(no subject)
Número: 62/62
Fandom: Harry Potter
Título: Barrios Bajos
Claim: Sirius Black + Lily Evans
Extensión: 376.
Advertencias: UA.
Notas: El campo de batalla, el desperdicio humano.
Caminaron hasta salir del lugar, las estrellas brillaban silenciosamente sobre el manto nocturno, la gran Diosa de la noche estaba en la faz en la que no mostraba su cara. El frío callejón se encontraba desierto, lleno de basura que revoloteaba bajo una suave brisa de un verano cerca del fin, sin embargo en el lugar persistía un penetrante olor a aceite, caño, podredumbre y desgracia. Deseaba soltarle la mano a Sirius, pero temía perderse a sí misma en aquellos laberínticos callejones.
Se adentraron en una calle larga demasiado estrecha, los cables y las ropas colgadas entre ambos edificios altísimos; más llenos de suciedad que de pintura descarapelada, con ventanas rotas o cubiertas de periódico, escaleras zigzagueantes de hierro oxidado empotradas a la pared de concreto, que crujían de vez en cuando, daban una sensación claustrofóbica, le amenazaban con irse hacia abajo en cualquier momento.
Una fuerte ráfaga se adentró por la estrecha calle llevando consigo un picante olor a hule quemado, madera podrida, humedad y encerrado. La basura y las prendas tendidas entre la multitud de cables que colgaban de un edificio a otro se movieron violentamente, alzándose en medio del vacío, un cable de luz que estaba metros por encima de sus cabezas, casi llegando al final de los altos edificios, comenzó a soltar chispas blancas, la fuerza del viento aumentó hasta que todos los cables temblaban, algunos cristales estallaron, la ropa danzaba en esa infernal tocada junto con la basura y el polvo del lugar. Sirius tiró de ella comenzando a correr velozmente, el chico tocó violentamente en una de las puertas bajas del edificio de la derecha, gritó algo irreconocible para abrir la puerta.
Sirius empujó a Lily por delante, cerrando la puerta tras sí. El ruido afuera se hizo más potente, era como si cohetes emitiendo una risa fría demencial jugaran por toda la calle, Lily no puedo evitar su curiosidad, pegándose a una diminuta ventana.
Mortífagos, andaban montados en sus escobas armando un jaleó estúpido, el cable de luz se rompió en un estallido brutal de chispas blancas mientras los mortífagos lanzaban “bombardas” a lo idiota. El campo de batalla eran los barrios bajos de los muggles, siempre los de abajo, labraban con sangre el camino de los de arriba.
•••
Fandom: Harry Potter
Título: Aveces sentía algo cosquillear
Claim: Auror novato
Número de Palabras: 100.
El departamento era un caos total, en realidad el Ministerio entero lo era, gente yendo y viniendo, aurores entrando y saliendo sin decir mucho, sólo un: tenemos un código tal aquí, tenemos un código tal acá, mortífagos en tal condado. Cada vez que veía pasar las túnicas azul celeste con la que todos los aurores en regla iban uniformados, la joven se ponía demasiado ansiosa, deseaba ir con ellos, pelear y defender la vida de los inocentes, pero por algún extraño motivo sus piernas le pesaban impidiéndole levantarse de su silla, donde acomodaba montones de papeles (y leía otros tantos).
Fandom: Harry Potter
Título: Barrios Bajos
Claim: Sirius Black + Lily Evans
Extensión: 376.
Advertencias: UA.
Notas: El campo de batalla, el desperdicio humano.
Caminaron hasta salir del lugar, las estrellas brillaban silenciosamente sobre el manto nocturno, la gran Diosa de la noche estaba en la faz en la que no mostraba su cara. El frío callejón se encontraba desierto, lleno de basura que revoloteaba bajo una suave brisa de un verano cerca del fin, sin embargo en el lugar persistía un penetrante olor a aceite, caño, podredumbre y desgracia. Deseaba soltarle la mano a Sirius, pero temía perderse a sí misma en aquellos laberínticos callejones.
Se adentraron en una calle larga demasiado estrecha, los cables y las ropas colgadas entre ambos edificios altísimos; más llenos de suciedad que de pintura descarapelada, con ventanas rotas o cubiertas de periódico, escaleras zigzagueantes de hierro oxidado empotradas a la pared de concreto, que crujían de vez en cuando, daban una sensación claustrofóbica, le amenazaban con irse hacia abajo en cualquier momento.
Una fuerte ráfaga se adentró por la estrecha calle llevando consigo un picante olor a hule quemado, madera podrida, humedad y encerrado. La basura y las prendas tendidas entre la multitud de cables que colgaban de un edificio a otro se movieron violentamente, alzándose en medio del vacío, un cable de luz que estaba metros por encima de sus cabezas, casi llegando al final de los altos edificios, comenzó a soltar chispas blancas, la fuerza del viento aumentó hasta que todos los cables temblaban, algunos cristales estallaron, la ropa danzaba en esa infernal tocada junto con la basura y el polvo del lugar. Sirius tiró de ella comenzando a correr velozmente, el chico tocó violentamente en una de las puertas bajas del edificio de la derecha, gritó algo irreconocible para abrir la puerta.
Sirius empujó a Lily por delante, cerrando la puerta tras sí. El ruido afuera se hizo más potente, era como si cohetes emitiendo una risa fría demencial jugaran por toda la calle, Lily no puedo evitar su curiosidad, pegándose a una diminuta ventana.
Mortífagos, andaban montados en sus escobas armando un jaleó estúpido, el cable de luz se rompió en un estallido brutal de chispas blancas mientras los mortífagos lanzaban “bombardas” a lo idiota. El campo de batalla eran los barrios bajos de los muggles, siempre los de abajo, labraban con sangre el camino de los de arriba.
•••
Fandom: Harry Potter
Título: Aveces sentía algo cosquillear
Claim: Auror novato
Número de Palabras: 100.
El departamento era un caos total, en realidad el Ministerio entero lo era, gente yendo y viniendo, aurores entrando y saliendo sin decir mucho, sólo un: tenemos un código tal aquí, tenemos un código tal acá, mortífagos en tal condado. Cada vez que veía pasar las túnicas azul celeste con la que todos los aurores en regla iban uniformados, la joven se ponía demasiado ansiosa, deseaba ir con ellos, pelear y defender la vida de los inocentes, pero por algún extraño motivo sus piernas le pesaban impidiéndole levantarse de su silla, donde acomodaba montones de papeles (y leía otros tantos).