May 21, 2008 20:33
Personajes: Cameron, Ezra Powell.
Resumen: Cameron se ve asombrada por la petición del paciente Ezra Powell y ella debe afrontarla y decidir si es capaz de ayudarle o no.
Situado: 3x03 Consentimiento Informado.
Parte IV. Decisión.
No es como decidir entre un helado de chocolate y otro de vainilla. O si comprar aquella blusa rosa que vio en el escaparate hace una semana o no hacerlo porque sabe que sería fruto de un impulso del que más tarde acabaría arrepintiéndose. Es sobre si ese día y no otro, cogerá la jeringuilla y le dará la dosis necesaria para que nadie más tenga que pensar en blanco y negro y diferenciar los matices. Y resulta que la decisión es como todas esas banalidades que convierten su vida en algo superficial y efímero.
Es como empujar a alguien por un precipicio. Supone que hay una mano invisible que siempre lo hace.
Siente que le va a estallar la cabeza porque lleva demasiadas horas pensando en ello y hasta hace una hora no le encontraba ninguna salida. Y entonces pensó en él y en lo que hubiese estado dispuesta a hacer si él se lo hubiese pedido. En el poder de ser alguien más que un médico que tiene que ir en contra del maldito código deontológico. El tipo de poder que le haría pensarlo a todas horas, hacer una lista de los pros y los contras y quemarla después porque estaría yendo en contra de todo lo que cree. O creía.
Se mira al espejo y no parece la misma mujer que hace días empezó la semana, con el cosquilleo en el estómago que precede a otro gran y enigmático caso. Sacaron el puzle antes de venir y dejaron las piezas demasiado cerca las unas de las otras para que todos supiesen cuál era el camino a seguir y donde encajaba todo.
Y ahora las piezas encajan tan perfectamente que casi parecen destinadas a hacerlo. Así que decide echarlo a cara o cruz, el del corazón y la cabeza, aunque los dos le digan prácticamente lo mismo.
Es de esas cosas que House le ha enseñado y que ella siempre ha agradecido. Es hacerlo aunque no quieras, aunque todo tu ser grite en contra de ello. Porque a veces el deber y el deseo de otra persona están por encima de tu propio deber y deseo.
consentimiento