Autor:
kristysrFandom: Harry Potter
Claim: James Potter/Lily Evans
Tabla:
Ilusoria Tema: #3Manos frias
Tema: #5Perdon
Tema: #13Cuando todo falla
Tema: #18Nunca lo olvidaria
Tema: #29 Promesas
3. Manos frías
Entra despacio, intentando no hacer ruido y atraviesa la Sala para ir a su habitación. Sin embargo, cuando está a punto de pasar de largo, ve una figura dormida en un sillón. En ese momento, su corazón parece detenerse durante unos minutos. Era ella, con un libro caído entre sus piernas, seguramente al caer dormida.
El uniforme del colegio lo había sustituido por una larga camiseta que usaría como pijama, dejando ver sus largas piernas, más de lo que estaba acostumbrado. Coge el libro de entre sus manos, antes de que se le caiga, rozando sus manos heladas, lo que le hace preguntarse cuanto tiempo llevaba allí.
-Lily…-susurra.
Sus ojos se mueven inquietamente debajo de los parpados, y los abre. Casi enseguida se arrepiente de haberlo hecho. Pues acababa de desperdiciar la oportunidad de verla, aunque sea dormida, sin que lo fulminara con su mirada.
-Potter…Me he debido quedar dormida esperando a Remus. ¿Qué hora es?
-Las 5 de la mañana. Y en cuanto a lo de Remus, no vendrá hasta dentro de unos días. Se ha ido a ver a su madre.
-¿Otra vez?-pregunta.- En fin, que se le va a hacer. Por cierto, ¿Qué hacías a estas horas levantado?
-Lo siento, Lily. Es un secreto. Ahora, si me disculpas, me voy a mi habitación. Buenas noches.
-Pero…
Y le da un beso en la mejilla, haciendo que se le olvide lo que le iba a decir, y sube a su cuarto. Lily le mira mientras sube, y piensa, en la estúpida forma que tiene James de hacerla callar. Porque él nunca dejara de asombrarle.
5. Perdón
Sus voces suenan en la Sala Común, y ella baja despacio las escaleras. Y los oye hablar, y reír. Soltando algún que otro extraño comentario como ¿Viste como corría, Sirius? Un poco más y lo perdemos de vista. Menos mal que Cornamenta galopó hasta que pudo darle alcance…
Y ahora es cuando lo entiende todo. Como si un pequeño click soñara en su cabeza haciendo que todas las piezas encajaran. Lunático. Colagusano. Canuto. Cornamenta. Y le vienen a la cabeza aquellos comentarios que lleva escuchando desde cuatro curso. Vete chucho, me estas molestando. Pet, yo creía que tu comida favorita era el queso. Si tuvieras que competir contra Bambi para el puesto del ciervo más ñoño, ganarías de lleno.
-Cornamenta…-susurra.
Y es entonces cuando ellos se dan cuenta de quien les está escuchando desde las escaleras de las chicas. Cuatro pares de ojos la miran, en especial, unos ojos pardos. Y echa a correr encerrándose en su cuarto, incapaz de verle cuando le ha ocultado algo tan grande.
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Al día siguiente, James le pide perdón como nunca le había pedido a nadie. Por habérselo ocultado durante tanto tiempo. No era mi secreto. Es por Remus. Y ella entiende, porque ya sabía lo que le ocultaba su amigo. Y entonces James la quiere más todavía y le dice el secreto de sus travesuras. Tenemos un mapa que nos enseña la ubicación de todas las personas en Hogwarts. Tenemos una capa invisible. Y suelta un asombrado Vaya por cada cosa que le revela. Y también le dice un secreto que lleva guardando desde primero. Te amo. Y ella sonríe, y se pierde en sus labios.
13. Cuando todo falla
Las escobas solo están para barrer el suelo. Eso es lo que había visto desde siempre. Pero ahora, hay magia. Hay hechizos y pociones. Y escobas que vuelan. Un simple palo sosteniendo el peso de una persona. Tal vez, por eso no le gusta montar en escoba, porque todavía le parece imposible. Pero al mirarle, todo es distinto. Y ese temor que tiene se convierte en fascinación. El viento hace que su pelo se alborote más de lo normal. Le brillan los ojos cuando localiza su objetivo desde el otro lado del campo. Pero, lo que más le gusta, es que aunque esté a más de 50 metros por el suelo, sigue pendiente de ella. Y gira la cabeza de vez en cuando hasta donde está sentada, disimulando buscar la snitch. Hace algún tiempo le habría molestado ser siempre su centro de atención. Pero ya no le importa. Quizás porque le gusta demasiado su sonrisa. O tal vez, son los besos que le lanza cuando lo mira disimuladamente. Y es ahí cuando no puede evitar sonrojarse y mirar hacia otro lado, haciendo que su corazón lata con violencia. Porque, para que negarlo, estaba enamorada de aquel chico. Después de tantos años de burlas y miradas llenas de odio, ahora solo queda suspiros de una tonta enamorada. Porque cuando todas las armas que tienes caen a pique, lo más fácil, es dejarse vencer.
18. Nunca lo olvidaría
Siempre se había preguntado si seria verdad. Si seria verdad que la Amortientia tiene un olor inconfundible para cada una de las personas. Ese perfume con las cosas que más atraían a uno. Por eso, cuando llego el día de estudiar aquella poción, no pudo evitar ponerse nerviosa. Se acerca poco a poco. Y huele. Huele a lluvia, a bollos recién hechos y a Quidditch. La fragancia del Quidditch. Ese aire que se respira al sentarse en las gradas llena de nerviosismo y emoción. Su olor. Y no puede evitar sonrojarse al notar ese olor invadiéndole su nariz. Porque era como si lo tuviera a menos de un centímetro de su cuerpo.
El profesor, como todos los años, no podía evitar preguntar a sus alumnos. Y cuando llega a James, y no puede evitar estar pendiente de lo que dice.
-Y bien, señor Potter ¿Qué huele?
- Huelo a bosque. A mar. Y a Lily Evans. Huelo la colonia de Lily Evans.
Y es entonces cuando toda la clase se ríe, incluido el profesor. Pero ella no ríe, porque esta roja. Muerta de vergüenza. Y pendiente de unos ojos, que la miran en ese instante, y de una sonrisa. Sabe que nunca olvidaría ese día. Porque ese día, dos horas más tarde, un ramo de lirios estaba en la puerta de su habitación sin ninguna nota, solo un Me encanta tu perfume. Y las deja en un jarrón, y aspira el olor de desprende de ellas, haciendo que, por primera vez, no pensara de él en lo egocéntrico e idiota que era, sino en un chico que quería conquistar a su princesa.
29. Promesas
Abre el cajón y lo mira por quinta vez en lo que lleva de semana. Y suspira, deseando que este entre los dedos de ella.
-¿Porqué no selo das ya, Cornamenta? -le pregunta Sirius.
-Es demasiado pronto.- contesta.
Pero él sabe que eso no es lo que quiere decir. Lo conoce demasiado bien. Sabe que hay secretos que no le puede contar. Como que es un animago, que tiene un mapa del castillo o que Remus es un licántropo. Son demasiados secretos, y eso no sería justo. Porque un marido siempre tiene que ser sincero con su esposa. Para bien o para mal. Por eso, solo se contenta con ver el anillo y prometerse que algún día lo hará. Algún día de estos promete convencer a sus amigos de que confíen en ella. Promete ser un buen esposo sin mentiras y sin secretos. Por ahora, puede volver a guardarlo en el cajón, y esperar. Esperar que ese día llegue pronto.
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