Título: The new boss in the office
Autora:
xochgene15 (
Xochan)
Protagonista: Sho
Género: Romance.
Clasificación: M
Resumen: Lo que parecia ser un día normal en la oficia se convierte en todo un caos al saberse la noticia del cambio de jefe, ella no lo quería aceptar por lealtad a su antiguo jefe y él no sabia que en su nuevo departamento encontraría algo más que un excelente equipo de trabajo, un cruce de miradas, un primer encuentro accidentado, una fuerte atracción que los llevara al lugar en donde pertenecen...
Como saber cuando alguien es el amor de tu vida, yo creo que es una de las grandes cuestiones de la vida y en mi caso una de las más vitales. Cuando lo conocí nunca pensé en lo importante que iba a llegar a ser para mí, y sin embargo hoy en día ya no me puedo imaginar mi vida sin él, sin su compañía, su sonrisa, su voz y su abrazo, su calor, sus manías, sus berrinches. Aunque no siempre fue así…
Cuando nos conocimos todo indicaba que sería un día más, aburrido y tedioso como lo habían sido todos los de los últimos años de mi vida, por no decir que siempre había sido así, estaba por terminar mi día laboral cuando llego el director y nos informó que por cuestión internas de la empresa el que hasta ese momento había sido por cinco años mi jefe dejaría de serlo y por consiguiente tendríamos uno nuevo, la verdad es que todos nos quedamos en shock pues no teníamos ni la menor idea, sin contar que Kitamura-san era una excelente persona y buen jefe, en él siempre había encontrado el apoyo necesario y más siendo extranjera no era algo que se pudiera hallar en cualquier lugar, la noticia hizo que saltara mi sentido de lealtad y sintiera un rechazo automático hacia el nuevo jefe del cual lo único que sabíamos era su nombre: Sakurai Sho. Nos dijeron que en unos minutos llegaría para hacer su presentación más oficial.
Sobra decir que la oficina se sumió en un caos llena de comentarios y revuelo pues por una parte estaba la noticia de que Kitamura-san ya no era más nuestro jefe y las especulaciones del por qué no se hicieron esperar, pues nadie sabía nada al respecto, después comenzaron a surgir rumores de que el nuevo jefe era un ‘hijo de papi’, otros decían que era un tirano, y cosas por el estilo, en lo único que los rumores coincidían era en que era joven y muy bien parecido.
- Me choca ver como la tipas solo por saber que el nuevo jefe es ‘guapo’ ya se vuelan y se les olvida Kitamura-san -le dije molesta a mi vecina de escritorio
- Pero que te extraña Xo-chan si ya sabes que la mayoría de las mujeres de esta oficina lo único que están buscando es un marido -me dijo restándole importancia al asunto
- Lo sé peque, pero en serio me da coraje, y así podrá ser el hombre más guapo del mundo pero para mí solo será un usurpador
- ¡Ay sí! ¡Ay sí! Y a la mera hora vas a estar babeando por él -me dijo Zora que en ese momento venia llegando y solo escucho lo último- Pero si he escuchado que es muy guapo, responsable y exigente, así que a ver cómo nos va con esa combinación, por cierto Kari-chan me pidió mi hermano que te recordara que hoy tendremos la cita doble en donde me presentaran a ese enigmático galán del que tanto me hablan ustedes dos
- Si lo sé Zora, no se me olvida, como lo voy a hacer si entre tú y Jun no hablan de otra cosa -lo dice entre fastidiada y divertida
- ¡Ay que genio! Ya cásate, olvídalo en eso estas, jjajajajajaja, bueno si todo sale bien en esta cita ya tendré pareja que llevar a su boda -lo dijo emocionada
- Hablando de genios, ¿y Ale? -pregunte al caer en cuenta que hacía rato que no la veía
- Sabe, tal vez está fumando en la azotea -contesto Kari quitándole importancia al asunto
- A que gacha no me llevo, que con lo nerviosa que estoy me caería bien un cigarrito - protesto Zora
- ¿Nerviosa? ¿Por lo del nuevo jefe? -pregunto
- No menka, por mi cita de la noche
- Ya decía yo que tanta belleza no podía ser cierta -comente para mí, pues notaba que a mí era a la única que en verdad le había afectado la noticia
Pasaron uno 15 minutos cuando nos hicieron llamar a todos a la salita del café que teníamos en la oficina pues ya había llegado el nuevo ‘jefe’ y harían su presentación oficial, oía como las demás chicas comenzaban a hacer planes para prepararle una fiesta de bienvenida, en verdad que estas mujeres me daban flojera, nosotras tres nos quedamos hasta atrás para poder observar todo, en lo personal deseaba hacer mi juicio sin que me molestaran, mientras que Kari y Zora solo sentían la curiosidad normal de conocer al jefe.
- Chicas, chicas, ¿qué creen? -llego corriendo Ale
- Que ya llegaste -contesto con obviedad Zora
- Menka, aparte de eso…
- No ni idea -le dije distraída pues acababan de entrar tres hombres a la oficina
- Que, ¡ACABO DE VER AL AMOR DE MI VIDA! -tan discreta como siempre Ale dijo esto en voz alta justo cuando todo mundo guardaba silencio, llamando la atención de todos en la sala incluyendo los recién llegados
- Felicidades Ale-san, pero si no le molesta me gustaría presentarles a una persona -le dijo algo serio el presidente de la empresa
- Si señor -contesto esta algo tímida, cosa que era raro ver en ella
- Luego nos cuentas -le dijo por lo bajo Kari
- Bueno señores aquí les presento a su nuevo jefe Sakurai-san y su asistente Aiba-san
- ¡Yoroshiku onegaishimasu! -dijeron ambos al unísono acompañado de una reverencia
- A poco no es guapísimo -dijo Ale sin quitar la vista de enfrente
- No está mal, pero no le veo nada de extraordinario, no entiendo el porqué de tanto alboroto -dije quitándole importancia al asunto, pero debía reconocer que si era muy atractivo- ahora falta ver como es como jefe
- ¿Jefe? No mensa, no hablo de Sakurai-san, digo si esta mono pero nada más, me refiero a su asistente, Aiba-san -me dijo dándome un pequeño empujón que hizo que Sakurai fijara su vista en nosotras
- Compórtense por favor -nos dijo Kari entre dientes, mientras que Zora andaba en babaría para variar
Sinceramente no pude poner mucha atención a todo lo que se dijo pues desde que nuestros ojos se cruzaron quede atrapada en la mirada del que a partir de ese momento sería mi jefe, sin contar con los comentarios bobos de las chicas, solo supe y eso porque después me lo explicaron ellas, que Sakurai-san nos haría una especia de mini entrevista en privado pues deseaba conocer un poco más al personal que tendría a cargo, así que el día de mañana pintaba para ser largo, pues no sabíamos que esperar o mejor dicho que esperaba él de nosotros.
Al salir del trabajo nos separamos pues Kari vería a su prometido e iría con Zora a una cita doble con un amigo de este, por lo que Ale y yo decidimos pasar al bar de la esquina a tomarnos un trago para relajarnos un poco, al llegar al lugar ya me sabia todos los detalles de la cara del asistente del nuevo jefe, pues mi amiga no paraba de hablar de él, y yo no podía aportar mucho pues casi no lo había visto por estar más al pendiente del jefe, cosa que me chocaba pues había jurado odiarlo. Nos sentamos en una mesa del fondo para poder estar más a gusto sin que nadie molestara, cosa que no era fácil, pues nunca faltaban los tipos que creen que porque dos chicas están solas en un bar están buscando compañía, ya habíamos rechazado un par de tragos de ‘cortesía’ cuando llego un tercero.
- ¡Aish! Que no queremos ni buscamos compañía y tenemos para pagar nuestros propios tragos -dije molesta sin siquiera voltear
- Perdón, no era nuestra intención molestarlas -escuchar esa voz hizo que toda mi piel se pusiera chinita por lo que voltee
- No si no nos molestan -dijo rápido Ale, jalando de la mano a Aiba-san para sentarlo a su lado
- Perdón -fue lo único que salió de mis labios
- En verdad no queremos molestar -dijo Sakurai mientras se daba la vuelta para partir
- Quédese por favor -le dije mientras lo detenía y tocar su brazo desnudo una corriente eléctrica recorrió todo mi cuerpo
El volteo como pidiendo la opinión de su asistente pero este ya se encontrada sentado y platicando con mi amiga, así que más resignado que nada se sentó a mi lado. Debo confesar que el tenerlo cerca me ponía algo nerviosa por no decir mucho, y que además tenía mis conflictos internos respecto a él, así que en resumen he de decir que no fui muy agradable con mi nuevo jefe, pero por el momento culpemos a los tragos.
Después de un par de hora que para Sakurai deben haber sido como estar en el infierno decidió irse acompañado de su asistente que se la estaba pasando de maravilla con Ale, cosa que me sorprendió mucho pues mi amiga no es como que la ‘señorita sociales’.
- En definitiva Ma-chan es el amor de mi vida -declaro mi amiga una vez que nuestros acompañantes se hubieron marchado
- ¿Ma-chan? ¿Amor de tu vida? -pregunte algo escéptica
- Por cierto, muy mal por ti Xo, fuiste muy grosera con el jefe, ¿crees que no me di cuenta?
- Si, lo sé, pero es que no lo pude evitar y ya sabes que cuando estoy así ni yo me aguanto
- Pues si mujercita, pero independiente de todo Sakurai-san es el jefe y es mejor que lleves una relación cordial con él, piensa que si quiere te puede hacer la vida de cuadritos, aquí quién tiene la sartén por el mango es él no tú -me dijo algo seria
- Ya lo sé, ya no me regañes -le dije haciendo pucheros
- No te regaño, es solo que no quiero ver que tengas problemas después por tu tonta actitud que si soy franca no entiendo
- Ya somos dos -murmure
Al otro día al llegar al trabajo todo el mundo estaba sobre excitado pues ese día serían las entrevistas individuales con Sakurai-san, las tipas de la oficina iban llegando más arregladas de lo normal cosa que hizo que se me revolviera el estómago y ponerme en actitud defensiva hacia mi nuevo jefe que si somos sinceros no tenía la culpa de nada.
Vi cómo iban pasando poco a poco mis compañeros de oficina, unos salían muy sonrientes, otros más serios, las tipas se les veía francamente un poco decepcionadas, supongo que eso se debía a que no les habían funcionado sus intentos de seducción, por fin llego mi turno las primeras de nosotras en pasar fueron Ale y Kari, pues lo hacíamos en orden alfabético, ellas me dijeron que estuviera tranquila que no era cosa del otro mundo que solo les había preguntado cuál era su opinión de la compañía, cuales eras sus expectativas dentro de la misma, como se veían de aquí a diez años y ese tipo de cosas, toma nota sobre algunas respuestas y era todo, más que oír mi nombre deduje que lo era cuando escuche a Aiba-san trabarse más de lo normal al llamar a alguien, así que me levante respire profundo, alise mi ropa y mis cabellos, me arme de valor y entre a la oficina.
Puedo presumir que la mía fue la entrada más original e inolvidable de todas, pues un pedazo de la alfombra estaba levantada así que me tropecé y fue a caer de bruces nada más y nada menos que a las piernas de Sakurai-san muy cerca de la entrepierna de este para ser más exactos, así que al intentar levantarme con las prisas no me fije donde puse la mano y si fue a parar derechito a salva sea la parte, así que como podrán imaginar él estaba completamente paralizado en shock y yo simplemente deseaba que en ese momento se abriera la tierra y me tragara lo más pronto posible, para fortuna mía el único que presencio esto fue Aiba, que después de unos segundos sin saber que hacer corrió a ayudarme a levantarme.
- Etto… -la verdad es que no podía ni hablar
- Creo que lo mejor será que dejemos su entrevista para otra ocasión -me dijo muy serio Sakurai-san
- Si, lo entiendo -le dije mientras me dirigía a toda prisa a la salida
Una vez fuera lo que hice fue irme corriendo al baño, no podía creer lo que acababa de hacer, si la primera impresión que tenía él de mí no era muy buena, y con esta segunda… bueno se podría decir que ahora si estaba completamente en el hoyo más profundo y oscuro existente en Japón, llevaba un buen de rato encerrada cuando escuche un escándalo tan familiar que desistí de la idea de esconderme y afronte a las chicas.
- ¡Xo! Aquí estabas, te hemos estado buscando por todas partes -me dijo la más pequeña de todas
- ¿Dónde te metiste mujer? Yo salí de mi entrevista desde hace un rato -me dijo Zora
- Bueno, ¿qué a ti te comieron la lengua los ratones? ¿O el jefe te dejo sin palabras? -me pico Ale al ver que yo no decía nada
- ¡Menka! No es eso…
- ¿Entonces?
- Es que… Hay no, me quiero morir -le dije angustiada casi llorando
- ¿Qué paso? -me pregunto alarmada Kari
- Es que yo… No, no quiero recordarlo…
- Ya mujer me estas asustando -me zarandeo Zora
- Es que no… -les dije mientras me cubría la cara con mis manos
- ¡¿Qué diablos te hizo ese cabro?! -me dijo poniéndose algo violenta Ale
- Nada, espera… -le dije mientras la tomaba del brazo antes de que fuera a armarle un escándalo a Sakurai
- ¡Suéltame! No porque sea el jefe le da derecho de molestar a nadie, pero ya me va a oír…
- Loquepasaesquecuandoentrealaoficinamecai -les dije de corrido y sin respirar
- ¿Qué hiciste qué? -me preguntaron las tres
- A ver cálmate, respira, relájate y vuelve a empezar -me dijo Kari
- Que al entrar a la oficina tropecé con la alfombra y fui a dar de bruces a las piernas de Sakurai -les explique tímidamente
- ¡Ay sí! Esa pinche alfombra yo también tropecé -le restó importancia Zora- Aunque no fui a dar a la piernas del jefe, ¿verdad? -me dijo pícaramente
- ¿Y eso es todo? ¿Por eso tanto escándalo? -me dijo Ale algo decepcionada
- No, eso no es lo peor del asunto
- ¿Hay más? Cuenta, cuenta mujer, no te quedes callada
- Pues que con las prisas por levantarme apoye mi mano para hacerlo, pero no me fije en donde la apoyaba y justo la puse en salva sea la parte… -les dije mientras se me salía un puchero
- ¡¡TOCASTE SU SHOCITO!! JAJAJAJAJAJAJAJA -grito Ale mientras se moría de la risa
- No te burles, fue horrible -le reproche
- ¿Tan mal lo tiene? -me pregunto Zora
-¡OYE! -le reclame
- Ya chicas, dejen de burlarse de Xo -las regaño Kari pero podía notar que a penas y podía contener la risa
- Es que… discúlpame Xo… pero sólo a ti te puedo pasar eso… al menos puedes tener la seguridad que serás inolvidable… -me decía entre carcajadas Ale
Cabe mencionar que toda la tarde y los siguientes días no me la acababa con Ale que a la menor oportunidad me molestaba con comentarios del tipo ‘¿Ya saludaste al jefe? ¿Y a Shocito?’ o ‘¿Ya fuiste a ver como amaneció hoy Shocito?’ o ‘¿No necesita nada Shocito?’ y cosas por el estilo, así que esos días más que nunca la odie con odio jarocho, eso sin contar las miradas que las tres me lanzaban cada que el jefe aparecía en la sala o por alguna desafortunada situación me pedía algo, por suerte para mí no estuve a solas en ningún otro momento con él, todos sus encargos se los entregaba a Aiba-san, bueno se los entregaba entre comillas ya que Ale siempre me hacia el ‘favor’ de llevarlos ella para que yo no tuviera que toparme con el que en esos momentos era mi mayor tormento.
El tiempo paso volando y ya teníamos más de un mes bajo esta nueva administración y debo reconocer que efectivamente era un muy buen jefe, justo pero exigente, apoyaba a todos por igual, lo que no cambiaba era las pretensiones de todas las tipas de la oficina de querer ligárselo, pero como no cedía con ninguna, comenzaba a circular el rumor de que era gay y su pareja era su inseparable asistente Aiba-san, rumores que a nosotras nos daban risa, pues este último pasaba mucho tiempo con Ale y no precisamente en plan de compañeros de trabajo.
Ese era mi último día antes de salir de vacaciones, así que decidí terminar todos mis pendientes para que no me estuvieran hablando durante ellas, les dije a las chicas que se adelantara pues no sabía a qué hora realmente fuera a terminarlos, me di cuenta que ya era lo suficientemente tarde porque cuando levante la mirada y ya no había nadie además de que la oficina estaba a media luz, por lo que decidí mejor irme, ya había recogido mis cosas cuando alcance a ver una rendija de luz debajo del despacho de Sakurai-san, sin saber muy bien qué hacer, fui hasta su oficina y toque tímidamente.
- Adelante -me dijo con su voz un poco ronca
- Buenas noches, ya me voy, ¿necesita algo? -le pregunte un poco insegura y sin atreverme a mirarlo
- No, nada, muchas gracias -me dijo como siempre correcto y educado
- Bueno, siendo así, me retiro, que descanse -me despedí
- ¡Xo! Espera… -me dijo cuándo cerraba la puerta
- ¿Sí?
- Perdón por llamarte así, pero es que tu nombre es un poco complicado -me dijo a modo de disculpa
- No se preocupe -le reste importancia al asunto, digo si yo había agarrado a su ‘amiguito’ bien podía el decirme así, ¿o no?
- ¿Podrías ayudarme a acomodar esas carpetas antes de que te vayas? -me dijo después de un rato en el que ambos nos quedamos un rato callados sin saber bien que hacer o decir
- Por supuesto, con permiso -le dije mientras dejaba mi bolsa en el sillón y me dirigía a atrás del escritorio que era en donde estaban las dichosas carpetas
Mientras las acomodaba podía percibir el olor de su loción, olía delicioso, también podía ver sus manos de finos dedos largos, no lo había notado pero que bonitas manos tenía, comencé a imaginarlas recorriendo mi cuerpo y me preguntaba que se sentiría cuando tire una carpeta, me agache rápido para recogerla y él hizo lo mismo, así que ahí estábamos ambos de rodillas en el suelo con las miradas atrapadas una en la otra mientras él tenía capturada mi mano en la suya, sin saber cómo fuimos acercando nuestros rostros hasta que ambos alientos se volvieron uno y nuestros labios se juntaron, al principio apenas y fue un tímido roce, pero al ver que ninguno de los dos retrocedía, la caricia se volvió un poco más íntima y pasional, nos fuimos incorporando poco a poco olvidándonos por completo de la bendita carpeta, entonces él se acercó más a mí y me tomo en sus brazos, yo me abrace a su cuello mientras me apretaba más a él, no sé cómo pero termine sentada en la orilla del escritorio, mientras Sho con manos ávidas recorría mis piernas subiendo a mi abdomen pasando a mis espalda para después tomarme del trasero y acercarme más a él que en esos momentos estaba parado entre mis piernas, así que al hacer esto pude sentir su creciente excitación en el centro de ellas, cosa que me excito aún más, como es natural nos comenzó a estorbar la ropa, me quito la chaqueta y mi camiseta dejándole solo en sostén se separa un poco para contemplarme la verdad es que la mirada de admiración en su rostro me sonrojo, pero a la vez me motivo para yo ayudarle a quitarse la corbata y desabrocharle la camisa, cuando baje mis manos a su cintura y comencé a desabrochar su cinturón se separó un poco y me detuvo mis manos.
- ¡Espera! Esto no está bien -me dijo mientras intentaba tomar aire y tranquilizarse
- ¡¿Eh?! -fue todo de lo que fui capaz de decir
- Que no debemos, soy tu jefe y no quiero que lo malinterpretes…
- Entiendo -le dije antes de que siguiera hablando
Después de tremendo oso -por tercera vez frente a él- solo pude recoger mi ropa y salir corriendo pues me sentía muy avergonzada y un poco dolida por el rechazo, no alcance a escuchar que me dijo, pues lo único que deseaba era estar los más lejos posible de él, de la oficina, de mi vida, intento en el que fracase rotundamente, al menos en lo que respecta a Sho porque mi cuerpo y mi ropa olían a él.
Gracias al cielo que ese era mi último día y al menos por dos semanas no tendría que volver a verlo, y podría dormir tranquila esos días ya a mi regreso vería que haría.
Por fin llego el día esperado por todos, bueno solo por nosotros, la boda de Kari se casaría con Jun un chico que se dedicaba al modelaje y el baile, a pesar de su profesión era una persona algo reservada que solo se abría con la gente cercana a él y quien adoraba a mi amiga, al principio ella tenía muchas dudas, hasta cierto punto entendibles al menos por nosotras pues el salir con alguien que se mueve en ese ambiente da un poco de temor, pues están acostumbrados a la ‘perfección’ y uno solo es un simple mortal, pero supongo que sería por eso, pero el chiste es que ambos se aman con locura y sin medida y por fin llegaba el día más importante de sus vidas hasta el momento.
Zora había hecho muy buenas migas por decirlo de alguna manera con el amigo que le presentaron, su nombre es Ohno Satoshi y es totalmente lo contrario a ella, es serio, callado y reservado, pero también era cierto que tenían otras más en común como el interés por las artes, creo que al ser opuestos se atraen y se complementan, así que ella iría con él a la boda, Ale obviamente con Aiba-san y yo… pues a mí me había tocado el premio de consolación ir con el primo de Jun, Ninomiya Kazunari, un enano demoniaco, bueno ni una ni otra, si bien no es muy alto si lo es más que yo y con eso me basta y sobra, y bueno lo de demoniaco más que nada es porque le gusta estar molestando a todos a su alrededor, pero en el fondo -claro que muy en el fondo- es un chico muy lindo y tierno, pero supongo que le gusta hacerse el interesante.
La ceremonia fue muy linda y tierna, la boda en si fue del tipo occidental y los votos que se hicieron ambos nos llevaron a las lágrimas, hasta me hizo olvidar lo que llevaba una semana atormentándome, y era algo que había guardado incluso a las chicas, pues moría de vergüenza de decirles que me había lanzado a los brazos del jefe dispuesta a todo y el simple y sencillamente me había rechazada como a todas en la oficina, pero me prometí que ese día no pensaría en él, pues estaba dispuesta a disfrutar con mis amigas del día más importante de una de ellas, y todo estaba genial ya habíamos llegado al salón en donde sería la recepción, Nino se estaba comportando muy bien y juro que si no lo conociera pensaría que es un pan de Dios y hasta a mi casa me lo llevaría.
Fui al baño a refrescarme un poco pues hacía mucho calor al salir con lo que me topo o mejor dicho con quién me topo es nada más y nada menos que la última persona a la que quería ver en ese momento, sin poder siquiera dar media vuelta y esconderme en el baño, no supe que hacer. Y ahí nos quedamos los dos viéndonos sin saber qué diablos decir o hacer, cuánto tiempo paso no sé, parecieron años, hasta que me hizo reaccionar una voz conocida.
- ¡Xo! ¡Xo! ¿Dónde te habías metido? Llevo rato buscándote -me dijo entre molesto y aliviado Nino- Los novios ya llegaron y ya van a servir la comida, sabes que muero de hambre
- Siempre mueres de hambre -fue lo único que se me ocurrió decir, mientras Sakurai se le quedaba viendo curioso a mi acompañante
- ¿Kazunari? -pregunto algo inseguro
- ¿Eh? ¿Sakurai? ¿Sakurai Sho? ¡Hombre que milagro! -le dijo mientras le daba un abrazo
- ¿Eh? ¿Se conocen?
- Si, fuimos muchos años vecinos, hasta la prepa ¿no? -le pregunto a mi jefe
- Si, así es, me da mucho gusto encontrarte
- ¿Estás solo? -le pregunto Nino
- No…
- ¡Sho! ¡Sho-chan! ¿Por qué tardas tanto? Me dejaste sola -llego reclamando su acompañante haciéndole un puchero y colgándose de su brazo con demasiada familiaridad, ver este comportamiento hizo que me doliera el corazón y tuve que morderme el labio para no ponerme a llorar
- Lo siento Mai, no me di cuenta del tiempo que ha pasado, por cierto ¿recuerdas a Kazu?
- ¿Eh? ¿Kazu? ¿Nino? ¿El enano que siempre me molestaba? ¿Eres tú? -le dijo señalando muy sorprendida
- SI, soy yo, pero si mal no recuerdo la que siempre estaba pegada a mí era otra, ¿cómo estás Mai-chan? -le dijo Nino usando su tomo de galán de cine barato, acompañado de una mirada evaluativa la cual se me hizo fuera de lugar que hiciera eso con la pareja de su amigo- ¿Dónde están sentado? ¿Por qué no se sientan con nosotros? Aún queda lugar en la mesa -se le ocurrió a mi brillante compañero, no sé qué cara hice porque de inmediato Sakurai declinó la invitación
- ¿Pero por qué no? -reclamo Mai haciendo un puchero, había algo en ella que se me hacía familiar, aunque no lograba ubicar que era- Yo me quiero sentar con Kazu -y dicho esto tomo del brazo a Nino y se fueron hacia la mesa
Como nos dejaron ahí parados a los dos, me resigne a que tendría que tenerlo en mi mesa y peor aún acompañado, el me alcanzo y me jalo del brazo.
- ¿Estás segura que no hay problema? Ahorita mismo voy por Mai y la llevo a otra mesa -me dijo algo estresado
- Sé que no le es muy agradable estar mucho tiempo a mi lado Sakurai-san pero también se nota que no se le puede llevar la contra a su acompañante -le dije fríamente- Además no tengo ganas de estar oyendo toda la noche las quejas de Nino, y yo que usted la cuidaba mejor, pues creo que está perdiendo su atención -le dije al ver como al llegar a la mesa inmediatamente se había sentado al lado de Nino y Aiba
- ¿Eh? -me pregunto confundido viendo la escena para después solo echarse a reír y caminar hacia la mesa
Al llegar a la mesa no pude dejar de notar la mirada de complicidad y gusto de mis amigas al vernos juntos y como ya se habían sentado solo quedaban dos lugares, así que queriendo o no nos sentamos juntos, la comida estuvo muy rica, aunque la verdad es que no la pude disfrutar mucho, porque quisiera o no era demasiado consciente de la persona que tenía al lado y cuando nuestros brazos o manos se llegaban a rozar por alguna razón, sentía que una corriente recorría todo mi cuerpo y me dejaba sin respiración, Mai muy a me pesar resulto ser una chica muy alegre y encantadora que no paraba de hablar con Nino, Aiba y Sho, molestándolos y jugando con ellos, podía notar como de repente Ale quería ahorcarla pero solo sonreía y lo que si es que no podía entender era el porqué era tan ‘cariñosa’ con Nino teniendo a su pareja enfrente y menos aún que este no estuviera molesto sino más bien todo lo contrario, aunque recordando lo que había pasado la semana pasada Sakurai no era la representación de la fidelidad.
Termino la comida y llego el momento de bailar, así que apenas sonaron los primeros acordes de una melodía Mai saco a bailar a Nino, Ale hizo lo propio con Aiba al igual que Zora con Ohno, así que nos quedamos solos él y yo, sin saber que hacer o decir.
- ¿Quieres bailar? -me pregunto después de un rato de estar callados
- No gracias -al ver su cara me dio remordimiento- Es que no sé -le dije para suavizar el rechazo
- Ok, no hay problema -me dijo restándole importancia al asunto
Nos quedamos así otro rato más hasta que llegaron Mai y Nino, y sin preguntar nada esta jalo a Sakurai a la pista de baile sin importar las protestas de él, mientras Nino me observaba como queriendo descubrir algo.
- ¿Qué pasa entre Sakurai y tú? -me dijo estudiando mi reacción
- No sé de qué hablas -fingí demencia
- ¿No sabes? Entonces porque estás tan al pendiente de él -me cuestiono al ver que no deja de verlo
- Estás loco, mejor dime si no te da vergüenza coquetear tan descaradamente con la novia de tu amigo -le eche en cara
- ¿Eh? ¿Novia? ¿Cuál novia? ¿Cuál amigo? -me dijo desconcertado- ¡Ah, ya! ¡¿Novia de mi amigo?! Jajajaja en serio que tienes una imaginación muy activa -se burló de mí
Ya no quise seguir discutiendo por lo que mejor decidí ignorarlo, me empezaba a sentir realmente incomoda en la fiesta pero aún era temprano para poder irme, como dama de honor no me podía ir antes del brindis y del pastel, así que hice lo que mejor hago, acurrucarme en el lugar más apartado de la mesa lejos de la gente, y por más que las chicas me insistieron para que bailara y saliera del rincón alegando que nuestros vestidos de dama eran muy bonitos y nos quedaban genial como para que no lo luciera, mi respuesta siempre fue la misma ‘No’, ‘No gracias’ y el clásico y muy conocido ‘No quiero’, así que las pobres desistieron de su campaña por hacerme salir de mi rincón, en cuanto a Sakurai se turnaba con Nino para bailar con Mai, en verdad no podía entender cómo podía estar tan tranquilo de verla bailar y hasta coquetear con su amigo en sus narices, digo está bien que este seguro de ella pero todo tiene un límite ¿o no?
Mientras esperaba que fuera la hora del bendito brindis y el pastel, los novio pasaron a las mesas para ver cómo estaban los invitados, obvio que en la nuestra se demoraron más, Kari lucia realmente bella con un vestido súper sencillo pero muy elegante y ni que decir de Jun que igual estaba muy guapo, en verdad hacían una muy bonita pareja. Estando en la mesa fue que nos enteremos qué diablos hacia Sakurai-san ahí, pues resultaba como ya había descubierto antes que de chicos fueron vecinos él, Jun y Nino, así que en realidad el novio y él eran muy buenos amigos.
- Fíjate yo pensé que tú lo habías invitado -le dijo Zora a Kari
- No, para nada, sino se crean yo también me sorprendí cuando lo vi llegar, incluso hasta pensé que había sido Ale
- ¿Y yo por qué? -reclamo la aludida
- Pues porque será, si te la vives pegada a Aiba y él es su asistente
- ¿Eso qué? ¿Por qué tan callada Xo?
- No tengo nada que decir, pero si hubiera sido bueno saber que vendría para estar preparada y más después de la última vez -dije más para mí que para ellas
- ¡Ah por Dios Xo! Ya paso bastante tiempo de tu entrada triunfal -me dijo exasperada Ale
- No me refiero a eso -le dije defendiéndome
- ¿Entonces? -preguntaron todas curiosas
- La última vez que nos vimos fue mi último día en la oficina, y bueno le estaba ayudando a acomodar unas carpetas, una se cayó y al agacharnos ambos por ella…, bueno el chiste es que nos besamos y más que eso hasta que el me rechazo -se los dije como cualquier cosa, creo que me empezaban a afectar esos tragos de mas
- ¿QUÉ HICERON QUE? -gritaron sorprendidas
- Cállense, además el vino con su novia ¿no? Así que no veo porque hacer tanto escandalo
- Pero Xo, Mai es… -pero la interrumpió Jun
- Kari, vamos tenemos que seguir con las demás mesas
- Si amor, bueno chicas las veo luego, y hablen con ella -les dijo esto último a las otras dos
- Oye Xo, es cierto no sé de donde sacaste eso pero… -pero Ale fue interrumpida por Aiba que se la llevo a la pista de baile
- Pues yo la verdad no entiendo nada -me dijo Zora
Así estuvimos otro rato más hasta que por fin llego la tan esperada hora del brindis, el padrino era Nino así que su brindis fue realmente conmovedor con toques de humor como solo él sabe hacer las cosas, luego cada uno de nosotras les dedicó unas palabras a la pareja, yo en realidad me sentía ya un poco mareada, pero supe disimular muy bien mi estado.
Como ya había cumplido con el protocolo social y note que Nino se la estaba pasando genial, decidí irme sin despediré de nadie, pero Sakurai se dio cuenta y me alcanzo.
- ¿Ya te vas?
- Si, ¿por qué? ¿Algún problema? -creo que el alcohol hacia que fuera un poco grosera
- Espérame, solo recojo mi saco y nos vamos
- ¿Nos vamos? ¿Tú y yo? ¿A dónde?
- A tu casa, te voy a llevar, no creerás que dejare que te vayas en ese estado ¿o si?
- No necesito de tu caridad, muchas gracias
- Bueno ya vamos progresando, al menos ya no me hablas de usted -me dijo con su estúpida sonrisa perfecta
- ¿Qué? Bueno ya déjame ir -trate de zafarme de su agarre
- Te digo que no, no voy a permitir que te vayas sola y en ese estado tan tarde
- ¿Y a ti qué diablos te importa mi estado o si me pasa algo?
- Me importa y mucho, porque me importas tú -me dijo muy serio mirándome a los ojos, tenerlo tan cerca en verdad me ponía nerviosa
- Si como no, además vienes con tu novia, no la puedes dejar aquí, no ves que en un descuido te la roba Nino -le dije enojada
- ¿Mi novia? Mai no es mi novia -me dijo exasperado
- Además de todo mentiroso
- ¿Estas celosa?
- Idiota, ya quisieras
- Si, si lo estas -me lo dijo con una expresión de alegría que me dieron ganas de borrarle a golpes
En eso estábamos discutiendo cuando veo que se acercaba Mai, perfecto lo que necesitaba que me reclamaran por algo que no había hecho, si por mi fuera ya no estaría ahí, yo que me quería ir muy discretamente y ahora estaba a punto de protagonizar una escena, que encima de todo arruinaría la boda de Kari.
- Sho, Sho-chan -le grito esta
- ¿Qué pasa Mai? -le pregunto él aun con una sonrisa en los labios
- ¿Ya nos vamos? -le pregunto
- ¡No! -le conteste yo- La que se va soy yo
- Si Mai, ya me voy, tú te quedas y Nino te llevara a casa después -le explico
- ¿Hontoni? -le dijo mientras brincaba a sus brazos y lo besaba en la mejilla muy feliz, en verdad que esta relación era rara, pero ya no podía soportar más, así que me zafe de agarre y me di media vuelta
- Espera -me alcanzo y me agarro de la mano
- Que me sueltes te digo
- ¡Oniichan eres el mejor! -escuche que le gritaba Mai, y el solo le hacía un gesto con la mano
- ¿Oniichan? -pregunte sintiéndome con enésima vez estúpida frente a él
- Si, Mai es mi hermana y siempre ha estado enamorada de Nino
- Por Dios, me quiero morir… En verdad no es necesario que me lleves, puedo tomar un taxi -lo que quería era irme pronto y muy lejos
- Nunca permitiría que te fueras sola en un taxi, ya te lo dije y no tienes por qué sentirte avergonzada por estar celosa, es más luces muy linda así -me dijo mientras me miraba con ternura
- No estoy celosa -le refute rehuyendo su mirada
- Ok, no lo estas. Pero debo confesar que yo si lo estuve por un buen tiempo, cuando vi que tu pareja era Nino y al ver tu molestia pensé que estabas celosa por él
- ¿Celosa? ¿Por Nino? Jajajaja no ese sería mi estado permanente si me interesara ese enano, pobre de tu hermana si realmente le gusta
- Yo más bien diría pobre de ambos, ¿nos vamos?
- Etto… -yo aún dudaba en subir a su coche pero cuando salimos y me dio el aire el piso comenzó a moverse, tanto que si no es por sus brazos me hubiera caído
- No se diga más, sube al auto -y sin más me subió
Ambos íbamos cayados, pues realmente estar en ese lugar tan reducido, tranquilo y solos no sabíamos que hacer, podía notar de repente su mirada en mí, pero la verdad es que no me atrevía a mirarlo, así que puse toda mi atención al camino hasta que me quede dormida, cuando desperté aun no amanecía y estaba oscuro, me costó un poco enfocar para darme cuenta de que no tenía ni la menor idea de dónde diablos estaba, era una habitación amplia limpia y ordenada, se podía notar a primera vista que era de hombre, y sabía muy bien de qué hombre era, pues su olor estaba impregnado en ella, en la cama y en la almohada, la cual abrace y aspire hasta llenar mis pulmones de su aroma.
Me levante y fui al baño, tenía mucha sed, pero sobre todo un horrible sabor de boca, en el camino me encontré una playera doblada, así que la tome para poder cambiarme el vestido, también encontré un cepillo de dientes nuevo así que me lave la boca antes de salir a buscar agua. Al regresar al cuarto lo busque pero no lo encontré, así que salí a la cocina por un vaso de agua, el departamento era realmente lindo, con el espacio suficiente para una o dos personas, todo estaba en su sitio, era de estilo moderno pero acogedor, al entrar a la cocina ahí estaba él de espaldas tomando un café, solo vestía un pantalón de pijama con el torso desnudo, he de reconocer que verlo así me hizo un nudo en la garganta, lucia tan sexy y tenía un cuerpo increíblemente bello.
- Perdón, ¿te desperté?
- No, es que me dio sed
- ¿Quieres café?
- No, gracias, no me gusta el café -le explique
- ¿Agua? ¿Refresco?
- Si, si tienes Coca mejor -me emocione ante la perspectiva de tomar mi vicio
- Si claro toma -me tendió una lata
- Gracias… etto, ¿qué estoy haciendo aquí? -le pregunte un poco tímida
- Si, bueno, lo que pasa es que te quedaste dormida y nunca me dijiste donde vivías, y no se me ocurrió otra cosa que traerte para acá -se excuso
- ¿Y por qué no me despertaste?
- Porque lucias tan bella, que haberlo hecho hubiera sido un pecado
- ¡Ah! -fue todo lo que pude decir- Tome tu playera prestada, espero que no te moleste
- No, para nada, de hecho la luces mejor tú que yo -me dijo mientras me daba una mirada apreciativa
- ¡Gracias por todo! -y no sé dónde pero saque el valor para darle un beso en la mejilla
- De nada -me dijo pero como al acercarme a darle el beso él me tomo de la cintura, en lugar de soltarme me acerco más a él y me beso en los labios, beso que correspondí, hasta que recordé sus palabras en la oficina
- Espera, esto no está bien -le dije tratando de alejarme
- Al contrario, está muy bien, en esa ocasión te lo dije porque no era el lugar adecuado, pero te fuiste tan rápido que no me dejaste terminar de hablar -podía ver la sinceridad en sus ojos- Pero si tú quieres me detengo y no te vuelvo a tocar
- No, no quiero eso -le dije algo desesperada mientras lo volvía a besar
El beso poco a poco comenzó a intensificarse mientras él me apretaba más hacia si, por lo que de un pequeño salto me subí en él y con mis piernas me abrace de su cintura y con los brazos a su cuello mientras me tomaba por el trasero y me llevo al cuarto, apenas llegamos y me recostó en la cama quedando el arriba de mí, y yo seguía sin soltarlo del abrazo de mis piernas, por fortuna para ambos el solo traía un pantalón y yo la playera y mis bragas, me deleite recorriendo su espalda con mis manos mientras el besaba mi cuello y colaba una de sus manos debajo de la playera y alcanzaba uno de mis pechos que estaban ansiosos por ser tocados, por eso cuando comenzó a juguetear con el pezón yo no pude reprimir un gemido de placer, al sentir mi reacción se incorporo en la cama junto conmigo para sacarme la playera dejándome solo en mi diminuto bikini, si ya antes estaba excitada, después de ver la manera en que me miraba y me comía con sus ojos, no pude hacer más que jalarlo hacia a mí y volverlo a besar, y es que no me cansaba de ello, comenzó a bajar su boca, primero por mi cuello, después llego a mis pechos y mientras mordía, chupaba y seccionaba un pezón con su hábil boca el otro era atendido por una de sus manos, siguió su camino hacia abaja entreteniéndose en mi abdomen y mi ombligo, mientras con ambas manos seguía jugando con mis pechos y cuando comenzó a bajar de nuevo sus manos se adelantaron deshaciéndose de la última prenda que me quedaba, se separó un poco para contemplarme completamente desnuda y rendida ante él.
- ¡Dios! Eres más bella de lo que me pude imaginar -me dijo con su cara más hentai que hasta el momento le había visto
Me puse de rodillas en la cama para poder besarlo de nuevo mientras con mis manos le ayudaba a quitarse el pantalón y los bóxer, cuando al fin estuvimos ambos desnudos continuamos besándonos y explorando nuestros cuerpos, disfrutando de dar y recibir placer, hasta llegar al punto en el que ya no podíamos esperar más y con toda la delicadeza del mundo comenzó poco a poco a introducirse en mí, hacia tanto tiempo que no lo hacía que al principio fue un poco doloroso, pero él con toda la ternura y delicadeza del mundo supo entrar sin lastimarme, cuando por fin entro hasta el fondo comenzó a moverse primero lento para después ir tomando velocidad e intensidad, yo lo único que podía hacer era besar las parte de su cuerpo que tuviera a mi alcance, podía sentir como poco a poco llegábamos al punto máximo, hasta que juntos explotamos, no pude reprimir gritar su nombre a lo que él solo me beso de forma desesperada, nos quedamos un rato así el aún seguía dentro de mí, pero nos comenzó a dar frio por lo que con la misma delicadeza con la que entro ahora salió, se recostó junto de mi mientras nos tapaba a ambos, me ofreció su brazo y yo me acomode en el con mi cabeza en su pecho.
Estuvimos hablando un rato de cosas triviales mientras el acariciaba mi espalda y yo su abdomen de vez en cuando podía sentir que me besaba mi cabeza, hasta que ambos nos quedamos dormidos.
Mi despertar al otro día fue más que genial, pues antes de ser consciente de mi propio cuerpo, fui consciente del cuerpo a mi lado y de la boca que recorría mi espalda, mis hombro, mi cuello y de esa mano que me exploraba con total libertad, confianza y ternura, me voltee para quedar de frente a mi acompañante y debo decir que quede deslumbrada con su hermosa y cálida sonrisa. Al verme despierta simplemente me comenzó a besar mientras su mano buscaba mi entrepierna lo mismo que la mía, al sentir su excitación en mi mano comencé a jugar con su miembro, mientras el hacía lo mismo conmigo, cuando ya no fueron suficientes las caricias con toda delicadeza se acomodó sobre mí y abrió mis piernas para poder colarse hasta el fondo, esta entrega fue más tranquila pero no menos apasionada, comenzó a moverse con un vaivén primero lento que poco a poco fue cobrando intensidad hasta que los dos llegamos al clímax juntos tomados de las manos y viéndonos a los ojos, al terminar se quedó un rato dentro de mí y recostado, sentir su calor y su peso era una de la sensaciones más agradables que había tenido en mi vida hasta ese momento, después de un rato con la mayor delicadeza salió y se acomodó a mi lado, me volvió a besar.
- ¡Buenos días! -me dijo algo perezoso
- ¡Muy buenos días! -le contestes mientras me acurrucaba en sus brazos
Nos volvimos a quedar dormidos hasta pasado el mediodía, por fortuna era domingo y él no tenía que ir a trabajar y a mi aún me quedaba una semana de vacaciones, cuando por fin nos despertamos nos quedamos un rato más tumbados en la cama disfrutando de nuestra compañía y de las caricias furtivas que nos dábamos de vez en cuando, hasta que nuestros estómagos comenzaron a protestar así que más a fuerza que de ganas salimos de la cama, solo para pedir comida y esperar a que llegara esta.
En lo que esperábamos comenzamos a platicar y conocernos un poco más, me confeso que desde la primera vez que nuestras miradas se cruzaron quedo fascinado conmigo y yo admití que me había pasado lo mismo, que fue por eso que nos siguieron ese mismo día al bar y después de asegurarse de que no esperábamos a nadie se armó de valor para acercarse y que mi actitud arisca en lugar de alejarlo lo intrigo más, lo mismo paso con mi entrada triunfal no supo realmente cómo reaccionar, y después como acercarse a mí, y lo que más le preocupaba es que fuera a creer los rumores que circulaban en la oficina respecto a su sexualidad, es por eso que el cuándo que estuvimos solos en su oficina por un momento se dejó llevar, hasta que cayó en cuenta de donde estábamos y que no ere el lugar adecuado, pero yo me había marchado sin darle tiempo a una explicación ni nada, y llevaba toda la semana pensando en cómo acercarse y en si debía o no irme a buscar a mi casa.
- ¡¡Tramposo!! -le reclame
- ¡¿Eh?!
- Que si sabias donde vivía
- Etto… -dijo titubeante al verse atrapado- Bueno sí, soy tu jefe, solo necesite una llamada al área de Recursos Humanos para tener todos tus datos… ¿Estas enojada? -me pregunto algo inseguro
- Mmmmm… la verdad es que no -verlo respirar aliviado hizo que me abalanzara sobre él y lo comenzara a besar
Los besos y las caricias iban tomando más intensidad cuando oímos el timbre de la puerta sonar, bendito repartido y maldito tino, a regañadientes se incorporó y fue a la puerta para recibir nuestro paquete, nada más me llego el olor a comida y mi estómago comenzó a hacer toda clase de ruidos lo mismo que el de él lo que evito que me muriera de vergüenza.
Mientras comíamos me di cuenta que a su lado me sentía en casa, que ese era el lugar en el que debía de estar por siempre, sabía que tenía poco de conocerlo y menos de tener una ‘relación’ pero que era con él con quien debía estar.
- ¿Puedo decir algo sin que me tires de loco? -me pregunto un poco inseguro
- ¡Adelante! -le dije
- ¡Te amo! Y lo hago desde el primer día que se cruzaron nuestras miradas, y más después de ver tu cara de vergüenza el día que entraste en mi oficina de una forma tan original, me obsesione contigo después de haber probado por primera vez tus labios, y quiero estar a tu lado por siempre, es un poco apresurado pero… -se levantó y se arrodillo frente a mí- ¿TE CASARIAS CONMIGO?
De la impresión y la emoción no pude ni hablar las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos y lo único que pude hacer fue asentir con la cabeza, ver como se le iluminaba su rostro me demostró que estaba tomando la mejor decisión.
- ¿HONTO? -me pregunto más que emocionado- Bueno en este momento no tengo un anillo pero creo q esto servirá -me dijo mientras colocaba alrededor de mi dedo un alambre de esos que traen los paquetes de pan, se levantó y nos besamos
De esto hace ya 6 meses los cuales han sido los mejores de mi vida y hoy aquí reunida con mis amigas y sus parejas me he convertido en la esposa del Sakurai Sho y no hay nada que me haga más feliz.
Observo que mi marido se separa de los chicos y se encamina hacia mí, ya frente a mí me tomo de la cintura con una mano y con la otra levanta mi barbilla me mira a los ojos y me dice en un tomo profundo que hace que todo mi ser se derrita en sus brazos…
- ¡TE AMO! -mientras nos besamos sellando nuestro amor