[Fanfic] Extraño III

Mar 26, 2012 16:02


Prompt: Fuera de lo común

Personajes: ....

Fandom: Inazuma Eleven

Disclaimer: Inazuma Eleven no me pertenece -si fuera mío, ah~…Mark y Dylan serían cannon -oh, espera ya lo son, sólo que lo haría oficial en la serie (?)

Notas: Y esto es lo que pasa cuando se me ocurre escribir en la madrugada porque el dolor de pecho no me deja dormir, ¡Fail is fail! xD
bueno, u_u pobre Edgar, nada sale como el quiere...



La mañana los había saludado con la tan característica niebla inglesa. Cosa de todos los días.

Edgar, como siempre, tras levantarse se dirigió al baño privado que estaba en su habitación, para asearse e iniciar el entrenamiento matutino junto a los demás miembros de Knights Of Queen.

O bueno, al menos eso intentó ya que un ruido proveniente del pasillo llamó su atención.

- ¡Que alguien me ayude, por amor a la Reina! - Esa era la voz de Gary, que realmente sonaba desesperada.

Edgar arqueó una ceja, elegantemente; tal como debe hacerlo un caballero Ingles. Decidiendo que los demás podrían hacerse cargo de ello -luego el mismo se encargaría de decirle que no podía andar diciendo el nombre de la Reina en vano- porque él tenía asuntos más importantes que atender, como ver que su cabello estuviese siempre tan ordenado como de costumbre.

Pero parecía que ese día había maquinado algún extraño complot decidido a arruinar sus planes ya que cuando se disponía a lavar su cara, la imagen que el espejo le regaló no era la misma de todos los días.

Sus ojos eran un poco más grandes, al igual que sus pestañas que se habían vuelto espesas el su rostro ahora tenía rasgos femeninos; bajó la mirada y se encontró con que ahora dos protuberancias que NO deberían estar allí no le permitían mirar más abajo.

Sintió un escalofrío recorrerle la columna vertebral, oh por Dios.

Pero no, él era un caballero, y como tal debía mostrar compostura. Así que hizo lo que cualquier persona normal haría, tomó un respiro y camino hacia el pasillo -del cual, por cierto, aún provenían gritos más desaforados que los de antes- y abrir la puerta con tranquilidad.

Y gritó, con toda la fuerza que fue posible:

- ¡Mataré al culpable de esto!-

_____________

Cuando los ánimos en la residencia inglesa al fin se calmaron,  Edgar al fin pudo saber porque el griterío de la mañana: Al parecer Gary, que había sido el primero en levantarse ese día había ido a la habitación de Paul a buscarlo porque, bueno no le dijo el por qué pero Edgar ya lo andaba sospechando; y cuando llegó se encontró con una chica de cabello largo y flequillo recto que se miraba como en un trance su imagen frente al espejo de cuerpo entero que el medio campista tenía en su habitación.

- ¡¿Quién eres tú y qué hiciste con Paul?!- fue lo primero que atinó a decir el de pelo rosa, al parecer ni se había dado cuenta que la muchacha llevaba el mismo pijama que su amigo.

- ¡Gary!

Y antes de que pudiese decir algo, o si quiera preguntarse porque la chica sabía su nombre, salió corriendo buscando ayuda.

“Así que por eso eran los gritos” pensó el capitán.

Poco después aparecieron en el pasillo saliendo de sus cuartos como alma que lleva el diablo Phillip, Lance y Erick.

Vaya sorpresa que se llevaron al ver uno de sus compañeros de equipo siendo seguido por una muchacha que nunca habían visto.

- ¡¿Quién es ella y qué hace aquí?!- Gritó el joven Owen mirando hacia los lados, acabando de posar su mirada en la puerta del cuarto de Erick- ¡¿y tú?!

El castaño se sorprendió ante tal arrebato de su compañero, para responder rápidamente.

- ¿Qué dices, Owen?, ¡Soy yo!- y apenas escuchó su voz se cubrió la boca con ambas manos, ¡Esa no era su voz!

Y casi al instante, el grito del peli azul que acababa de entrar en la habitación se dejó oír.

En resumidas cuentas, esa había sido la mañana de los ingleses.

Y ahora todos los miembros del equipo, ya enterados de la situación, miraban con expectación al capitán que estaba sentado delante de todos en el comedor.

El silencio fue entonces roto por la intervención de Peter, que ya sentía que desfallecería si nadie hablaba.

-Ca-capitán… ¿Qué se supone que haremos?

Edgar, entonces abrió los ojos y se puso de pie de golpe.

- ¡Esto debe ser alguna clase de hechizo!- Dijo entonces, completamente decidido. Los demás sólo se dieron una palmada en la cara mental.

-No creo que sea eso, Edgar.

Pero ignorando completamente las palabras de Owen, el capitán señaló hacia la puerta para decir.

- ¡Vamos a buscar al responsable, no debe estar lejos!- y salió corriendo por la puerta principal; los demás se miraron cancinamente y decidieron seguirlo.

Paul, Erick, Owen y Gary salieron detrás, mientras el resto que se quedaba en la residencia les deseaba suerte.

_________

Pues si alguien le había lanzado una maldición o algo así, debía tener piernas rápidas para huir; o eso era lo que pensaban la banda de ingleses que seguía a su fúrico capitán; ya habían salido de la parte inglesa de la isla y ahora estaban en la japonesa.

-Edgar, creo que deberíamos volver- dijo Paul, que sentía el calor mucho más fuerte gracias al ahora cabello largo que tenía.

- ¿Estas bien, Paul?-preguntó Gary preocupado.

-Sí, no te preocupes.

- ¿Seguro?-esta vez era Erick el que habló, sonriendo-si quieres quítate la chaqueta, yo la llevo.

Y estiró la mano como quien pide algo.

Paul pensó que de chica, Erick se veía bastante linda. Gary sólo frunció el ceño; porque la persona que le gustaba siempre andaba mirando a otra.

Cuando el peli rosa pensaba intervenir de nuevo, la voz de Edgar se dejó oír.

- ¡Miren, son los de Orpheus!

Y efectivamente, los muchachos miraron delante de ellos, entrando a una tienda de ropa se encontraba Gianluka siendo arrastrado por una feliz pelirroja ondulada que era seguida por una castaña que se parecía bastante a Erick.

-E-ellos también

Owen aún no cabía en la sorpresa.

- ¡Sigámoslos!-dijo Edgar, antes de entrar corriendo a la tienda siendo seguido por el resto.

Al entrar, y para evitar ser reconocidos se escondieron tras un par de maniquíes que posaban en la tienda.

- ¿Qué se supone que están haciendo?-preguntó Gary, mientras sentía que una gota de sudor bajaba por su frente, al ver como la chica que ahora reconocían como Marco, lanzaba un montón de camisetas y pantalones a un cansado Gianluca que solo atinaba a atrapar todo lo que su compañera le lanzaba.

Mientras que más allá, la castaña que no era nadie más ni nadie menos que el delantero Raffaele, miraba toda la ropa con sumo cuidado, sin decidirse por nada.

-Siento lástima por el pobre-dijo Owen.

Y después de casi una hora de esperar que los italianos terminaran sus compras, se dignaron a salir de su improvisado escondite.

- ¿Y ahora qué hacemos, Edgar?

Pregunto cansada Erick, ya sintiendo la mirada extrañada de los demás compradores.

-Seguirlos, por supuesto. Algo deben saber, por eso están tan felices.

Tras decir eso, salieron de la tienda; teniendo planeado seguir disimuladamente a los Italianos, pero de nuevo, parecía que ese día se empeñaba en frustrar los planes del muchacho de cabellos azules, porque ni bien cruzaron la entrada chocó con alguien que no esperaba ver ese día.

- ¡Mira por dónde vas!-

Gritó, y como respuesta recibió un fresco y tranquilo.

-Woah, esa no es la manera de hablar de una señorita.

Oh, esa voz… no podía ser.

- ¡Teres!

-¡¿Edgar?!, Pfff te vez genial-dijo aguantando la risa.

Y bueno, es que ese día no le había alcanzado el tiempo de peinarse correctamente, malvado argentino, se burlaba de él.

- ¡cierra la boca!

-Cálmate, cálmate- Le dio sonriendo, levantándose y luego ayudando a la damisela a ponerse de pie-que en mi equipo pasó algo muy parecido.

Y no era mentira, los muchachos ingleses voltearon hacia la derecha donde una muchacha rubia de largos cabellos estaba parada junto a dos muchachos que se miraban de mala manera entre ellos.

- ¡Hola, chicos!-saludó felizmente Leone.

-¡También!

-Sí, creo que no somos los únicos, vi a los muchachos de Orpheo correr en dirección a la residencia de los Inazuma Japan, pensábamos seguirlos a ver si sabes que está ocurriendo-comentó casual, llevando sus manos atrás de la nuca-pero antes queríamos comprar algo para Leone, que su ropa ahora le queda muy grande.

Edgar, sólo asintió lentamente, preguntándose cómo es que a Teres le parecía tan normal.

-Y ahora que lo pienso… ustedes también necesitarían un cambio de atuendo.

Antes de que alguno pudiera refutar siquiera, Teres ya había tomado a Edgar del brazo y lo llevaba al interior de la tienda nuevamente.

_____________

Había pasado casi una hora cuando finalmente ambos equipos salieron, los argentinos aguantaban la risa y los ingleses se preguntaban si su capitán estallaría en algún momento.

Es que la experiencia en la tienda había sido muy bizarra.

Encontrar ropa para leone no había sido difícil, una remera oscura y pantalones jeans junto con un par de botas se le veían de maravilla; el problema fue cuando quisieron encontrar algo para los provenientes del país con mal clima.

Teres se había negado rotundamente a siquiera que mirasen pantalones.

- ¡Vestidos!, definitivamente vestidos.

Había dicho para luego empujar a las tres chicas a diferentes cambiadores, llamando a unas trabajadoras del lugar para que les ayudaran a cambiarse.

Es que si uno piensa en Inglaterra, solo puede pensar en esmóquines y vestidos; fue la respuesta del capitán de The Empire.

-Yo… te voy a matar

-Vamos Edgar, se ven geniales. Además deberías agradecernos que somos nosotros los que estamos comprando la ropa; no querrás que la gente se entere de lo que ocurre, ¿no? Si llevan el uniforme del equipo se les reconocerá enseguida.

Y así, sin querer darle la razón en voz alta, Edgar tuvo que aceptar que tenía razón. Demonios, habían salido tan rápido que olvidaron llevar sus billeteras.

Pero era verdad, las elegantes figuras de las señoritas inglesas se adaptaban perfectamente a los vestidos que usaban; eran cortos pero bastante detallados con algunos adornos bordados en la base, y hasta combinaban con su cabello.

-Bien, pongámonos en marcha-Dijo sonriente el defensa-Después de usted, My lady

Oh, y allí estaban de nuevo las ganas de matar al argentino.

____

Luego de un camino lleno de insultos y risas por parte de los capitanes -que vale recalcar al resto le pareció eterno- finalmente llegaron a la residencia japonesa.

Para ese momento Edgar ya estaba muy malhumorado, así que atinó a hacer lo primero que se le vino a la cabeza; y demostrando toda la fuerza que tiene una dama, comenzó a golpear la puerta como queriendo tirarla abajo.

- ¡Abran esta puerta de una vez!

-Edgar, no creo que esa sea la mejor manera de hacerlo-Dijo preocupado Ramón, mientras esteban asentía sintiendo una gota de sudor resbalar por su frente.

Y sin esperar siquiera que alguien se asomase por la puerta. Tomó un balón de futbol que estaba cerca de la puerta y de seguro había sido vilmente abandonado después del entrenamiento, retrocedió y sin siquiera pensar que el costoso vestido que llevaba se podía arruinar, pateó el balón.

- ¡EXCALIBUR!

Y tras una ola de polvo levantada por el potente tiro, la puerta cayó.

-Genial… ahora no solo debemos dinero de los vestidos, sino también de una puerta.

Fue el comentario dolido de Owen que ya veía decaer la economía del equipo, y que de seguro el entrenador luego pediría muchas explicaciones.

-Y ahora qué…-La voz de un por demás cansado goleador de fuego se dejó escuchar desde dentro del lugar.

Edgar, al ver el paso libre corrió lo más rápido que sus piernas se lo permitieron, ignorando la cara de shock de Gouenji al ver la puerta derribada, entrando al comedor, donde lo recibió la sonrisa siempre tan grande del capitán de Inazuma Japan, Endou Mamoru.

-Edgar, ¿es nuevo el traje?, te ves genial.

- ¡Exijo una explicación!-gritó y luego tomó al muchacho del cuello del uniforme y comenzó a zarandearlo.

Mientras los demás que ya habían entrado al lugar trataban de detener a Edgar en su intento de asesinato, las muchachas en el dormitorio grande de arriba -que pertenecía al entrenador Kudou, que en ese momento había salido con el ex entrenador Hibiki a solo el sakka sabrá qué hacer- se preguntaban por qué hacían tanto ruido abajo.

Notas Finales: se los dije, pobre caballero Ingles, el mundo se las arregló para arruinarle el día.
La referencia a la magia negra (?) fue gracias a Hetalia. 
eso~ uwu 
Gracias por leer.
:u Fail.

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