¡¡Feliz Amigo Invisible, AuraSly!!
PARA: aurasly
DE PARTE DE: Amigus anonimus
Titulo: Un simple detalle
Pairing/Personaje: Lucius/Severus
Resumen: Por un simple detalle como ése, una vanalidad que no importaba, el hecho absurdo de saber el nombre de una constelación.
Rating: PG-13
Disclaimer: Todos los personajes son propiedad intelectual de J.K. Rowling
Tenía que admitir que lo admiraba, sobre todo el día que llegó con ese porte elegante, el cabello rubio atado en una coleta, la vestimenta fina y esa sonrisa de superioridad.
En, envidiable, poco tiempo, se convirtió en uno de los allegados más importantes del Lord, lo que a él le costó mucho más trabajo.
Había quedado impresionado cuando les tocó la primera misión juntos, con esa capacidad que tenía Lucius de dar órdenes y que todos obedecieran al pie de la letra.
No sabía si era admiración u otra extraña sensación pero cada vez que pronunciaba Severus con esa voz silbante y ligera, todo su cuerpo temblaba.
~*~
Era muy temprano, el alba apenas comenzaba a mostrar su esplendor. Severus estaba parado frente al portón de la mansión Malfoy y observaba los jardines del frente de la casa cubiertos con espesa neblina.
El ruido sordo del portón abriéndose le hizo voltearse. Malfoy apareció vestido con una túnica verde oscuro y una capa negra.
--Lo sé, es una visión algo inhóspita --dijo Lucius dirigiendo su mirada hacia donde Severus observaba hacía unos momentos--. He estado pensando en algo más llamativo, tal vez pavos reales…
Snape sonrió. --Conociéndote, mejor algo exuberante, tal vez albinos.
Malfoy no prestó atención a la burla del recién llegado. --No es una mala idea.
--¿Vas a dejarme pasar o nos quedaremos aquí todo el día?
Lucius se dio media vuelta y entró a la mansión seguido de Severus, quien aún se preguntaba por qué Malfoy no había enviado a un elfo a abrirle.
--Dime, Severus, ¿hay alguna novedad?
Entraron en un salón pequeño donde la chimenea estaba prendida e iluminaba el cuarto que tenía como decoración tapizados cafés que combinaban con los muebles de caoba y roble. El rubio se sentó e invitó a Snape a hacer lo mismo.
--El lord se pregunta si ya conseguiste la información que te pidió sobre los aurores.
--Estoy en ello --dijo Lucius y le hizo señas a un elfo para que les sirviera un trago.
--Creo que debes apresurar el asunto, no le gustan los atrasos.
--¿Preocupado por lo que pueda pasarme? --dijo el rubio socarronamente.
Snape no contestó inmediatamente.
--Por supuesto que no, el que tú falles me conviene a mí --dijo el moreno, sin mucha seguridad, escondió las manos entre su capa, un gesto que últimamente hacía con mucha frecuencia cuando estaba Malfoy presente. Apretó los labios al ver que la sonrisa disminuía en el otro.
--Desde luego… pienso que debes quedarte a desayunar, mi madre estará encantada.
Snape suspiró internamente, no debía quedarse pero, como siempre que estaba con él, intentar una negativa era una causa perdida.
~*~
--Si fuera por ti, usaríamos dragones para atacar --se burló Lucius.
--Son poderosos y proporcionan ingredientes muy importantes para las pociones --Snape contestó muy seriamente.
Lucius volvió a reír.
--Déjame adivinar tu constelación favorita…
Severus siguió leyendo su libro de los usos para la piel de dragón sin hacerle caso. --En lugar de estar perdiendo el tiempo deberías concentrarte en el ataque de mañana.
Malfoy sonrió con arrogancia.
--Pan comido.
~*~
Quiso evitar esa mirada de desprecio que le estaba dirigiendo -la primera misión fallida, que fastidio-.
--No debiste interceptar ese ataque, hubieras llegado a tiempo para la ofensiva --dijo secamente Snape.
Malfoy torció la boca, -ni porque le había salvado la vida, el muy desagradecido-- trató de darse vuelta pero las vendas se lo impedían y sólo consiguió enredarse entre las sábanas, estaba a punto de llamar a un elfo cuando las manos de Snape lo acomodaron y colocaron bien su almohada.
--Eres un inútil, deberías conseguirte una esposa.
Contestó sin meditarlo.
--Para qué si te tengo a ti --debió haberse quedado callado, la frase consiguió una reacción inesperada que lo dejó un poco atontado, Severus se había sonrojado.
Ninguno de los dos dijo algo, el moreno salió sin despedirse.
~*~
Ahí estaba el resultado de abrir su gran boca cuando no debía.
--Ella es Narcisa, mi prometida.
Ni siquiera sabía por qué estaba molesto. Todos los demás estaban impresionados por lo encantadora que era Narcisa. Gruñó y bebió otro sorbo de su whisky. Bellatrix se burlaba de la pareja y parloteaba sobre el extenso árbol familiar de los Malfoy y el suyo propio, todos ellos sangre pura. Severus volvió a refunfuñar y salió del salón para husmear por la mansión.
Aún con tantas veces que había estado ahí no había podido conocerla toda. No llegó muy lejos, se quedó en un balcón observando la luna menguante, de un trago se bebió lo que le quedaba en su vaso.
--Ella es una excelente opción, ¿no lo crees?
Esa noche odió su voz silbante y delicada detrás de él.
--Narcisa siempre ha sido bonita, sí --contestó Snape al tiempo que Lucius se colocaba a su lado.
--Parece que no te agrada la idea, Severus.
El aludido apretó los labios. Claro que no le agradaba la idea, no sabía por qué, siempre había hablado bien con Narcisa hasta podría decirse que eran amigos.
--¿Será que estás celoso?
Severus giró tan rápido la cabeza que se mareó.
--¿Yo por qué habría de estar celoso? --dijo rápidamente y mirándolo a los ojos. Su espalda se tensó, y las manos, sin darse cuenta, ya estaban dentro de su túnica y el vaso hecho añicos en el suelo.
Lucius alzó una ceja y no pudo ocultar un gesto de molestia.
--Siempre te llevaste bien con ella y son muy cercanos.
El moreno se relajó un poco.
--Pues te equivocas --y otra vez a hablar sin pensar--, no estoy celoso de ella.
--¿Pero si estás celoso?
¿Severus se lo estaba imaginando o esa era una sonrisa de triunfo?
--No --respondió, pero la mentira no fue eficiente.
No supo cómo ni por qué pasó, perdió la noción del tiempo y sólo sentía la lengua del rubio chocando contra la suya, en un instante entendió porqué odiaba la idea de que Lucius se casara.
~*~
Ahí estaba, diciéndole todo a Dumbledore, pidiendo ayuda y volviéndose un traidor, todo por esa simple conversación.
--Narcisa está embarazada.
Las palabras de Lucius resonaron en su cabeza por varios segundos. La garganta se le secó y sólo pudo contemplar las hojas caer de los árboles.
--Esto es causa perdida -- Malfoy suspiró--. Me gustaría ofrecerle a mi hijo una salida, si no tendrá que obedecer al Lord tarde o temprano…
--Yo sí puedo.
--¿Qué?
--Yo puedo darle una salida... a todos.
Podría pensar que era un error, pero el calor del abrazo que le proporcionaba él, le nublaba el pensamiento .
Dumbledore no preguntó las razones, Severus supuso que ya las sabía, ni le pidió que jurara lealtad, tal vez sabía que ya se la había jurado a alguien más y a su hijo, su familia.
~*~
Se le hizo un nudo en la garganta al leer la nota de Narcisa:
Lucius insistió en llamarlo Draco y ya decidimos que serás el padrino, según la medimaga faltan pocos días, espero que estés presente.
--¿Cómo le llamarán al niño?
Malfoy se colocaba la túnica, en la cama las sábanas revueltas cubrían a Severus que estaba sentado y recargado en la cabecera de la cama.
--No lo sé, aún no lo hemos pensado --Lucius terminó de ver en el espejo su atuendo impecable y se dirigió a la puerta. Severus asintió.
--¿Sabías que mi constelación favorita es la del dragón?
Lucius estaba a punto de salir, giró la cabeza y sonrió.
--Lo sé.
DE PARTE DE: Amigus anonimus
Titulo: Un simple detalle
Pairing/Personaje: Lucius/Severus
Resumen: Por un simple detalle como ése, una vanalidad que no importaba, el hecho absurdo de saber el nombre de una constelación.
Rating: PG-13
Disclaimer: Todos los personajes son propiedad intelectual de J.K. Rowling
Tenía que admitir que lo admiraba, sobre todo el día que llegó con ese porte elegante, el cabello rubio atado en una coleta, la vestimenta fina y esa sonrisa de superioridad.
En, envidiable, poco tiempo, se convirtió en uno de los allegados más importantes del Lord, lo que a él le costó mucho más trabajo.
Había quedado impresionado cuando les tocó la primera misión juntos, con esa capacidad que tenía Lucius de dar órdenes y que todos obedecieran al pie de la letra.
No sabía si era admiración u otra extraña sensación pero cada vez que pronunciaba Severus con esa voz silbante y ligera, todo su cuerpo temblaba.
~*~
Era muy temprano, el alba apenas comenzaba a mostrar su esplendor. Severus estaba parado frente al portón de la mansión Malfoy y observaba los jardines del frente de la casa cubiertos con espesa neblina.
El ruido sordo del portón abriéndose le hizo voltearse. Malfoy apareció vestido con una túnica verde oscuro y una capa negra.
--Lo sé, es una visión algo inhóspita --dijo Lucius dirigiendo su mirada hacia donde Severus observaba hacía unos momentos--. He estado pensando en algo más llamativo, tal vez pavos reales…
Snape sonrió. --Conociéndote, mejor algo exuberante, tal vez albinos.
Malfoy no prestó atención a la burla del recién llegado. --No es una mala idea.
--¿Vas a dejarme pasar o nos quedaremos aquí todo el día?
Lucius se dio media vuelta y entró a la mansión seguido de Severus, quien aún se preguntaba por qué Malfoy no había enviado a un elfo a abrirle.
--Dime, Severus, ¿hay alguna novedad?
Entraron en un salón pequeño donde la chimenea estaba prendida e iluminaba el cuarto que tenía como decoración tapizados cafés que combinaban con los muebles de caoba y roble. El rubio se sentó e invitó a Snape a hacer lo mismo.
--El lord se pregunta si ya conseguiste la información que te pidió sobre los aurores.
--Estoy en ello --dijo Lucius y le hizo señas a un elfo para que les sirviera un trago.
--Creo que debes apresurar el asunto, no le gustan los atrasos.
--¿Preocupado por lo que pueda pasarme? --dijo el rubio socarronamente.
Snape no contestó inmediatamente.
--Por supuesto que no, el que tú falles me conviene a mí --dijo el moreno, sin mucha seguridad, escondió las manos entre su capa, un gesto que últimamente hacía con mucha frecuencia cuando estaba Malfoy presente. Apretó los labios al ver que la sonrisa disminuía en el otro.
--Desde luego… pienso que debes quedarte a desayunar, mi madre estará encantada.
Snape suspiró internamente, no debía quedarse pero, como siempre que estaba con él, intentar una negativa era una causa perdida.
~*~
--Si fuera por ti, usaríamos dragones para atacar --se burló Lucius.
--Son poderosos y proporcionan ingredientes muy importantes para las pociones --Snape contestó muy seriamente.
Lucius volvió a reír.
--Déjame adivinar tu constelación favorita…
Severus siguió leyendo su libro de los usos para la piel de dragón sin hacerle caso. --En lugar de estar perdiendo el tiempo deberías concentrarte en el ataque de mañana.
Malfoy sonrió con arrogancia.
--Pan comido.
~*~
Quiso evitar esa mirada de desprecio que le estaba dirigiendo -la primera misión fallida, que fastidio-.
--No debiste interceptar ese ataque, hubieras llegado a tiempo para la ofensiva --dijo secamente Snape.
Malfoy torció la boca, -ni porque le había salvado la vida, el muy desagradecido-- trató de darse vuelta pero las vendas se lo impedían y sólo consiguió enredarse entre las sábanas, estaba a punto de llamar a un elfo cuando las manos de Snape lo acomodaron y colocaron bien su almohada.
--Eres un inútil, deberías conseguirte una esposa.
Contestó sin meditarlo.
--Para qué si te tengo a ti --debió haberse quedado callado, la frase consiguió una reacción inesperada que lo dejó un poco atontado, Severus se había sonrojado.
Ninguno de los dos dijo algo, el moreno salió sin despedirse.
~*~
Ahí estaba el resultado de abrir su gran boca cuando no debía.
--Ella es Narcisa, mi prometida.
Ni siquiera sabía por qué estaba molesto. Todos los demás estaban impresionados por lo encantadora que era Narcisa. Gruñó y bebió otro sorbo de su whisky. Bellatrix se burlaba de la pareja y parloteaba sobre el extenso árbol familiar de los Malfoy y el suyo propio, todos ellos sangre pura. Severus volvió a refunfuñar y salió del salón para husmear por la mansión.
Aún con tantas veces que había estado ahí no había podido conocerla toda. No llegó muy lejos, se quedó en un balcón observando la luna menguante, de un trago se bebió lo que le quedaba en su vaso.
--Ella es una excelente opción, ¿no lo crees?
Esa noche odió su voz silbante y delicada detrás de él.
--Narcisa siempre ha sido bonita, sí --contestó Snape al tiempo que Lucius se colocaba a su lado.
--Parece que no te agrada la idea, Severus.
El aludido apretó los labios. Claro que no le agradaba la idea, no sabía por qué, siempre había hablado bien con Narcisa hasta podría decirse que eran amigos.
--¿Será que estás celoso?
Severus giró tan rápido la cabeza que se mareó.
--¿Yo por qué habría de estar celoso? --dijo rápidamente y mirándolo a los ojos. Su espalda se tensó, y las manos, sin darse cuenta, ya estaban dentro de su túnica y el vaso hecho añicos en el suelo.
Lucius alzó una ceja y no pudo ocultar un gesto de molestia.
--Siempre te llevaste bien con ella y son muy cercanos.
El moreno se relajó un poco.
--Pues te equivocas --y otra vez a hablar sin pensar--, no estoy celoso de ella.
--¿Pero si estás celoso?
¿Severus se lo estaba imaginando o esa era una sonrisa de triunfo?
--No --respondió, pero la mentira no fue eficiente.
No supo cómo ni por qué pasó, perdió la noción del tiempo y sólo sentía la lengua del rubio chocando contra la suya, en un instante entendió porqué odiaba la idea de que Lucius se casara.
~*~
Ahí estaba, diciéndole todo a Dumbledore, pidiendo ayuda y volviéndose un traidor, todo por esa simple conversación.
--Narcisa está embarazada.
Las palabras de Lucius resonaron en su cabeza por varios segundos. La garganta se le secó y sólo pudo contemplar las hojas caer de los árboles.
--Esto es causa perdida -- Malfoy suspiró--. Me gustaría ofrecerle a mi hijo una salida, si no tendrá que obedecer al Lord tarde o temprano…
--Yo sí puedo.
--¿Qué?
--Yo puedo darle una salida... a todos.
Podría pensar que era un error, pero el calor del abrazo que le proporcionaba él, le nublaba el pensamiento .
Dumbledore no preguntó las razones, Severus supuso que ya las sabía, ni le pidió que jurara lealtad, tal vez sabía que ya se la había jurado a alguien más y a su hijo, su familia.
~*~
Se le hizo un nudo en la garganta al leer la nota de Narcisa:
Lucius insistió en llamarlo Draco y ya decidimos que serás el padrino, según la medimaga faltan pocos días, espero que estés presente.
--¿Cómo le llamarán al niño?
Malfoy se colocaba la túnica, en la cama las sábanas revueltas cubrían a Severus que estaba sentado y recargado en la cabecera de la cama.
--No lo sé, aún no lo hemos pensado --Lucius terminó de ver en el espejo su atuendo impecable y se dirigió a la puerta. Severus asintió.
--¿Sabías que mi constelación favorita es la del dragón?
Lucius estaba a punto de salir, giró la cabeza y sonrió.
--Lo sé.