Insight de madrugada
No entraré mucho en detalles sobre cómo es que llegué a este punto. Sólo contextualizaré un poco.
Llevo varios días sintiéndome bastante confundida y deprimida; al grado que incluso cosas sencillas las complicaba, y cosas de las que estaba segura me causaban incertidumbre. Y creo que todo comenzó la noche que fui a escuchar un tributo a Pink Floyd en un bar.
Ahora, para aquellos que no lo sepan, amo Pink Floyd; y la persona que me lo presentó fue mi padre, por lo que cada que escucho ciertas canciones de esa banda me vienen recuerdos en los que las cosas no estaban tan pinches jodidas, estando en el asiento de copiloto con mi padre, escuchando a la banda, cantando a todo volumen, y observando cómo mi papá se emocionaba al escuchar la batería, y la imitaba con los dedos como baquetas y el volante como toms y/o platillos.
Good 'ol days en los que parecía que tanto mi padre como yo nos agradaba la idea de seguir vivos.
En fin. Como tal vez se habrán dado cuenta aquellos que leen las pendejadas que escribo si es que existe tal persona no tengo precisamente la mejor de las relaciones con mi padre. Por varios meses creía que eso se debía a mi necesidad rígida de que él me quisiera como yo quería que lo hiciera. Sin embargo hoy me he dado cuenta que hay algo más allá.
Antes me enojaba con él, le hacía notar que estaba emputada, y luego me sentía mal por incomodarle. Luego me intenté resignar a que nunca me querrá como yo quiero que me quiera, así que cambié el enojo por tristeza. No era la mejor de las opciones, pero la consideraba mejor al no incomodarle a él y sólo incomodarme a mi misma. Pero hoy, gracias a cierto empujón, me di cuenta que no es sólo enojo o tristeza lo que siento. Es culpa.
Yup. Culpa.
Esta es la parte en la que comienzo a escribir valiéndome verga si alguien entiende o no. Al final esto es para mi.
Me siento culpable de no haberme dado cuenta en mi adolescencia de todo lo que sucedía en casa; todo por estar en mi mundo evadiendo lo que me rodeaba. Me siento culpable por no haber sido lo suficientemente fuerte en su momento. Me siento culpable por haber permanecido al lado de mi madre. Me siento culpable por haberme dado cuenta de que me estaban usando como un objeto en contra de él y no haber hecho nada para solucionarlo. Me siento culpable por no haberle agradecido que hiciera todo lo que podía (en la medida de que mi madre o su pareja se lo permitían) por apoyarme; y me siento culpable por no haberme dado cuenta de sus esfuerzos en su momento.
Debí hacer algo para que él no sufriera. Debí hacer algo para que las cosas fueran más sencillas. Debí hacer algo con mi madre para quitarle un peso de encima. Debí haber sido más fuerte; debí plantarme frente a mi madre y frente a la situación, y debí darme cuenta de todo antes de que las cosas se salieran tanto de control.
Y todo porque estaba en mi maldito mundo evasivo.
Y lo que más me da miedo es que él no ha sido el único que me ha empujado. Yo también lo he empujado y he dañado nuestra relación. Siempre dije que era su culpa por no estar ahí cuando yo quería que lo estuviera, pero en verdad fui yo la que la cagó. He sido una verdadera víbora hija de puta.
Soy una víbora hija de puta. Al grado en el que él no ha sido el único afectado. Todas mis relaciones amorosas podrán atestiguar esto.
Lo único que me viene a la cabeza ahora (además de culpabilidad) es que me recuerdo a mi madre. Detesto que me digan que me parezco a ella, y no me había dado cuenta que no es que sea similar a ella: SOY IDÉNTICA A ELLA.
No quiero ser como ella. En verdad no quiero... No quiero ser alguien hipócrita que es odiada y repudiada por la gente que ama.
No quiero que aquellos que amo me odien. Mucho menos si es por mis pendejadas.
Tal vez por eso soy tan aprehensiva. Tal vez por eso me cuesta tanto trabajo dejar ir.
Creo que tengo mucho qué reflexionar...
Llevo varios días sintiéndome bastante confundida y deprimida; al grado que incluso cosas sencillas las complicaba, y cosas de las que estaba segura me causaban incertidumbre. Y creo que todo comenzó la noche que fui a escuchar un tributo a Pink Floyd en un bar.
Ahora, para aquellos que no lo sepan, amo Pink Floyd; y la persona que me lo presentó fue mi padre, por lo que cada que escucho ciertas canciones de esa banda me vienen recuerdos en los que las cosas no estaban tan pinches jodidas, estando en el asiento de copiloto con mi padre, escuchando a la banda, cantando a todo volumen, y observando cómo mi papá se emocionaba al escuchar la batería, y la imitaba con los dedos como baquetas y el volante como toms y/o platillos.
Good 'ol days en los que parecía que tanto mi padre como yo nos agradaba la idea de seguir vivos.
En fin. Como tal vez se habrán dado cuenta aquellos que leen las pendejadas que escribo si es que existe tal persona no tengo precisamente la mejor de las relaciones con mi padre. Por varios meses creía que eso se debía a mi necesidad rígida de que él me quisiera como yo quería que lo hiciera. Sin embargo hoy me he dado cuenta que hay algo más allá.
Antes me enojaba con él, le hacía notar que estaba emputada, y luego me sentía mal por incomodarle. Luego me intenté resignar a que nunca me querrá como yo quiero que me quiera, así que cambié el enojo por tristeza. No era la mejor de las opciones, pero la consideraba mejor al no incomodarle a él y sólo incomodarme a mi misma. Pero hoy, gracias a cierto empujón, me di cuenta que no es sólo enojo o tristeza lo que siento. Es culpa.
Yup. Culpa.
Esta es la parte en la que comienzo a escribir valiéndome verga si alguien entiende o no. Al final esto es para mi.
Me siento culpable de no haberme dado cuenta en mi adolescencia de todo lo que sucedía en casa; todo por estar en mi mundo evadiendo lo que me rodeaba. Me siento culpable por no haber sido lo suficientemente fuerte en su momento. Me siento culpable por haber permanecido al lado de mi madre. Me siento culpable por haberme dado cuenta de que me estaban usando como un objeto en contra de él y no haber hecho nada para solucionarlo. Me siento culpable por no haberle agradecido que hiciera todo lo que podía (en la medida de que mi madre o su pareja se lo permitían) por apoyarme; y me siento culpable por no haberme dado cuenta de sus esfuerzos en su momento.
Debí hacer algo para que él no sufriera. Debí hacer algo para que las cosas fueran más sencillas. Debí hacer algo con mi madre para quitarle un peso de encima. Debí haber sido más fuerte; debí plantarme frente a mi madre y frente a la situación, y debí darme cuenta de todo antes de que las cosas se salieran tanto de control.
Y todo porque estaba en mi maldito mundo evasivo.
Y lo que más me da miedo es que él no ha sido el único que me ha empujado. Yo también lo he empujado y he dañado nuestra relación. Siempre dije que era su culpa por no estar ahí cuando yo quería que lo estuviera, pero en verdad fui yo la que la cagó. He sido una verdadera víbora hija de puta.
Soy una víbora hija de puta. Al grado en el que él no ha sido el único afectado. Todas mis relaciones amorosas podrán atestiguar esto.
Lo único que me viene a la cabeza ahora (además de culpabilidad) es que me recuerdo a mi madre. Detesto que me digan que me parezco a ella, y no me había dado cuenta que no es que sea similar a ella: SOY IDÉNTICA A ELLA.
No quiero ser como ella. En verdad no quiero... No quiero ser alguien hipócrita que es odiada y repudiada por la gente que ama.
No quiero que aquellos que amo me odien. Mucho menos si es por mis pendejadas.
Tal vez por eso soy tan aprehensiva. Tal vez por eso me cuesta tanto trabajo dejar ir.
Creo que tengo mucho qué reflexionar...