En algún lugar del trago [#007 Margarita]

Dec 20, 2009 20:54

Cóctel: Afuera Mientras Llueve
Bartender: Kirscheh
Pub: Vampire Knight
Botella: 07 Margarita
Ingredientes: Kaname Kuran/Yuuki Kuran/Zero Kiryuu
Graduación Alcohólica: PG
Primer Sorbo: Sola, en la oscuridad de una gran mansión, sin nada que hacer o pensar, mientras el cielo habla y se decanta, ella pide que alguien le ayude a no necesitar de manos, labios y cabellos; cercanos y ajenos...
Confesiones: Spoilers del capítulo 35
Menú: Los cócteles de la casa
Compañeros de tragos: Fandom_insano

Alzando la vista al cielo lo sabía, lo intuía, era como si el viento lo avecinara y las nubes la solaparan, después de todo estaba sola en aquel recóndito lugar, ni siquiera los gritos desesperados de Aidou-senpai la consolaban. Divagaba entonces la mirada por entre los recovecos del sitio, esperando encontrar algo en qué entretenerse, algo con lo cual fantasear que no estaba en ese lugar.

¿Alguna vez te has preguntado cuál es el humor de las marmotas?

Suponía que era mejor a preguntarse por aquellos que no estaban cerca de ella. Dolía, se le anegaban los ojos mientras tarareaba una canción que desconocía, y se sentía estúpida, porque hacía algo que realmente no deseaba hacer ¿es que acaso eso no era la vida? Reía, por eso no le gustaba estar sola, por eso prefería encerrarse a estudiar sobre ética, aritmética, balística, química, lo que fuera pero que le alejara la mente de esas insanas preguntas ¿dónde estaba Aidou-senpai?

¿Debía llamarle? Abrió la boca pero se contuvo ¿y si luego ya no podía parar?, ¿si después dejaba fluir todo?, ¿y si se inmolaba entre grito y grito? Tenía miedo, pues no sabía que podía salir de sus labios, se llenaba de pánico al fantasear con la idea de llamarle por equivocación, por dejar a su subconsciente salir. ¿Qué pensaría Aidou-senpai de ella?, ¿y Kaname? Sabía que a él no le importaba, o decía no importarle, pero ¿cómo olvidar ese matiz de reproche en sus palabras?, ¿ese calvario en su mirada? Ella era mala, en verdad lo era.

Se recargó sobre la ventana, afuera el olor a tierra húmeda inundaba todo el lugar. Le gustaría convertirse en lodo, así la lluvia le golpearía y se sentiría más cercana a su real naturaleza. Se llevó las manos al rostro ¿cómo podía amar a dos personas cuando le consumía demasiado la culpa?, ¿cómo podía soportar que Kaname aceptara en silencio que amara a otro, cuando ella la única ante sus ojos?, ¿cómo podía aceptarse a sí misma, cuando ni siquiera sabía aún quien era?

Tocó la ventana con una mano ¿podía su corazón convertirse en planta o en piedra para ser lavada por la lluvia?

Entonces sintió aún más pánico, porque todo aquel dolor que sentía, toda aquella confusión en su mente, todo ese empelote de palabras y discusiones: desaparecería. Era absurdo, pero no quería dejarlo desvanecerse simplemente con la lluvia. Los amaba, con todo y que no entendiera como sucedía eso, los amaba, aunque calara el alma, aunque terminara empapada hasta los huesos. Los amaba y no podía ser de otra forma.

Necesitaba de Kaname como se necesitaba el respirar, porque él era su razón de ser, de vivir, de existir, por él había caminado en medio de las sombras, sin saber porqué o con qué. Se había entregado a él con o sin memorias. ¿Cómo podía abandonarle y no volverse loca en el intento?

De Zero, necesitaba su apoyo, sus manos, sus brazos, su cuerpo entero diciéndole que podía alcanzar el cielo en cualquier momento, que era útil aunque nadie más lo creyera. Requería de su sonrisa no confesa, proclamándole cuanto precisaba de sus tonterías. ¿Cómo podía no amarle y vivir sin recordarle?

Entonces era cuando más dolía, cuando más derruía, porque no los tenía, porque se sentía lejos de ellos, porque le era imposible segregarlos. Eran como esa bebida de la que tanto hablaba Aidou-senpai, esa que no debía tomar porque uno de sus ingredientes era muy fuerte.

Después de todo ¿qué hubiera sido de Kaname si Zero no hubiera estado para protegerla a ella? Kaname había requerido del cazador más de lo que se permitía admitir, había sido ese joven de cabellos plata el que había cuidado de ella día y noche sin descanso algo, dándole aquello de lo cual había carecido Yuuki, un amigo en el cual confiar, un confidente en el cual reposar, un hermano y amante silencioso en el cual volcarlo todo sin recibir nada a cambio.

¿Y qué hubiera sido de Zero sin Kaname? Del cual había necesitado de su presencia para recordarle cual era su objetivo en esta vida, darle una razón para la cual seguir adelante, aunque pareciera retorcida, aunque sonara aterradora, aunque atentara contra la misma existencia del de ojos violeta. Kaname en Zero era la excusa maligna, de porqué debía continuar respirando el día de mañana.

Sí, eran como la Margarita, Kaname era el tequila, quemaba por entero desde el primer contacto que se tenía, se deslizaba por las entrañas corroyendo todo aquello con lo que se topaba y por más fuerte que fuera su tacto, uno seguía tomándolo. Zero era como el jugo de limón, amargo al contacto, pero indispensable para darle un toque especial a los alimentos, y ella era el licor de naranja, que rebajaba, suavizaba y dulcificaba todo sabor muy fuerte. Sin uno de los tres elementos la bebida no era igual. Cuando uno de ellos faltaba, los otros dos, se encontraban incompletos, como si no tuvieran una razón de ser.

Y afuera mientras llueve, las piedras se iban deslavando.

Y así inicia la tabla para Fandom_insano, no se desesperen por el porno, que un día de estos viene. Digo alcohol ¿y nada de sexo? No way!

tabla: alcohol, zero kiryuu, vampire knight, yuuki cross, kaname kuran

Previous post Next post
Up