Sangre Incólume c. 16

Jun 07, 2012 15:41

Es una verdadera vergüenza que me reporte hasta ahorita cuando el anterior capi lo puse en navidad... plop! Espero que me sabrán disculpar. Pero ya saben, es el ti-ti xDD

OK, me pondré al corriente porque ya vamos en el capi 20; así que , en sus marcas, listas.... GO.

TITULO: Sangre Incólume.
CAPÍTULO: XVI.
PAREJA: Ron/Ginny.
ADVERTENCIAS: Incesto (yumi xD)
WORD COUNT: 2400 ~.



XVI.

Mucho había pasado en sus días de paseo familiar sin que su tormentosa relación de Weasleys aguerridos saliera a la superficie. Ginny había pecado con falta de malicia y Ron de temperamental… para variar. Pero ellos no sabían mantenerse peleados. Ni sabían, ni podían porque su familia aunque no fueran demasiado entrometidos, estaban demasiado cerca y era inevitable que notaran cuando había problemas. Por otro lado, el problema no debía ir demasiado lejos, en realidad no era grave.

Un par de días después mientras que las palabras habían ido surgiendo poco a poco entre ellos, Ginny volvió a la carga y lo abordó seriamente.

-Ron, ¿cuánto tiempo más piensas tener a ese hombre ahí? - preguntó Ginny refiriéndose a Naylor quien cumplía su turno bajo el mismo sauce.

-No sé…  hasta queee… no sé, hasta que te embaraces supongo.

-¡Eres ridículo! Pobre hombre, no es posible que lo tengas aquí habiendo cosas más importantes, sólo por un capricho tuyo.

-¿Capricho mío? Más bien por tu culpa…

-¡Aggh! ¡Nada más estás asustando a mamá!  Ayer me preguntó qué hacía ese tipo ahí.

-Pues dile que es un auror y que está vigilando la casa. No estaría mal dejar a alguien de fijo aquí. No somos muy populares, ¿sabes? Estamos en la mirada de todo el mundo gracias a la solicitud de reivindicación de casta.

La verdad era que Ginny no se enteraba mucho de lo que sucedía en el mundo acerca de su boda, pasaba la mayor parte del tiempo en casa y cuando convivía con alguien más, era Luna o el resto de su familia. Personas que los querían. Pero desconocía como se estarían tomando en el Ministerio el retraso de su embarazo o si Ron tendría que estar cargando con comentarios por parte de la gente.

Por eso, prefirió no decir nada más pues desconocía cuánta razón podría tener. Y de paso, eso le recordaba que tenían que ser más constantes o definitivamente dejar de pelear. Quizá sólo con eso fuera suficiente.

Ese mismo día, después de que Ron volviera de trabajar aprovechó para ir a ver a su madre y tranquilizarla sobre la presencia de un auror en el patio de su casa, seguramente aunque Ginny no le dijera la verdadera razón, su madre necesitaba poco para alarmarse.

Más tarde, ya entrada la noche, cuando los chicos estaban ya dentro de la cama tratando de descansar, Ron se acercó a ella y la abrazó. Seguramente era su manera de disculparse y aunque Ginny hubiera querido cantarle cuatro frescas, ya le extrañaba un poco y tenían que aprovechar lo que quedaba del mes.

Unos minutos después el chico ya no sólo la abrazaba sino que la acariciaba y buscaba penetrar bajo su ropa. Ginny no lo hizo esperar e inmediatamente se quitó el camisón presumiéndole su torso desnudo. Él se abalanzó sobre ella.

El sentimiento que los unía y los alejaba cada vez, era imposible de identificar como fraterno o conyugal; o si las combinaban todos los días una y otra vez. Pero que habían desarrollado placer carnal al estar juntos, eso era cierto. Les gustaba tener sexo juntos, el sexo como hermanos tenía grandes ventajas, la principal: la confianza. Aunque de cuando en cuando podía llegar a ser desventaja.

Después de la reconciliación oficial de sus cuerpos, Ron se había quedado encima de ella recostado en su pecho recuperándose. Había algo en el pecho de Ginny que le hacía sentir una enorme paz, que le recordaba muchísimo su infancia y las noches en las que se quedaba dormido en los brazos de su madre. Tal vez su olor, algo en Ginny lo transportaba hasta su madre, que pensándolo bien tenía cierta lógica. Ron se encontraba tremendamente relajado cuando Ginny le llamó.

-Oye Ron, tengo una idea.

-Mh.

-La próxima vez, cuando eyacules, rápido me alzas las  piernas para que se vaya más adentro, y…

-¿Más adentro? - cortó secamente su hermano mientras levantaba apenas la cabeza para verla. -No sé qué quieres decir.

-Escucha, es que una chica me contó que…

-Ah ya... No, nada de más adentro ni que cuentos. Lo que hago es suficiente para que te embaraces.

-Es que… - inició la chica pero se detuvo de pronto, su cara era de frustración.

-Es que, ¿Qué? - respondió Ron tratando de ser paciente.

-Es que…  en cuanto te mueves se me sale…

-Aah… pero, pues… así son las cosas…

A pesar de que su situación mejoraba, no había manera de olvidar la responsabilidad que los tenía juntos, y ahora que había más confianza, más juego y más libertad también llegaron las sugerencias, consejos y peticiones especiales. El tiempo apremia.

Pero aunque a ambos les había parecido un poco fuera de lugar la preocupación de Ginny, también a los dos se les había quedado en la cabeza que algo debían hacer para apresurar aquél embarazo.

Sin embargo, embarazar a Ginny no era la única preocupación de Ron. Él se encontraba sumamente confundido emocionalmente. La libido que había desarrollado por Ginny le hacía sentirse peor que cuando no la deseaba. Sus sentimientos llamaban hacia un lugar cuando llegaba al Ministerio y su cuerpo tiraba hacia otro al llegar a su casa. Al día siguiente al regresar de la oficina no quiso controlarlo, Merlín sabrá por qué, pero su deseo venía alimentado.

A llegar a casa Ron llevaba ya la idea de enrollar a Ginny en sus brazos. El chico subió directamente a la recámara y  la oportunidad parecía un regalo mágico. La saludó y se sentó en una silla mientras la chica guardaba ropa en los cajones.

-Qué tal, ¿vas a cenar? - preguntó ella sin saber que su manera de guardar la ropa en los cajones pegados al piso pusieron a Ron como una moto.

Pero el chico no quería más cena que escucharla ronronear como en la tienda de campaña. Se acercó a ella por detrás y la acarició con las manos ansiosas.

-¿Qué pasa?

-Que vengo con ganas… ¿un polvo rapidito? - le preguntó mientras ya le bajaba los deportivos hasta las rodillas.

Ginny sólo abrió grandes ojos mientras se sentía dejar el piso cuando Ron la cargó y la echó de lado sobre la cama para satisfacerse. Y aunque lo que él quería era escucharla disfrutar, fue él quien apenas entrar en ella no contuvo su deleite. Le bajó la blusa por un brazo y movió el sostén mostrando uno de sus pechos del que se prendió apenas liberado.

La chica se sentía sorprendida pero disfrutaba de cualquier manera, el sentirse deseada con esa fruición le agradaba.

Pronto el chico la giró poniéndola bocabajo y sentándose sobre sus muslos continuó con su retozo. La sentía tan estrecha y dispuesta al mismo tiempo que parecía que la sangre le corría con picante. Un momento después se acostó sobre ella chupeteándole los hombros y el cuello.

-Oh Gin… quiero follarte.

-Eso haces jeje.

-Necesito darte duro… - susurró mientras se embutía en ella profundamente.

-Ok. - musitó Ginny después de una pausa.

Entonces Ron la jaló a sostenerse en las rodillas mientras ella pegaba la cara al colchón, y tomándola de la cintura inició su acelerada carrera hasta el clímax. El golpeteo y los jadeos de Ron inundaron la habitación hasta que con un par de gemidos terminó.

-¡Apóyate! - exclamó el chico poco después mientras la levantaba echándose su cadera en un hombro.

-¡Oh! - Ginny no salía de su asombro.

-¿Cuánto tiempo tienes que estar de cabeza?

-No sé, un momentito supongo.

-¿Ni siquiera te dijeron la receta completa?

-Err… si, es un momentito. Ya, bájame.

Mientras Ron la iba bajando le mal subió de nuevo su pantalón dejándolo a medio trasero. Los dos quedaron recostados en mitad de la cama.

-Y… ¿Vas a cenar?

-Ya cené chocho.

-¡Assh que pelado eres!

-¡Qué quieres! Te vi agachada y se me quitó el hambre.

-Mmh… Oh si, hasta parece que te gusto…

-Si engordaras poquito no estarías mal.

Ginny rodó los ojos y recordó los cuerpos de Hermione y Lavender; ambas tenían cuerpo, curvas. Pero seguro que él no se había visto en un espejo… ni a Percy o George. ¡Pero si la complexión de la familia era delgada, de dónde la quería con carnes!

-Pues te tocó ruñir hueso. - respondió la chica resentida.

-No estás tan mal… no estás mal… - le repitió mientras apretaba sus pechos con las manos.

Ginny le removió las manos fingiéndose molesta y, al tratar de subirse los pantalones correctamente, se quejó.

-Ouch.

-¿Fui brusco?

-Algo. Pero al menos pides permiso.

-¿Harry no te pedía permiso? - la pregunta escapó de sus labios tan rápidamente que no supo si lo pensó o lo dijo.

Ginny cerró los ojos y trato de controlarse.

-¿Por qué no te quitas a Harry de la cabeza? ¿Cuándo te he preguntado yo si Hermione te hacía buenas mamadas o cualquier cosa de esas?

-Ok, tienes razón.

Todo parecía indicar que habían -incluso- aprendido a ser mediáticos, y que ahora lograban controlar mejor sus diferencias y molestias. Lo que habría podido ser un muy mal comentario había quedado simplemente en un intercambio de “ideas” entre ellos.

Cinco horas más tarde los chicos estaban a la carga de nuevo. Ron formaba un bulto de lo más extraño bajo las sábanas mientras Ginny se inquietaba con los sonidos que se le escapaban mientras recibía sexo oral, se escuchaba y creía que los oía el mundo entero.

Ahora estaban en la versión lenta del sexo con un largo preámbulo. Se tenían cerca, eran un matrimonio… no tenían por qué contener las ganas. Cuándo fuera, dónde fuera y las veces que quisieran.

Y así se mantuvieron los siguientes días, de retozo en retozo. Ron había desarrollado técnica para subirle la cadera al venirse y evitarse la parada de cabeza, aunque a él le seguía pareciendo una estupidez. Y de hecho a Ginny también, lo había comentado más como una idea vaga en su cabeza que porque pensara que realmente era una idea útil. Pero ahora Ron no paraba de hacerlo cada vez. No supo cómo detenerlo, en realidad daba igual.

Los días dieron la vuelta hasta el fin de semana. Y desde hacía un par de días las hormonas tenían loca a Ginny, esa mañana despertó a Ron con la mano dentro de su pantalón. El chico estaba sorprendido pero quién se queja de semejante cortesía.

Ginny tenía una manera de pajearlo que le exasperaba, lo prendía pero no le avivaba el fuego, curiosamente cuando ella estaba caliente podía ser muy tibia. Todo lo hacía lento, suavemente. Por eso rápidamente prefirió su interior y empezó a tallarse, a restregarse contra ella mientras se la comía con la boca y las manos por el cuerpo.

Ya sabía que lo que a Ginny le ponía era ese roce, el real contacto de los cuerpos. Había tardado mucho más que con Hermione o Lavender en pillarle el truco pero ya la tenía en la bolsa. No se parecía nada a ninguna de ellas. Ginny era más intensa y apasionada de lo que se pensaba, a ella no había que follarla, sino convencerle el cuerpo entero. Y aunque a él  le gustaba en ocasiones el sexo rápido y sin complicaciones,  ahora que  le había encontrado el punto flaco le daría a Ginny  su parte así como ella le permitía a él la suya.

-Si… sí… ¡MMH! - gimió la chica al venirse mientras se constreñía contra él.

Ron no podía quejarse, después de que Ginny se corría le dejaba manga ancha para hacer lo que quisiera. La llevaba a cualquier posición sin reservas, ella era tan ligera que la manipulaba a su antojo. Esa era una de las cosas que más disfrutaba Ron con ella; que, a pesar de que Hermione era siempre complaciente, con Ginny tenía otro tipo de conexión, otro tipo de confianza. Sólo a Ginny podía decirle ciertas cosas, y burlarse de ella o de sí mismo… o permitirle comentarios que de Hermione le incomodarían.

Más tarde, mientras Ginny deambulaba por la casa pasó su mirada por un calendario pegado a la pared de la cocina y reparó en la fecha. Fue rápidamente a verificar en su agenda y ahí estaba. La fecha de su periodo sea había pasado y aquel día era su primer día de retraso. Un escozor le erizó la piel. Un día de retraso no es gran cosa, pero ella había estado siendo muy exacta, anticipada incluso.

Se sintió nerviosa e inquieta. Ron se lo notó hasta la noche, pero ello no quiso decirle nada, le parecía precipitado, aunque de cualquier manera no quiso tener intimidad con él. Pero al día siguiente no pudo evadirse y ocultarlo, el pensar en su retraso la tenía asustada. ¿Embarazada? ¿De verdad? No se imaginaba con un bebé en brazos.

Cuando se lo dijo a Ron su reacción fue drásticamente distinta, el chico parecía feliz apenas de la sospecha.

-¿Pero ya estás embarazada? - preguntó emocionado.

-Te digo que sólo es un retraso. Son sólo dos días. Puede ser por estrés.

-Pero mañana vas al médico ¿no?

-No creo Ron, el médico no dirá nada hasta que no sean al menos 5 días de retraso. No me hostigues.

-Ve de todos modos, que tal que no contaste bien o que… si estás embarazada y ya se te nota.

Ginny rodó los ojos exasperada. -Ron, por Dios.

Un par de días después Ginny seguía sin novedades, sin recibir su periodo, por lo que sacó la cita en el Sanatorio.

-Me han dado la cita a las 10:30. ¿A qué hora te veo?

-¿Yo también tengo que ir? - preguntó el chico despistado. Ginny se sintió confusa.

-Bueno, n-no… en realidad no.

-Pero si puedes pásate a la oficina cuando salgas para que me cuentes.

La chica respiró profundo. Ese era su marido.

Ginny asistió a su cita completamente sola pues no quería ilusionar a nadie y que fuera una falsa alarma. Su familia estaba bastante deseosa por ese embarazo.

Pero Ron no había podido contenerse, la insinuación de Ginny a que la acompañara al Sanatorio lo había hecho pensar y sentirse culpable, por lo que terminó por decirle a Percy y este a su vez a mandarlo con un par de jalones de oreja a ir con ella. El chico llegó cuando ella salía.

El curandero y Ginny se detuvieron ante él. El hombre le extendió la mano con una sonrisa.

-Enhorabuena.

N/A: Gracias a los que siguen la historia ojalá me puedan regalar una opinion besos!.

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