Hoy es el cumpleaños de Matt, una amiga... y he de admitir que hasta hace dos días no tenía ni idea de qué regalarle, sin money ni nada porque estoy peleado... pensaba hacerle un dibujo pero me sabía a poco sobre todo porque no me salía nada decente, hasta que al final hoy tuve una iluminación y... salió esto, escrito a toda prisa, todo sea dicho, pero me parece mentira que ha quedado medio bien y todo. Y mi beta en el primer drabble me ha dicho que está aceptable de IC y demás así que... FELIZ CUMPLEAÑOS~
Titulo: Dos semanas de vacaciones
Serie: Young Justice (DC comics)
Personajes: Impulse (Bart), Robin (Tim), Superboy (Kon)
Extensión: Tres drabbles que acumulan 1780 palabras.
Advertencias: Rating: K.
Notas: regalo de cumpleaños para Matt. Y participa en el ciclo 9 de
histeria_fandom 1. Libro
El libro cayó en la mesa con la pesadez propia de un tocho como el que era, ahí debía haber por lo menos mil quinientas páginas. Los dos se incorporaron. Superboy estaba hasta entonces tirado en el sofá, mientras Impulse se había sentado bocabajo, con la cabeza colgando, del sillón al lado, mientras hablaban de nada quejándose de lo aburridos que estaban y de lo que tardaba Robin en volver. Y ni siquiera les había dicho a qué iba.
Miraron el libro con asombro y luego levantaron la nariz, los dos, hacia Robin
-¿Qué es esto?
-La guía de viajes -respondió con naturalidad el otro, sentándose frente a Impulse en el otro sillón. Era más fácil que pelearse con el otro por un trozo de sofá.
-¿La guía de viajes? -Superboy e Impulse miraron entre ellos.
Robin asintió.
-¿No la queríais?
-Eh… lo cierto es que no me acuerdo de haber dicho que quiera algo así -admitió Kon cogiendo el libro para mirarlo desde todos los ángulos. Lo mirase por donde lo mirase no le entraba la más mínima gana de abrirlo. ¡Nadie diría que fuese una guía de viajes!
-¿De dónde se supone que es? Es enorme. El manual más enorme que haya visto nunca -comentó impulse, curioso, poniéndose bien en el sillón solo para inclinarse hacia el libro.
-Es de todo el mundo, habla un poco de todo. ¿No queríais iros de vacaciones? Primero hay que elegir a donde vamos.
Los dos volvieron a mirarle. La calma con la que lo decía parecía mentira. Superboy dejó el libro en la mesa.
-No era eso lo que tenía en mente cuando lo dije -suspiró un poquito-. Ey, ¿no puedes leerla tú, Imp? A toda velocidad, y luego nos lo cuentas.
Pero no parecía que al pequeño le motivase mucho la tarea.
-¿No sería más fácil coger una bola del mundo y señalar al azar? -propuso. La idea le parecía muy buena y salió corriendo de la habitación antes de que respondiesen, para traer un globo terráqueo que nadie sabía que existiese.
-Si vamos a ir de vacaciones hay que informars…
-¡Vamos! -Kon interrumpió a Robin-. No seas aguafiestas, Rob. Nadie salvo tú se leería esa guía, admítelo.
No podía decir mucho al respecto por lo que se giró hacia Bart.
-¡Deja eso! -le dijo, señalando a un lado apra que dejase el globo terráqueo. Suspiró. Tratar con esos dos no podía ser bueno para su salud-. A ver, ¿no hay ningún sitio que os apetezca?
-Pues…
Ambos se pusieron a pensar, mirando al infinito. Superboy se rascó la barbilla.
-¡Ya sé! -saltó Impulse, dando un pequeño bote-. ¿Y si vamos a una isla? Una isla desierta o algo así. Tiene que ser muy relajante. Es a donde va siempre la gente de vacaciones.
-Me temo que en la realidad la gente no va solo a islas paradisiacas… además los billetes.
-Espera -lo interrumpió Superboy-. ¿te estás preocupando… por los billetes? ¡Pero si podemos ir en la supermoto! O volando, o Imp corriendo.
-Tu eres el único que vuela -le recordó Tim.
-Da igual, está la Supermoto -insistió.
-¡Vale, vale! Iremos en la moto… pero aún queda ¿a dónde? -aceptó Tim.
-¡Ya lo he dicho yo! -Impulse agitó la mano llamando su atención-. A una isla paradisiaca.
-Ya, pero ¿a cuál? Debe haber muchas. El Caribe, las islas Fiji…
-No sé, a una. Todas son iguales, ¿no? -Impulse le miró sin saber qué decir.
Robin suspiró de nuevo. Que paciencia.
-Está bien, ya me ocuparé yo de elegirla… ¿cuándo queréis iros?
-¡Mañana!
Típico. No sabía para qué preguntaba.
-Está bien -aceptó-. Id haciendo las maletas, voy a organizarlo.
-Ni que hubiese mucho que organizar…
-Quizá vosotros creáis que… bah, dejadlo, yo me ocupo.
Los dos le miraron con una amplia sonrisa y el pobre tan solo pudo sonreír. En el fondo se había acostumbrado a esos dos.
Aunque dudaba que las vacaciones fuesen a ser tranquilas. Para nada.
2. Teléfono
-¿No funciona el teléfono?
Impulse negó con la cabeza.
-No sé si eso le hará gracia a Rob -ya se lo imaginaba, preguntándose si habría alguna emergencia o si eran necesarios-. Da igual, son vacaciones -se dijo encogiendo se de hombros y dando un sorbo a su refresco.
Habían bajado tempranito a la playa y solo faltaba Tim por llegar. Había ido a no-se-qué en la habitación.
Impulse tiró el móvil a la bolsa de la playa, tumbándose sobre la arena directamente, rodando un poco sobre sí mismo para rebozarse en arena. Comparado con la base la playa era un cambio demasiado tentador. Hacia calor, había bebidas frías que había traído Superboy, mar… Tenía ganas de meterse al agua.
-Eh, ven aquí -le dijo Superboy, haciéndole un gesto e Impulse rodó hacia él. Le echó un chorro de crema en la espalda blanca-. Extiéndetela.
-Jo… no me apetece -protestó el más joven pero el otro no le dejó replicar, echándole más crema en el pecho, mientras él mismo se untaba lo que le quedaba del cuello y los hombros.
A regañadientes el pequeño se puso a extenderse la crema solar para no quejarse.
-¿Tim va a tardar mucho?
-Ni idea -respondió el otro, distraído. De pronto se rió sin avisar-. Quizá está pegándose el antifaz para que no se le vaya con el agua.
La idea hizo que Impulse se riese y se le cayese la mitad de la crema.
-¡Seguro que si! Pero, ¿va a bañarse?
Superboy se encogió de hombros.
-Seguro que no quiere -aventuró Bart-. ¡Pero yo quiero que se bañe!
-Hum, creo que ya sé qué podemos hacer- Kon sonrió. Se le había ocurrido una idea y Bart se le acercó, reconociendo ese brillito en los ojos.
-¿Qué es? ¿Qué es? ¿Quéesquéesquées? ¿Quéeee? Dimeloooooo -protestó.
El otro le hizo un gesto para que s ele acercase para susurrarle el plan que acababa de aparecer en su mente y que, desde su punto de vista, era supergenial.
***
Por fin había terminado de deshacer las maletas de los tres y arreglar las cosas con el del hotel. Como era de esperar Impulse salió corriendo y Superboy por la ventana en cuanto tiraron las mochilas a una esquina de la habitación, rumbo a la playa
Ellos tenían la crema de sol así que simplemente se había puesto el bañador amarillo y ahora estaba llegando a la playa. Se echaría crema y se tumbaría un rato y luego se bañaría. Una forma perfecta de disfrutar la playa sin duda...
-¡¡¡ROOOOOOOOOOOOOOOB!!!
El grito al unísono le asustó, haciéndole detenerse.
-¿Qu…?
Ni le dio tiempo a sorprenderse, cuatro brazos lo agarraron levantándolo en volandas para tirarlo a una masa de agua escandalosamente fría para ser el Caribe.
-¿Qué dem…? -le entró agua en la boca y se revolvió, soltándose de esos dos, saliendo a flote para mirarles mal-. ¿Qué hacéis?
Como no esos dos se estaban partiendo de risa en el agua, empapados por completo los tres. de hecho estaban a varios metros de la orilla ya de tan rápido que habían corrido con él agarrado.
-Desgraciados…
-Ya no tienes excusa para no mojarte -le guiñó un ojo Superboy mientras Impulse seguía riéndose hasta casi atragantarse al entrarle un poco de agua en la boca.
Sonrió un poco al ver esa escena y a Kon darle palmadas en la espalda.
Parecía que el día de playa iba a ser más bien distinto.
3. Engaño
Había sido una pequeña mentirijilla eso de que se había caído y se había roto el pie y que no podía moverse. Pero quería que estuviesen allí lo antes posible. No podía dejar de ir de un sito a otro, correteando nervioso, impaciente por verlos. Los había llamado hacía menos de cinco minutos, en cuanto había acabado, a toda velocidad, el regalo final de las vacaciones.
Habían vuelto hacía dos días y el anterior lo habían pasado los tres tirados en la base, sin querer moverse. Se notaba que las dos semanas de playa se habían acabado y la desgana que los había invadido a los tres, sin querer hacer nada.
Por suerte salvo dos veces no les interrumpieron en todas las vacaciones, así que habían podido medianamente disfrutado de la playa, el mar y las palmeras.
Miró el reloj de nuevo. Solo había pasado un cuarto de minuto desde que lo mirado antes. Colocó mejor la mesa.
Justo a tiempo.
-¿Qué ha pasado? -exigió una voz de sobra conocida, entrando de golpe, sin mirar nada dentro, directamente hacia Impulse-. ¿Estás bien? -exigió saber, cogiéndole en cuanto le vio-. Espera… estas de pie, ¿no te habías roto el pie? -preguntó Kon desconcertado al verle derecho.
Impulse sonrió, levantando el pie sano y salvo inocentemente.
-¡Mentiroso! -le acusó el otro una vez asimiló lo que eso significa, a punto de darle una colleja cuando Bart señaló la mesa.
Se giró hacia allí para ver qué pasaba pero solo vio la mesa tapada por una sábana. Iba a preguntar cuando…
En ese preciso momento entró en la base el tercero de los jóvenes.
-¿Qué pasó? -preguntó de forma similar, quizá incluso más preocupada, a cómo lo había hecho Superboy al llegar.
Pero Kon se giró hacia él.
-¡Nada, nada, Rob! Imp exageró un poco.
-¿Cómo que exagero? -miró hacia el más pequeño-. ¿Cómo es que estás de pie? -preguntó sin comprender nada-. ¿Alguien me explica qué ha pasado?
-Ni id…
-Miraaaaaad -les llamó la atención Impulse, apartando por fin la sábana, impaciente de saber qué dirían al ver su regalo-. ¡Es por las vacaciones! -explicó todo satisfecho y orgulloso de si mismo.
Los otros dos se acercaron a la mesa, abriendo la boca ambos.
-Vaya…
-¿Lo has hecho tu, Imp? -preguntó Superboy asombrado. Impulse asintió, más orgulloso si cabe-. Seguro que nos vas a envenenar -se rió burlón el mayor pero al ver su cara se corrigió-. Es una broma, es una broma -le aclaró.
Sobre la mesa había una gran tarta de chocolate con una cobertura de azúcar. Parecía que solo de mirarla daría caries. Muy del gusto de Bart, sin duda, pensó Tim.
-¿Qué os parece?
-Me encanta.
-¿Eso somos nosotros?
-Sí, en la playa -confirmó Impulse-. Miré en internet como hacerlo.
-¿Y por esto nos mentiste?
-¡Es que quería que llegaseis rápido! -explicó con un mohín él.
-¡Habernos dicho que fuésemos rápido, no nos mientas! Me diste un susto de muerte -le reprochó Tim.
-Vamos, no es para tanto -le defendió Superboy-. Era con buena intención.
-¡Eso! -Impulse sonrió al mayor de todos-. ¿Queréis probarla?
-¡Por supuesto!
-Voy a por los platos.
-¡Gracias, Imp!
Definitivamente habían sido unas dos semanas de vacaciones grandiosas. Y este era el mejor broche final que podrían dárselas.