne y pedante, en que si te amo y lo sufro así, de esta forma condicional incondicional vas a darte cuenta de que el amor debería estar por encima de. mi forma de mutilarme contra el otro, de alargar los dedos. no poder impedirme hablarte. pensarme. a través de conectar nuestras terminaciones iban a desaparecer las enfermedades porque estaríamos más cerca que nunca sin todos ellos todos los demás. no soy paciente ni entendí que debía serlo.
la locuacidad sería una especie de desdicha propiamente humana, estoy loca del lenguaje: nadie me escucha, nadie me mira, pero continuo hablándonos, girando mi manivela.
B tú ya no estás. no quieres no puedes. estás para ti mismo. se antepuso ese otro todo todo todo proceso interno y no pude hacer nada más. fue tan estúpido venir a pedir explicaciones. todo estaba allí desde siempre. con el tiempo (aunque no haya pasado) te prometo que sabré distinguir todas las veces en las que sólo intentaste protegerme; y que esperar un perdón es un absurdo dentro de algo mucho más grande y doloroso:
se trata de implosionar cien mil veces, dormir de lado, a veces no recordar. odiarme. pensar que tengo ladillas y todoslosinsectos en mi interior. a veces echarme de menos. sentir el amor en el antebrazo. no poder llegar a eso porque en tu mundo la gravedad está por encima de nueve coma ocho y tus movimientos deberían ser pausados como los de los grandes reptiles. nunca ir atrás.
a-b-a-b-a-b-a-b-a-b-a-b-a-b-a-b fue nuestro querido bucle asintótico horitontal cuando deberíamos haber sido "algún A es B".
al contrario de lo que suele pasar en los viajes de regreso, con las lágrimas contra el paisaje estático en movimiento, no pude culpar a nadie. ni siquiera a mi misma (que es lo que más me gusta hacer). es este mundo que a partir de ahora voy a odiar más que nunca quien te hizo esto, y al final tú tenías razón: todo es disfuncional, todo es abandono, ni siquiera el amor en el cero cuarenta podía habernos salvado.
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he escrito esta entrada miles de maneras distintas y borrado mil veces porqué no tengo muy claro si tiene sentido que leas esto.
nunca más voy a escribir aquí.