Voy a publicar, si Dios quiere. ¿Quiere Dios?
Las redes sociales no son lo mío.
He llegado a la conclusión de que sucede que no son lo mío por una interesante y a la vez sencilla teoría psicológica: existen una serie de círculos concéntricos para determinar qué tipo de relación tienes con cada persona y, por lo tanto, qué tipo de conversación corresponde a cada círculo.
Empieza por ti mismo, un círculo oscuro que es tu inconsciente y que tú ni siquiera conoces, luego sigue por el ti mismo que se conoce y se cuenta cosas (me gustan los macarrones, o cosas más macabras), continúa por tus amigos íntimos, aquellos a los que les cuentas tu intimidad (nunca mejor dicho), después van tus amigos (que son menos que los íntimos), a continuación tus conocidos y por último los desconocidos (la cajera del super o la señora que se sienta a tu lado en el autobús).
Pues bien, instagram, facebook, etc. nos piden que le contemos nuestra intimidad a desconocidos y conocidos. Muy normal, ¿no? Ahí se produce la disonancia cognitiva. La contradicción. El sufrimiento y, puede que para algunos, la patología.
Cuando venía aquí a contar mi vida en prosa (porque nunca se me dio muy bien el verso), recuerdo que me sentía acompañada, querida, acunada, como decía joanne_distte en su última entrada. Era una comunidad. Y de repente me he acordado de que no he venido a contar esta noticia en mi comunidad. Quizá porque no quería que pensárais mal de mí
Apenas lo he susurrado en facebook y ni siquiera lo he mencionado en instagram. Es superior a mí. Pero se lo he ido diciendo a las personas con quienes tengo confianza porque... ¿por qué no?
Mi plan a largo plazo es, cuando publique la que va a ser mi primera novela, la que he querido publicar toda la vida, es decir, El Cuarteto, regalar ejemplares a todas, a las que fueron mis amigas íntimas aquí, porque sin vosotras jamás hubiera sido lo que fue. Sé que eso va a pasar
Ahora, a día de hoy, voy a publicar Vivía ilusionada en la luna, la historia de Clarabelle que fui publicando aquí por fascículos. Y por eso, si queréis saber más, os dejo el enlace al lugar donde se está cociendo a fuego lento:
http://www.lanzanos.com/proyectos/vivia-ilusionada-en-la-luna/#
Ojalá nos sigamos leyendo por aquí. Ojalá no nos olvidemos (quiero que me firméis vuestro próximo bestseller / premio literario, lo que mejor os parezca y a lo que déis vosotras más importancia).
He llegado a la conclusión de que sucede que no son lo mío por una interesante y a la vez sencilla teoría psicológica: existen una serie de círculos concéntricos para determinar qué tipo de relación tienes con cada persona y, por lo tanto, qué tipo de conversación corresponde a cada círculo.
Empieza por ti mismo, un círculo oscuro que es tu inconsciente y que tú ni siquiera conoces, luego sigue por el ti mismo que se conoce y se cuenta cosas (me gustan los macarrones, o cosas más macabras), continúa por tus amigos íntimos, aquellos a los que les cuentas tu intimidad (nunca mejor dicho), después van tus amigos (que son menos que los íntimos), a continuación tus conocidos y por último los desconocidos (la cajera del super o la señora que se sienta a tu lado en el autobús).
Pues bien, instagram, facebook, etc. nos piden que le contemos nuestra intimidad a desconocidos y conocidos. Muy normal, ¿no? Ahí se produce la disonancia cognitiva. La contradicción. El sufrimiento y, puede que para algunos, la patología.
Cuando venía aquí a contar mi vida en prosa (porque nunca se me dio muy bien el verso), recuerdo que me sentía acompañada, querida, acunada, como decía joanne_distte en su última entrada. Era una comunidad. Y de repente me he acordado de que no he venido a contar esta noticia en mi comunidad. Quizá porque no quería que pensárais mal de mí
Apenas lo he susurrado en facebook y ni siquiera lo he mencionado en instagram. Es superior a mí. Pero se lo he ido diciendo a las personas con quienes tengo confianza porque... ¿por qué no?
Mi plan a largo plazo es, cuando publique la que va a ser mi primera novela, la que he querido publicar toda la vida, es decir, El Cuarteto, regalar ejemplares a todas, a las que fueron mis amigas íntimas aquí, porque sin vosotras jamás hubiera sido lo que fue. Sé que eso va a pasar
Ahora, a día de hoy, voy a publicar Vivía ilusionada en la luna, la historia de Clarabelle que fui publicando aquí por fascículos. Y por eso, si queréis saber más, os dejo el enlace al lugar donde se está cociendo a fuego lento:
http://www.lanzanos.com/proyectos/vivia-ilusionada-en-la-luna/#
Ojalá nos sigamos leyendo por aquí. Ojalá no nos olvidemos (quiero que me firméis vuestro próximo bestseller / premio literario, lo que mejor os parezca y a lo que déis vosotras más importancia).