Bueno, aqui esta el resto. La primera me ha quedado un tanto rarilla porque no sabía como meter la palabra...
Algo que no pudo tener
Baraja
¿Sabes lo que es?, pregunta Remus.
Él, niega con la cabeza.
Sin cartas del tarot. Los muggles creen que adivina el futuro.
¿Con cartas? ¿Cómo?, pregunta James.
Como respuesta, baraja las cartas y deja cinco sobre la mesa.
Una a una, las levanta.
Por ejemplo, esta dice que te casaras pronto.
¿En serio? ¿Cuándo?
¿Y cómo voy a saberlo, James? La otra, dice que obtendrás riqueza. La siguiente, que tendrás buena salud. Y las dos últimas, que morirás joven y será por culpa de alguien cercano a ti.
Eso ni lo pienses, Potter, dice Sirius, El que te ponga la mano encima tendrá que pasar por encima de mi cadáver.
Peter no dice nada. Se queda mirando las últimas cartas.
Beso
Cuando los ve besándose, no se lo puede creer. ¿Por qué ahora? ¿Por qué ahora que ya había albergado aquella esperanza en su corazón? Le duele. Le duele bastante, pero tiene que disimularlo. Disimular cuando James le mira y le saluda feliz.
Te presento a mi novia, dice.
La última palabra resuena varias veces en sus oídos.
La mira y me regala una pequeña sonrisa, pudiendo articular una palabra.
Felicidades.
Y se va despacio, si que ellos se fijaran en él, pues acababan de llegar Remus y Sirius. Sin que nadie se diera cuenta. Como ahora y como siempre.
Magia
La mira, y se le encoge el corazón. Esta preciosa vestida de blanco. Un pequeño velo, tapa su hermoso rostro. Anda despacio, sin ninguna prisa, mirando con un brillo en los ojos a la persona que tiene delante. James.
Al pasar por mi lado, no puedo evitar soltar un suspiro. Tan hermosa, que parecía cosa de magia.
Hoy es el día más feliz de su vida. Sin embargo, para él, es el día en que su corazón se rompe en un millón de pedazos.
Armario
A Peter le encantaba explorar. Investigar sitios nuevos. Por eso, cuando James y Lily compraron su casa, él fue encantado a verla. Se transformó en rata e investiga todos los rincones. Lo que no sabía, era lo que iba a encontrarse allí.
Después de explorar la cañería de la casa, sin saber cómo, acabó yendo a uno de los armarios, donde escucha una conversación bastante curiosa.
Lo siento, Lily, dijo Remus, No quiero que me digas nada. Sé que quieres a James, y lo acepto, pero no me podía callar esto por más tiempo.
Hubo unos minutos de silencio, hasta que ella habló.
Remus…eres mi mejor amigo .Nunca me lo había imaginado. Lo siento mucho.
No me tienes que pedir perdón. El tonto soy yo. Enamorarme de la chica de uno de mis mejores amigos…
Cuando dijo aquello, no pudo seguir escuchando. Nunca se había imaginado que Remus, tan callado, tan tímido, dijera eso. No podía. No podía permitir que se la quitaran. Ni James. Ni Remus. Ni nadie. La quería para él, y nadie se lo iba a quitar.
Azul
Azul. Todo es azul. La habitación, sus ropas, la cuna.
Se asoma a ella, y observa el rostro de aquella frágil criatura. Tan parecido a él. Sin embargo, sus ojos eran los de ella. Aquellos preciosos ojos verdes que tanto le gustaban.
Deseaba matarle. Quería matar a aquella persona que había ello que su vida fuera una miseria, pero no puede. No puede, porque es un cobarde.
Tal vez, por eso ese día va en su busca. En busca de aquella persona que le dejaría una marca en el brazo para siempre. Para que así, se sintiese un poco menos cobarde.
Traidor
Mentira. Era todo mentira. No le hare ningún daño, dijo. Solo eran sucias palabras llenas de mentira. Se arrepentía tanto.
Lloraba a la vez que andaba por la calle. Varias personas observaban al hombre que le perseguía con la varita en ristre.
Traidor, no paraba de decir, Vas a morir.
Podían haber luchado entre ellos, es cierto. Pero es un cobarde, y por eso huye. Huye dejando atrás una docena de cadáveres.