Fandom: Assassin's Creed
Título: Después
Claim: Altaïr/Maria
Número de Palabras: 100.
Advertencias: Si no has jugado Bloodlines, AC2 o leído The Second Crusade encontrarás spoilers.
Resumen: El amor con ella también era la guerra.
No le gustaba sentirse atontado después del sexo, pero su cuerpo funcionaba de esa forma, además Maria lo agotaba de maneras que iban más allá de lo físico, porque con ella el amor también era la guerra. No existía nunca un ganador o un perdedor, pero la lucha persistía. A veces dominaba férreamente a veces obedecía con docilidad, sin saber a capricho de quien.
El maestro de los asesinos la adoraba por subrogarlo a complacerla, la fuerza con la que se arrojaba a él hasta el punto de derretirlo como el herrero funde el acero para hacerlo a su conveniencia.
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Número: 100/100
Fandom: Assassin's Creed
Título: Primera impresión
Claim: Maria + Altaïr + Malik.
Extensión: 900.
Advertencias: Si no has jugado Bloodlines, AC2 o leído The Second Crusade encontrarás spoilers.
No le agradó. Con el simple hecho de verla avanzar arrogantemente entre los hermanos portando la cruz templaria como si estuviera en el patio de su casa y no en el comedor de los asesinos, fue para Malik un gancho al hígado. El antiguo rafiq de un solo brazo le dio al Maestro una mirada iracunda. Al parecer Altaïr tampoco supo que responder, pero en cuanto ella tomó asiento enfrente del líder, este le hizo un gesto que demandaba una explicación.
-¿Qué? -respondió irrespetuosamente la mujer de mala gana.
Altaïr suspiró, quizás había captado algo que a los demás se les escapaba y por mucho.
-Pensé que Halima… -comenzó casi con tranquilidad.
-¿La odiosa mujer de ese lugar infernal? -le interrumpió, ella hablaba un árabe con un acento muy fuerte en las r y nasal en algunas sílabas.
-La encargada del jardín -le corrigió Altaïr. Ella lazó un gruñido de desaprobación-. Te daría ropas apropia… -Él se detuvo a mitad de la frase al ver los gestos duros de Maria.
-¡Jump! -dijo áridamente- ¿Por qué no me lo habías dicho antes? -exclamó con una falsa alegría-. No sabía que los asesinos corrieran y lucharan con faldas de mujer -Malik y todos los que la escucharon se escandalizaron ante la idea- no olvides decirme que día entrenan. ¡Seguro aprendo algún truco! -El sarcasmo en su voz se pudo sentir en todo el lugar.
-No hacemos eso, Maria -replicó Altaïr con firmeza.
-¡Ah! Entonces -inquirió- ¿por qué dices que es ropa apropiada?
El Maestro estaba consciente de haber errado de manera desastrosa.
-Mi error -dijo con acritud-, pero pensé que te gustaría -Malik podía verla preparar su siguiente ataque- descansar apropiadamente después del largo viaje y en el jardín, podrías encontrar algo que te agradara. -La cabeza del líder había trabajado lo más rápido posible cuidando de no volver a echarlo todo a perder.
-¿Has estado en ese lugar? -siseó ácidamente, si fuera una gata, pensó Malik, bien podría verle todo el pelaje erizado.
-Sí -respondió Altaïr confundido-. Y nooooo -añadió como si hubiera resuelto el problema en al aire-. Nunca he estado como miembro del jardín, así que…
-Bien -indicó la mujer-, la próxima vez que se te ocurra una brillante idea -ella tomó el tenedor que le pertenecía al líder y lo apuntó al rostro del susodicho- asegúrate de saber de qué se trata o lo que esa infernal mujer me haga, me aseguraré de que recibas el mismo trato -Al final Malik no sabía si había tratado de pincharle un ojo o la nariz.
Altaïr le quitó el cubierto de la mano.
-El agua no te hace daño ¿sabes? -se burló.
-¡O cállate por el amor de Dios! -bramó- 'Sann à Alba a tha mi! ¿Qué vas a saber tú del agua? -Al principio, Malik, creyó que su inglés no era tan bueno porque la mitad de la frase no la había comprendido en absoluto.
-Sí, sí, lo que quieras, mujer -replicó.
Ella dijo algo incomprensible para quien la escuchó, eran palabras guturales, fuertes en su sonido, melódicas en cierta forma, aunque hubo sonidos que jamás se le hubiera ocurrido a Malik que la voz humana pudiera hacer.
-Sólo entendí un par de palabras, Maria, habla más lento. -A la mayoría le sorprendía que entendiera algo de tanto sonido que parecía lo mismo-. Eso lo entendí y será mejor que cuides tu lengua.
La mujer movió la mano restándole importancia al asunto.
-Tú y tus oídos de damisela -murmuró. Altaïr le miró con elocuencia aunque enojado, sin embargo, a ella parecía darle tan igual el enervar al mejor asesino de la secta.
Cuando llegó la comida los sirvientes observaron a la dama desconcertados, ella sola se alcanzó lo necesario para comer. Malik volvió a mirar a su amigo.
-¿Por qué usar eso? -le preguntó Altaïr, señalando la túnica.
La mujer llamada Maria puso los ojos en blanco.
-Porque combina con el color de mis ojos -replicó mordazmente. El Maestro bufó-. No me des esa mirada ¿Quién tuvo la fantástica idea de estropear…?
-¡No fue mi culpa! -se apresuró a decir el sarraceno-. Se llaman ataques sorpresa por algo, Maria. Y dije que lo sentía.
-Aye… well, ahora es un buen momento para en verdad lamentarte por ese hecho. -Satisfecha consigo misma la templaria prestó atención a lo que tenía en el plato. Malik en cambio trató de llamar la atención del Maestro, pero parecía estar demasiado ensimismado.
-Es carne, Maria -se quejó Altaïr. Al-Syaf estuvo a punto de bufar, aparentemente en ese momento, el líder de los asesinos, sólo tenía ojos para la mujer sentada enfrente de él.
-Sí, pues… mira, sucede que el día en que servían comida siria en mi casa, no sé porqué, pero yo no estaba, así que disculpa si trato de averiguar que carajos me voy a llevar a la boca. Y ya que estamos, me avisas el día en que sirvan comida inglesa.
-Es Moughrabiyeh -contestó con acrimonia el asesino.
-¡Oooh! Qué bueno es saber el nombre -se burló la mujer.
Altaïr suspiró.
-Mo ghaol -terció el Maestro de los asesinos, sintiendo su lengua enredarse con las extrañas palabras, aun así la tomó de la mano, a lo cual ella respondió relajando las facciones de su rostro y bajando la mirada como si estuviera dejando su espada en el suelo-, comamos en paz.