Camaradas, comenzando el Año Nuevo de forma discreta
Se nos han estropeado el sistema de calefacción de las lunetas del coche. Me refiero al coche viejo, el "Scort" perdió la "E" hace tanto tiempo que ni se nota que alguna vez la tuvo. Desde que llegó el coche nuevo a casa el pobre se está volviendo más decrépito (bueno, también nos lo parece a nosotros). Lo que hacemos es, de vez en cuando, sacarlo "a pasear" como si fuese el perro. Y así evitamos que parezca que está abandonado o que se estropee por no uso. Pues bien, el lunes pasado aprovechamos que íbamos al denominado 
"supermercado raro" cuyo logo demodé adjunto aqui, a hacer la compra para pasearlo. Este súper no está muy lejos de casa. Se llama Medina 3, y es raro; venden en un lado comida normal de marcas que no he visto en mi vida, por otros pasillos parece un macro y por la izquierda es el mayor almacén de chucherías tipo macro que he visto en mi vida, Peta Zetas compré alli no hace mucho. Este supermercado también es raro por su aspecto, las bolsas con el logo Medina 3 ochenteras total y la distribución de las cosas y estantes que me recuerdan a supermercado de pueblo o los de cuando yo era pequeña, cutre, sin ningún sentido del marketing; aqui te planto los detergentes al lado del estante de la pasta. También es raro en sus contenidos, básicamente hay lo que le da la gana al que hace las compras del súper, así que pueden haber alcachofas salteadas al aroma de pitiminí congeladas pero no una simple bolsa de guisantes congelados, por poner un ejemplo.
Pues bien si el sitio al que íbamos ya era "rarito" la forma de ir, de forma involuntaria, no lo fue menos. Al coger el "Scort" descubrimos que
los cristales no se desempañaban ni dándoles con un trapo. Tras jugarnos nuestra vida un ratín decidimos bajar las ventanillas para poder ver, pero con el frío que hacía y la lluvia chispeando íbamos con los abrigos, guantes y gorros puestos. Parecía que nos habíamos trasladado de repente a la URSS. "Camarada, saca la cartilla de racionamiento que hoy no nos tocan guisantes congelados. Nos tocará lo que le salga de ahí a los camaradas del Medina este". La verdad es que la gente nos miraba un poco raro... No sé que temperatura habría porque, evidentemente, el pobre coche no tiene termómetro pero fresquitos íbamos ¿eh? Al final acabó con el mando que activa las líneas térmicas de la luneta colgando en un intento de arreglo, era de noche y tampoco nos enterábamos de lo que hacíamos. La verdad es que estar en ese coche parado, (recuerdo que eramos dos pirados que habíamos llegado con las ventanillas bajadas y más tapados que la mujer de un talibán), trasteando e iluminándonos con un mechero en un polígono industrial no nos parecía lo más apropiado a menos que quisiéramos que viniese la KGB a arrestarnos... Al final ni de día lo hemos arreglado y tenemos cosas pendientes de comprar en un supermercado "normal".
"supermercado raro" cuyo logo demodé adjunto aqui, a hacer la compra para pasearlo. Este súper no está muy lejos de casa. Se llama Medina 3, y es raro; venden en un lado comida normal de marcas que no he visto en mi vida, por otros pasillos parece un macro y por la izquierda es el mayor almacén de chucherías tipo macro que he visto en mi vida, Peta Zetas compré alli no hace mucho. Este supermercado también es raro por su aspecto, las bolsas con el logo Medina 3 ochenteras total y la distribución de las cosas y estantes que me recuerdan a supermercado de pueblo o los de cuando yo era pequeña, cutre, sin ningún sentido del marketing; aqui te planto los detergentes al lado del estante de la pasta. También es raro en sus contenidos, básicamente hay lo que le da la gana al que hace las compras del súper, así que pueden haber alcachofas salteadas al aroma de pitiminí congeladas pero no una simple bolsa de guisantes congelados, por poner un ejemplo.
Pues bien si el sitio al que íbamos ya era "rarito" la forma de ir, de forma involuntaria, no lo fue menos. Al coger el "Scort" descubrimos que
los cristales no se desempañaban ni dándoles con un trapo. Tras jugarnos nuestra vida un ratín decidimos bajar las ventanillas para poder ver, pero con el frío que hacía y la lluvia chispeando íbamos con los abrigos, guantes y gorros puestos. Parecía que nos habíamos trasladado de repente a la URSS. "Camarada, saca la cartilla de racionamiento que hoy no nos tocan guisantes congelados. Nos tocará lo que le salga de ahí a los camaradas del Medina este". La verdad es que la gente nos miraba un poco raro... No sé que temperatura habría porque, evidentemente, el pobre coche no tiene termómetro pero fresquitos íbamos ¿eh? Al final acabó con el mando que activa las líneas térmicas de la luneta colgando en un intento de arreglo, era de noche y tampoco nos enterábamos de lo que hacíamos. La verdad es que estar en ese coche parado, (recuerdo que eramos dos pirados que habíamos llegado con las ventanillas bajadas y más tapados que la mujer de un talibán), trasteando e iluminándonos con un mechero en un polígono industrial no nos parecía lo más apropiado a menos que quisiéramos que viniese la KGB a arrestarnos... Al final ni de día lo hemos arreglado y tenemos cosas pendientes de comprar en un supermercado "normal".