(no subject)
Número: 16/16
Fandom: Assassin's Creed
Título: Taberna
Claim: Maria Thorpe/Altaïr
Extensión: 607.
Advertencias: Si no has jugado el primer juego o leído The Secret Crusade, encontrarás spoilers. Esto sucede en el período entre que se van de Chipre tras matar al Gran Maestre y deciden tener una relación o lo que sea que ellos tengan.
Notas: Suponía que para el mundo un hombre y mujer solo podían estar juntos si era esposos, lamentablemente salvo por las peleas no había nada entre ellos.
La mezcla de humedad, sudor, cerveza, caballo, mierda, arena, metal oxidado y leche cortada era a lo que olían las tabernas que pertenecían a dueños cristianos. Maria estaba acostumbrada a semejante pestilencia y más, en realidad para ella eso era una taberna limpia, pero para Altaïr aquello le parecía el establecimiento más nauseabundo que había pisado.
La mujer recargó su espalda en la cama estirando las piernas en el suelo, jugó con los dedos de sus pies uniendo las puntas de sus dedos gordos y separándolas. El sonido del agua chorreando se escuchó en la habitación. Sus ojos grises trataron de concentrarse en lo que tenían enfrente y no en lo que había atrás. Trató de tamborilear sus dedos del pie en el suelo como lo hacía con las manos, era mejor ocuparse en algo tan superfluo que pensar en que detrás de sí tenía un hombre desnudo, lamentablemente no estaba dando resultando.
Cuando Maria había dicho que no tenía ningún problema en compartir la habitación y la cama con él, no había mentido, pero se había creído su propia fachada de mujer madura. Error en el que reparó en el momento en que se descubrió espiando al sarraceno debajo de las sábanas mientras se vestía y ella fingía estar dormida. Realmente culpaba al asesino por no darse cuenta que sus armas hacían ruido, además de tener una cicatriz delgada pero muy sexy que iba del muslo derecho hasta… no sabía exactamente dónde, pero lo último que había visto era un glúteo musculoso marcado por esa delgada línea. Sin duda, la línea alimentaba su imaginación, deseando poder recorrer con sus dedos todo el camino, aunque quizás resultara más entretenido hacerlo con la lengua.
Pon tus pensamientos en lograr ese movimiento con los dedos del pie. Se regañó clavando su mirada en sus dedos y concentrándose en mover un dedo después del otro. ¿Cómo había terminado en esa penosa situación? Ah, sí claro, recordaba haber pensando que dado que ambos viajarían hacia el Este, pues podían hacerlo juntos y por alguna extraña razón, en las tabernas siempre terminaban pensando que eran esposos. Era más barato pagar una habitación y sin duda alguna, ella prefería dormir en una cama que en desierto, aunque solo por ese hecho tuviera que aguantar las quejas del árabe sobre lo pestilentes que eran los francos, además de asearse todos los días que tuvieran acceso a agua para que no le diera una verborrea sobre los malos olores. De ahí que ella tuviera que pasar por la torturosa situación de escucharle asearse noche tras noche. ¿Qué había de malo en no bañarse por un largo período de tiempo?
Las risas que emitían sus vecinos eran bastante sugerentes, ambos decían palabras que Maria no alcanzaba a identificar, pero el tono en el que lo hacía, le hacía pensar que eran obscenas.
-Ya terminé -le anunció el asesino como si quisiera sobreponerse al ruido.
Ella asintió con la cabeza aunque no se movió de su lugar, todavía quedaban imágenes sueltas de esa cicatriz endemoniada. Y los sonidos que hacían los ocupantes de la habitación de a lado no ayudaban. Le escuchó preparar la cama para dormir. Ahí iría otra noche pensando en lo que pudiera pasar si alguno de los dos cruzaba la línea, pero ninguno nunca hacía.
-Mañana zarparemos a la India, será mejor descansar antes de subir al barco.
De nuevo asintió con la cabeza, aunque dejó de hacerlo cuando escuchó la madera rechinar en la habitación de sus vecinos. Maria giró la cabeza como si pudiera verlos a través de la madera. Al escucharlos gritar, ella supo que aquella sería una larga noche.
•••
Fandom: A song of ice and fire
Título: Espada
Claim: Brienne de Tarth
Número de Palabras: 100.
Resumen: Que ellos no creyeran en su fuerza, era su ventaja.
Sus manos se cernieron alrededor de la espada con suma fuerza, cuando lo sintió venir evadió el ataque, entonces vio su oportunidad. Clavó su arma en el costado de su oponente, la sangre casi negra comenzó a borbotear. Un grito feroz se escuchó a sus espaldas, retiró su espada del hombre y este se quejó con una voz casi apagada. Le cayó casi por sorpresa su segundo oponente, pero terminó con él de manera veloz. El siguiente contrincante miraba casi con incredulidad los dos cuerpos tirados a su alrededor. Suspiró ¿por qué dudaban de la capacidad letal de una mujer?
Fandom: Assassin's Creed
Título: Taberna
Claim: Maria Thorpe/Altaïr
Extensión: 607.
Advertencias: Si no has jugado el primer juego o leído The Secret Crusade, encontrarás spoilers. Esto sucede en el período entre que se van de Chipre tras matar al Gran Maestre y deciden tener una relación o lo que sea que ellos tengan.
Notas: Suponía que para el mundo un hombre y mujer solo podían estar juntos si era esposos, lamentablemente salvo por las peleas no había nada entre ellos.
La mezcla de humedad, sudor, cerveza, caballo, mierda, arena, metal oxidado y leche cortada era a lo que olían las tabernas que pertenecían a dueños cristianos. Maria estaba acostumbrada a semejante pestilencia y más, en realidad para ella eso era una taberna limpia, pero para Altaïr aquello le parecía el establecimiento más nauseabundo que había pisado.
La mujer recargó su espalda en la cama estirando las piernas en el suelo, jugó con los dedos de sus pies uniendo las puntas de sus dedos gordos y separándolas. El sonido del agua chorreando se escuchó en la habitación. Sus ojos grises trataron de concentrarse en lo que tenían enfrente y no en lo que había atrás. Trató de tamborilear sus dedos del pie en el suelo como lo hacía con las manos, era mejor ocuparse en algo tan superfluo que pensar en que detrás de sí tenía un hombre desnudo, lamentablemente no estaba dando resultando.
Cuando Maria había dicho que no tenía ningún problema en compartir la habitación y la cama con él, no había mentido, pero se había creído su propia fachada de mujer madura. Error en el que reparó en el momento en que se descubrió espiando al sarraceno debajo de las sábanas mientras se vestía y ella fingía estar dormida. Realmente culpaba al asesino por no darse cuenta que sus armas hacían ruido, además de tener una cicatriz delgada pero muy sexy que iba del muslo derecho hasta… no sabía exactamente dónde, pero lo último que había visto era un glúteo musculoso marcado por esa delgada línea. Sin duda, la línea alimentaba su imaginación, deseando poder recorrer con sus dedos todo el camino, aunque quizás resultara más entretenido hacerlo con la lengua.
Pon tus pensamientos en lograr ese movimiento con los dedos del pie. Se regañó clavando su mirada en sus dedos y concentrándose en mover un dedo después del otro. ¿Cómo había terminado en esa penosa situación? Ah, sí claro, recordaba haber pensando que dado que ambos viajarían hacia el Este, pues podían hacerlo juntos y por alguna extraña razón, en las tabernas siempre terminaban pensando que eran esposos. Era más barato pagar una habitación y sin duda alguna, ella prefería dormir en una cama que en desierto, aunque solo por ese hecho tuviera que aguantar las quejas del árabe sobre lo pestilentes que eran los francos, además de asearse todos los días que tuvieran acceso a agua para que no le diera una verborrea sobre los malos olores. De ahí que ella tuviera que pasar por la torturosa situación de escucharle asearse noche tras noche. ¿Qué había de malo en no bañarse por un largo período de tiempo?
Las risas que emitían sus vecinos eran bastante sugerentes, ambos decían palabras que Maria no alcanzaba a identificar, pero el tono en el que lo hacía, le hacía pensar que eran obscenas.
-Ya terminé -le anunció el asesino como si quisiera sobreponerse al ruido.
Ella asintió con la cabeza aunque no se movió de su lugar, todavía quedaban imágenes sueltas de esa cicatriz endemoniada. Y los sonidos que hacían los ocupantes de la habitación de a lado no ayudaban. Le escuchó preparar la cama para dormir. Ahí iría otra noche pensando en lo que pudiera pasar si alguno de los dos cruzaba la línea, pero ninguno nunca hacía.
-Mañana zarparemos a la India, será mejor descansar antes de subir al barco.
De nuevo asintió con la cabeza, aunque dejó de hacerlo cuando escuchó la madera rechinar en la habitación de sus vecinos. Maria giró la cabeza como si pudiera verlos a través de la madera. Al escucharlos gritar, ella supo que aquella sería una larga noche.
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Fandom: A song of ice and fire
Título: Espada
Claim: Brienne de Tarth
Número de Palabras: 100.
Resumen: Que ellos no creyeran en su fuerza, era su ventaja.
Sus manos se cernieron alrededor de la espada con suma fuerza, cuando lo sintió venir evadió el ataque, entonces vio su oportunidad. Clavó su arma en el costado de su oponente, la sangre casi negra comenzó a borbotear. Un grito feroz se escuchó a sus espaldas, retiró su espada del hombre y este se quejó con una voz casi apagada. Le cayó casi por sorpresa su segundo oponente, pero terminó con él de manera veloz. El siguiente contrincante miraba casi con incredulidad los dos cuerpos tirados a su alrededor. Suspiró ¿por qué dudaban de la capacidad letal de una mujer?