Muchas gracias a los que os interesasteis por lo del robo. De momento el asunto... va xd. No lo recuperé pero la denuncia está puesta, tengo pendiente hoy llamar al seguro, ayer ni me hicieron la tarjeta del abono del metro en el consorcio (pese a que ya una vez me la hicieron allí en el momento, cabrones) ni me ahorro nada por el robo de modo que toca esperar dos semanas a que llege al estanco =-=
Y unas amigas me regalaron unos cascos nuevos que estoy usando ahora mismo. Malditas >//////////<
Por cierto, sobre traducciones... últimamente no subo pero he hecho aún un par más. Con suerte pronto veréis por qué :3
Continuemos con la tabla.
Titulo y prompt: 6# Gula
Claim: Nórdicos - Finlandia
Clasificación: K.
Aclaraciones: Por si alguien no sabe lo que es el
salmiakki es una golosina de regaliz salado muy popular en los países nórdicos y que come sobre todo Finlandia.
Palabras: 423
No sabía lo que tenía pero el caso es que no podía dejar de comerlo. Estaba sentado en el sofá, después de haber terminado de poner a punto la casa y había encendido al televisión. Y, como siempre que empezaba a atisbar tiempo libre, pronto tuvo entre sus manos el sobrecito de salmiakki.
Sin darse cuenta ya tenía uno de los rombos en la boca y lo saboreo, sin prestar realmente demasiada atención a la televisión. No se acordaba bien de cómo se había aficionado a aquel producto. Al principio tenía un sabor muy fuerte para su gusto pero había acabado por acostumbrarse y con la costumbre llegó el gusto hasta que, hoy en día, no podía pasar un día entero sin tomarlo. No es que lo planease, ni siquiera que estuviese esperando un momento concreto del día para tomar su “dosis” por así llamarla, simplemente ocurría.
Por fortuna era algo que no hacía daño.
Le hubiera gustado tener a mano los caramelos de salmiakki pero se habían acabado. Pensó que cuando Su-san volviese le pediría que comprase si salía de nuevo esa tarde. Si no bien podía ir él y así aprovechar para dar un paseo. Lo cierto es que sería agradable. Podía llevarse aquel sobrecito e irlos tomando por el camino. Realmente era algo que tomaba ya sin darse cuenta, disfrutándolo en momentos de calma como aquel.
Se inclinó para coger el mando de la televisión, cambiando de canal. No le interesaba ahora mismo ningún programa de aquellos y por fin lo dejó en una película ya empezada. Tenía buen aspecto. El cine no era su pasatiempo favorito pero con una bolsita de salmiakki se volvía sumamente entretenido y agradable.
Se tapó mejor con la manta hasta el pecho, recostándose hacia atrás. ¿Qué más podía pedir para que aquel día fuese perfecto? Calma, un poco de tiempo libre para si mismo, salmiakk…
Espera. Metió de nuevo la mano en el sobrecito, rebuscando para hallar lo que ya se acababa de dar cuenta: no quedaba nada. Con un suspiro algo frustrado se levantó. Tenía más en una cajita en la cocina, en uno de los armaritos que había montado Suecia… No, no tenía. Recordó que se había acabado. Que fastidio. En parte le puso un poco de mal humor. Tendría que ir a la tienda, quisiese o no. Ya tenía el sabor salado del regaliz en la boca: ir mañana u otro día estaba totalmente descartado.
Cogió un abrigo fino del perchero de la entrada.
Intentó consolarse diciéndose que hacía buen tiempo.
Titulo y prompt: 3# Ira
Claim: Nórdicos - Dinamarca
Clasificación: K.
Aclaracion: ligero Noruega/Dinamarca.
Palabras: 384
Ascendía por su cuerpo, irrefrenable. Daba igual lo que Noruega dijese entonces o lo que Islandia hiciese, cualquier palabra amable o gesto cuidado sería deshechado. No había forma de desviar aquella furia que le recorría.
En realidad si había una. Pero no era nada que sus hermanos pequeños, ni ningún otro país, pudiera ofrecerle. Solo su hacha.
Aquel arma, creada hacía tantos siglos, con el mango ya desgastado y el metal frío como la nieve que rodeaba el norte de Europa. Solo ella era capaz de comprenderle y ayudarle.
Descargó el filo contra lo primero que se interpuso en su camino, sin importarle que realmente aquella fuese su mesa y llevase en aquella casa más de un siglo. El desafortunado mueble se vio partido por la mitad, astillado bajo la rabia del hacha.
En aquellos momentos quien estuviese junto a él solo podía apartarse y esperar a que aquella furia desapareciese, se agotase como un fuego al consumir todo el oxígeno, no antes. Lo conocían bien.
Todo el oxígeno.
Dinamarca tan solo lo sospechaba pero sus hermanos pequeños lo sabían. El danés era imposible de detener, solo cuando su cuerpo se agotase tanto como para no poder levantar a su fiel hacha se pararía, seguramente jadeando en mitad del salón que luego habría que arreglar durante, lo menos, una semana. Ese era el problema: era capaz de, ciego de ira y rabia, destrozar todo a su alrededor, sin excepción, fuese lo que fuese.
Aunque se tratase de nosotros. O de si mismo.
Ninguno de los otros cuatro dijo nada cuando por fin el danés se detuvo. Sus hombros subían y bajaban con cada respiración, la cual podía oírse claramente en la sala, completamente silenciosa.
-Largo de aquí -resolló Dinamarca. No les miraba pero era obvio por quién iba aquello. Siempre era igual. Tanto el final como el principio.
De modo que Suecia, sin despegar un brazo protector de los hombros de Finlandia, salió de la casa sin deseos de volver en un futuro cercano, ni lejano ya puestos. Noruega e Islandia permanecieron callados. Ahora Dinamarca se iría, taciturno, sin querer oír ni hablar del tema.
Noruega suspiró, haciendo salir de la sala a Islandia, dejando, por fin, el sitio solo. Pronto el danés se iría.
Un día te destruirás a ti mismo, pensó silencioso.