Adéu.

Sep 16, 2009 20:44

Título: Adéu.
Fandom: Vampire Knight.
Claim: Kaname/Zero
Prompt: "Lo más difícil no es el primer beso, sino el último"
Extensión: 685
Notas: Yaoi.

Era su condena, era el precio a pagar por la ofensa a los dioses, a la tierra, a la vida, a todo lo que habitaba este cosmos. Ya sabía que todo lo que tocaran sus manos se convertiría en polvo, porque él era el Midas de la muerte. Su vida a cambio de la eternidad; nada podía salir bien de los hilos tejidos del hijo maldito, nadie podía escapar de la desgracia, cuando se juntaba con el primer residente del virus de la loca codicia del vital líquido.

Matar para vivir, condenar para alejar un poco la soledad, lastimar para acallar las culpas, incapaz de llorar por todos los actos perpetuados. Sufrir todo cuanto el destino le impusiera sin poder externarlo.

Pero una vez más, tan sólo por un instante había acariciado la idea de que todo aquello fuera mentira, se había intentado aferrar a las vagas ilusiones de sus amigos sobre el haber estado viviendo una mentira, se había abrazado a la idea de una dañada mente que imaginaba cosas y que él también merecía felicidad, él también tenía derecho a la luz del calor de los sentimientos. Pero sólo había sido cuestión de tiempo, antes de que la Vida le demostrara una vez más que no estaba errado, él merecía el castigo por haber esparcido tiempo atrás la semilla de la casta de los no-vivos.

Intentó desviar su mirada pero no podía ¿cómo podría lograrlo? Era su último adiós, era la última vez que se verían, su adorado amante debía sucumbir ante la Dama de Funesta Guadaña, por culpa de él; si se hubiera mantenido al margen, si lo hubiera dejado escapar…

Quieto, respirando tranquilamente entre las sábanas de su apacible cama, yacía el vampiro cazador, se debatía entre la locura y la demencia, incapaz de reconocer incluso su propio nombre. Su porte que antaño era imperial, lleno de hermosura y gallardía, ahora se veía consumido por los largos años transcurridos, el exceso de sangre demasiado espesa en sus venas y el dolor de seguir atado a esa existencia.

Su querido amigo, ahora con arrugas en el rostro, le apretó el hombro tratando de infundirle coraje. -Ya es tiempo, Kaname, él no quisiera…

¡Que iba a saber el mundo! sobre lo que… no se atrevía a decir su nombre, pero que iban a saber cuáles eran los deseos de él.

¡Porqué no podía morir él también!, ¡porqué debían pagar inocentes por sus pecados!

Unas dulces manos le rodearon el cuello. ¡Ah! Lilith, Lilith, Lilith, ¿quién se atreve a blasfemar sobre tu nombre y tu esencia? La dama del vicio y su eterna compañera ignominiosa, estaba ahí para acompañarle en su lamento. Ella había sido el inicio de todo, ella los había tomado de las manos para hacerles caer en sus brazos, acurrucándolos contra su bendito pecho, pidiendo que se olvidaran un poco de sus tormentos para disfrutar de la aventura llamada vida.

Ciegos a toda esperanza de salvación caminaron aferrándose a los dedos de tan pérfida señorita, aprendiendo a convivir, a tolerar, hasta que un día no se vieron yendo por andares separados. Se fueron juntos forjando sueños y desvelos, viviendo ambos en infiernos mutuos, jugando a buscarse para evitarse; después de amarse se odiaban doblemente.

Caminó hacia Zero de la mano de su hermana. Postrándose de hinojos ante su yerma figura lo acarició, los milenios habían dejado su marca sobre su piel, pero su carácter seguía siendo el mismo de siempre; irreverente y salvaje ante él, ante la vida, ante todos. Tan franco como sensible.

Yuuki le besó en la frente, dejando caer sus preciosas lágrimas en la faz del moribundo, murmuró una antigua plegaria para que un día se volvieran a encontrar, ¿por qué él no podía compartir con ellos la inmortalidad? Kaname lo supo, jamás lo permitiría, él era bello por eso, porque el factor humanidad en su fragilidad e impotencia brillaba más que los perpetuos dioses, más que los impíos demonios que arrancaron la ambrosía de los todopoderosos.

Se inclinó sobre sus labios, cerró los ojos atesorando ese momento. Entregando su alma en ese último roce, le dijo adiós.

-

Apesta menos que el primero ¿no? por dios... ¡digánme que no tire la toalla con esta pareja!

Por cierto, de acuerdo a mi profesora de francés, adéu se usa cuando es el último adiós, cuando ya no volverás o no planeas volver a ver a esa persona.

zero kiryuu, vampire knight, yuuki cross, drabble, crack and roll, kaname kuran

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