De noche por siempre.
Título: De noche por siempre.
Fandom: Vampire Knight.
Claim: Kaname/Takuma
Prompt: "Our dream ended long ago"
Extensión: 685
Las noches a su lado siempre eran buenas, llenas de calma y recuerdos añejados, se respiraba una buena vibra que ni el mejor de los narcóticos podría suministrar. Se sirvió una taza más de café dejando que el olor se esparciera por la habitación, adueñándose de sus sentidos.
-La lluvia no te dejará volver temprano a casa -murmuró su compañero quien escribía una larga carta para algún regente de una lejana ciudad-, ya hemos terminado, mañana podríamos afinar los detalles.
Ya sabía que si se quedaba hasta tarde en la oficina tendría problemas para ir a descansar, la carretera estatal se llenaba debido a la nueva construcción de un nuevo tren; que obligaba a todos a optar por la carretera. Pero le gustaba estar en ese lugar, la vida fluía por sus pasillos, siempre llenos de diversa gente con miles de propuestas para el Rey de los vampiros, las labores parecían nunca terminarse, a penas se finalizaba un proyecto y ya comenzaba el otro, él quería conocerlos a todos, deseaba ayudar a crear una nueva sociedad, además ese era su trabajo.
Ir a casa no le hacía gracia, era aburrido, ahí sólo llegaría a leer el nuevo capítulo de un manga antes de ir a la cama; le gustaban pero no era lo único en su vida.
-No hay nadie esperándome.
Los ojos granate de su amigo se levantaron de los papeles que tenía sobre el escritorio para observarle, su comentario lo desconcertó. Todos sabían que Takuma no tenía una pareja, además no parecía estar particularmente interesado por alguien. Los amantes y la cama eran cosas que entre caballeros no se preguntaban, ese tipo de cosas no le interesaban a Kaname, prefería pasar de esos temas; excepto que causaran problemas como Aido y su relación con Wakaba, pero esos dos eran especímenes aparte.
-Aún es temprano -continuó Kuran mientras jugaba con su pluma entre los dedos-, podrías conocer a alguien.
El noble rió tomando un sorbo de su café. -Que poco tacto tienes para correrme, Kaname. -La intención había sido buena, pero también era una manera ruda de ponerlo sobre la mesa.
-Aido ha mencionado un par de veces un restaurant, se llama “Le Monde” o algo así, he escuchado que es bueno. -Él detestaba las multitudes, así que prefería la intimidad de su casa con la dulce Yuuki; aunque a esta le encantaba la marabunta así que a veces Kaname terminaba envuelto en un lio.
El rubio meneó la cabeza negativamente. -¿Me estás sugiriendo un lugar que es recomendando por Hanabusa-kun? -Está vez fue Kuran el que rió, lo que había dicho era un disparate, ir a un lugar que el vampiro de ojos azules frecuentaba era similar a irse a meter a un manicomio-. Definitivamente estás perdiendo tu toque.
El sangrepura no tuvo lugar a replica, se limitó a seguir escribiendo la carta con su pulcra letra. Él conocía muy bien el significado de la soledad, de no tener a nadie esperándote en casa, del profundo vacío corrosivo de estar encerrado en cuatro paredes de oro. No tenía derecho a quejarse de la compañía de Takuma, ¿cómo podía tenerlo? Él era el responsable de haber revuelto los sentimientos de su amigo.
Cuando era jóvenes sólo se tuvieron a sí mismos en la lúgubre mansión Ichijo, siempre rodeados de zopilotes de la política buscando el beneficio del presidente del Consejo o bien, el favor del sangrepura. Eran dos niños en medio de la noche descubriendo el mundo entre juegos y complots, Kaname se entregaba a la desesperación de la oscuridad mientras su amigo trataba de arrancarlo de ese terrible destino. La necesidad de sentirse amados los había hecho colisionar, el erotismo creciendo, las hormonas controlando la razón ¿se sienten bien mis manos sobre tu piel?, ¿me dejas probar el sabor de tu cuerpo?
Un escalofrío recorrió la espalda de ambos, la vida no era fácil, las relaciones homosexuales no eran algo bien recibido. La sombra de Yuuki, el poder de Ichijo, un nuevo régimen que erigir, confianza que alimentar. Había cosas que uno debía dejar en el pasado para construir un nuevo futuro.
-
Una de mis parejas favorita y de las que sin duda, tengo que seguir escribiendo.
Fandom: Vampire Knight.
Claim: Kaname/Takuma
Prompt: "Our dream ended long ago"
Extensión: 685
Las noches a su lado siempre eran buenas, llenas de calma y recuerdos añejados, se respiraba una buena vibra que ni el mejor de los narcóticos podría suministrar. Se sirvió una taza más de café dejando que el olor se esparciera por la habitación, adueñándose de sus sentidos.
-La lluvia no te dejará volver temprano a casa -murmuró su compañero quien escribía una larga carta para algún regente de una lejana ciudad-, ya hemos terminado, mañana podríamos afinar los detalles.
Ya sabía que si se quedaba hasta tarde en la oficina tendría problemas para ir a descansar, la carretera estatal se llenaba debido a la nueva construcción de un nuevo tren; que obligaba a todos a optar por la carretera. Pero le gustaba estar en ese lugar, la vida fluía por sus pasillos, siempre llenos de diversa gente con miles de propuestas para el Rey de los vampiros, las labores parecían nunca terminarse, a penas se finalizaba un proyecto y ya comenzaba el otro, él quería conocerlos a todos, deseaba ayudar a crear una nueva sociedad, además ese era su trabajo.
Ir a casa no le hacía gracia, era aburrido, ahí sólo llegaría a leer el nuevo capítulo de un manga antes de ir a la cama; le gustaban pero no era lo único en su vida.
-No hay nadie esperándome.
Los ojos granate de su amigo se levantaron de los papeles que tenía sobre el escritorio para observarle, su comentario lo desconcertó. Todos sabían que Takuma no tenía una pareja, además no parecía estar particularmente interesado por alguien. Los amantes y la cama eran cosas que entre caballeros no se preguntaban, ese tipo de cosas no le interesaban a Kaname, prefería pasar de esos temas; excepto que causaran problemas como Aido y su relación con Wakaba, pero esos dos eran especímenes aparte.
-Aún es temprano -continuó Kuran mientras jugaba con su pluma entre los dedos-, podrías conocer a alguien.
El noble rió tomando un sorbo de su café. -Que poco tacto tienes para correrme, Kaname. -La intención había sido buena, pero también era una manera ruda de ponerlo sobre la mesa.
-Aido ha mencionado un par de veces un restaurant, se llama “Le Monde” o algo así, he escuchado que es bueno. -Él detestaba las multitudes, así que prefería la intimidad de su casa con la dulce Yuuki; aunque a esta le encantaba la marabunta así que a veces Kaname terminaba envuelto en un lio.
El rubio meneó la cabeza negativamente. -¿Me estás sugiriendo un lugar que es recomendando por Hanabusa-kun? -Está vez fue Kuran el que rió, lo que había dicho era un disparate, ir a un lugar que el vampiro de ojos azules frecuentaba era similar a irse a meter a un manicomio-. Definitivamente estás perdiendo tu toque.
El sangrepura no tuvo lugar a replica, se limitó a seguir escribiendo la carta con su pulcra letra. Él conocía muy bien el significado de la soledad, de no tener a nadie esperándote en casa, del profundo vacío corrosivo de estar encerrado en cuatro paredes de oro. No tenía derecho a quejarse de la compañía de Takuma, ¿cómo podía tenerlo? Él era el responsable de haber revuelto los sentimientos de su amigo.
Cuando era jóvenes sólo se tuvieron a sí mismos en la lúgubre mansión Ichijo, siempre rodeados de zopilotes de la política buscando el beneficio del presidente del Consejo o bien, el favor del sangrepura. Eran dos niños en medio de la noche descubriendo el mundo entre juegos y complots, Kaname se entregaba a la desesperación de la oscuridad mientras su amigo trataba de arrancarlo de ese terrible destino. La necesidad de sentirse amados los había hecho colisionar, el erotismo creciendo, las hormonas controlando la razón ¿se sienten bien mis manos sobre tu piel?, ¿me dejas probar el sabor de tu cuerpo?
Un escalofrío recorrió la espalda de ambos, la vida no era fácil, las relaciones homosexuales no eran algo bien recibido. La sombra de Yuuki, el poder de Ichijo, un nuevo régimen que erigir, confianza que alimentar. Había cosas que uno debía dejar en el pasado para construir un nuevo futuro.
-
Una de mis parejas favorita y de las que sin duda, tengo que seguir escribiendo.