Miénteme para no Saber la Verdad de mi Realidad.
La verdad, es una cosa sumamente curiosa, porque conlleva a darnos cuenta de otras cosas que no deseamos aceptar. El mundo está plagado de ejemplos sobre esto, Hogwarts claramente no puede ser la excepción a la regla. Estábamos pues, en que la verdad nos dice cosas que no deseamos saber, no nos gusta, nos es aversivo el sentimiento, golpea fuertemente la construcción de nuestra psique, algunos podría decir que entramos en un estado de psicosis, otros dirán sencillamente que nos dará un ataque ¿de qué? Bueno, en el mundo moderno hay ataques de todo; el punto es que perdemos la estabilidad de nuestro mundo, es por ello que deseamos esconder la verdad. La verdad de la verdad, es que le gusta ocultarse tras una mentira o falacia. Es decir, a la verdad le gusta mentir o a nosotros nos gustan las verdades mentidas, no, no, nos gustan las mentiras de la verdad. Sí, eso, nos gustan las mentiras de la verdad. Somos felices con la mentira.
Así pues, Lily Evans era feliz mintiéndose a sí misma, porque la verdad de esa mentira destruía por completo todas sus creencias y el humano vive de creencias, entonces sería como derrumbar las creencias de Lily Evans, si aceptaba la verdad de sus mentiras. O algo cercano a eso.
James Potter lo sabía a la perfección, sabía que a Lily le gustaba engañarse con las falacias de sus verdades. A veces le gustaba ir a pinchar sus globos llenos de quimeras, pero la pelirroja perdía el rumbo de sí, descargándose contra James de la peor manera posible por haberle derrumbado su mundo, y eso hería a James, porque desvelaba las falsedades de su veracidad psicológica.
El día de hoy, James había decidido no irle a pincharle otra de sus fantásticas ilusiones embusteras a Lily. Ya se daría cuenta ella sola que Neil McDougal era un patán de primera, tan horrible que hasta su madre le rechazaba y tan idiota que no reconocía el rojo del azul. Después Lily correría a echarle en cara no haber espantado a tan espelúznate prospecto.
Porque siempre que Lily tenía novio y poco tiempo después, terminaba dándose cuenta de lo terrible que era el susodicho, James tenía la culpa de dejar que alguien semejante se acercará a ella. Es que ese era el juego de James, dejar que se acercarán los peores tipos a Lily, para que ella terminara enamorándose de él, cosa que ya le había dicho la pelirroja nunca sucedería. En cambio, aquellos que eran los mejores, no dejaba él que se acercarán a ella, porque superaban a James y entonces ella podría tener su final feliz, con casa, hijos y un perro. Sí, esa era la verdad que Lily Evans creía sobre James Potter.
El chico respiró profundamente el día era bueno para salir a los jardines, quizás tomar una escoba y volar plácidamente por el campo de quidditch, tal vez nadar en el lago, caminar por la orillas, tontear por ahí, pero él no quería andar solitario por eso lugares, o a lado de sus compañeros fingiendo estar feliz, cuando la verdad era que tenía ganas de abalanzarse sobre Neil McDougal y romperle el rostro a puñetazos.
Y así se encontraba otra de las verdades mentidas de James Potter o tal vez otras de las mentiras dilucidadas de Lily Evans, a veces no se sabía cuando acaba el límite de uno e iniciaba el de otro. Como fuere, ahí se encontraba esa idea de que James Potter tenía una personalidad genial, bromista, pero en cierto sentido maliciosa y así Lily Evans era una chica tranquila, buenita en todo el sentido de la palabra y amable, pero eso no era cierto (dentro de las muchas cosas reales que no lo eran de Lily Evans). Porque la verdad mentida de ella era que tenía una personalidad muy retorcida y maliciosa. Jimmy sólo era un chiquillo con las manos muy largas, pero que en general era un ángel del señor, con tendencia a convertirse en algo semidiabólico, cerca de lo satánico, pero no tan infernal como uno se imagina.
¿Ven?, Lily Evans es una maldad maligna malvada, puesto que justo cuando debería estar paseando por ahí de la manita de su novio, se le venía antojar quedarse en la sala común de Gryffindor, haciéndole mimos de lo lindo. James suspiró pesadamente antes de decidirse a pasar de ellos, pero las risitas insoportables de Lily, de esas que dicen “mírame pero no me veas, sólo quiero que me pongas un poco de atención pero no la necesaria para que yo me la crea, es decir sólo mantenme en tu mente lo suficiente para que yo me sienta bien creyendo que me piensas, pero no debo terminar de creérmelo completamente”.
Firme en su decisión continúo su camino, cuando ahora el sonido de besos resonó en el lugar. Ella quería que él cayera en su juego, pero él no lo iba a hacer, tenía la fuerza para no hacerlo, debía lograrlo, quería hacerlo…
-¡Ey, no! -clamó la joven. James volvió la cabeza lentamente. McDougal parecía un pulpo raquítico baboso encaramado sobre la dulce y adorable Lily…no, con un carajo, no, la demoniaca y mefítica Lily.-. ¡Os he dicho que no! -James alzó una ceja ¿y porqué ella no trataba de detenerlo? Él conocía de sobra las manos pesadas de la joven y definitivamente podía lograrlo.
Pero Lily Evans era un embole de contradicciones; tal vez quería que James saltara sobre el pulpo imbécil ese, para salvarla como un noble caballero de brillante armadura, pero lo que realmente quería era echarle la bronca por puro placer o en realidad no podía detener a su concubino porque este era más fuerte y en verdad necesitaba ayuda, o quizás sólo estaba jugando ese burdo juego donde el sí es no y el no es sí, para luego volverse un sí, no pero sí y el no en un sí pero no.
-¡Idiota! -Ala ven, sí la joven sólo estaba jugando… McDougal salió despedido del sillón para toparse contra la pared.
-Tú -bramó McDougal-, me las pagarás.
James apenas si pudo parpadear antes de recibir un puñetazo por parte del tipo, quien enseguida salió corriendo.
-Es todo tú culpa, todo iba tan bien.
-¿Y yo que pinto aquí?
La joven torció los labios. -Deberías disculparte, sino hubieras aparecido eso no hubiera sucedido y entonces él no lo hubiera hecho, seguiría todo bien, tendríamos una larga relación y luego me pediría matrimonio, pero tú siempre lo hechas todo a perder. -¿De qué estaba hablando ella?-. O tal vez te pusiste de acuerdo con él para que esto sucediera, querías salvarme para que te viera como mi héroe, pero no sucedió de acuerdo a tus planes. Ahora lo entiendo, de cualquier forma si ibas a echarte para atrás desde el inicio no debiste iniciar, siempre juegas conmigo, Potter.
»Pero ya estoy harta. Te lo advierto: la próxima vez que tenga novio, no voy a dejarme engañar por ti…engurrumino del mal.
James parpadeó varias…esa era la verdadera Lily Evans, un ser monstruosamente malo que le echaba la culpa de todos sus problemas ocultándose a sí misma la verdad de sus mentiras mientras las mentiras verdaderas las dejaba salir a flote volteando la malicia por santidad que se volvía una verdadera realidad inusual, llena de falacias concretas que llenaban la realidad surrealista.
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Hace años que no escribía para Duelo Literario, pero aquí está esta cosa y estoy a un paso más de acabar la tabla. Por cierto, si alguien no entendió el escrito; no se preocupe, si alguien le entendió ._. pues hay me lo explica luego ¿no? XXDDD.
Créditos a
rochy_true, por el beteo de esta cosa demasiado loca para ser comprensible.