[Fanfic] Resubido...odio a mi computadora

Aug 14, 2010 17:32

Y recién me doy cuenta que el anterior no se subio completo..rayos


Con algo de duda abrió la puerta, encontrándose con la imagen de Iván completamente empapado aún con una sonrisa en el rostro.

-me alegró de que abrieras, esperé mucho…creí que no estabas en casa-

-disculpa…por mi culpa te mojaste, deja que te prepare una ducha, ninguno de mis hermanos esta en casa así que no te preocupes.

-esta bien-el alvino sonrió y siguió a Yao a la planta superior.

* * * * *
Caminaba con la mirada gacha por los pasillos del hospital, hasta que llegó a donde se suponía era el consultorio de su ginecólogo.

Tomó el picaporte y muy lentamente lo comenzó a girar, hasta tener la puerta completamente abierta, se quedó parada en el  umbral.

-señorita-el doctor que estaba sentado en su escritorio comenzó ha hablar-pase

Yekakaterina sonrió.

* * * * *

“Buu, no eres divertido”

Gruñó un poco y respondió

“Cállate…estúpido”

Casi inmediatamente recibió una respuesta.

“¡hey!, no me llames así, amargado”

Respondió

“tarado”

“..¡Eres cruel!..”

“y tu infantil”…

Arthur guardó su celular en el bolsillo de la chaqueta, desde que salieron de la escuela habían estado discutiendo de esa manera por horas (incluso los demás pasajeros del autobús donde estaba ya comenzaban a verlo con miedo por la manera maniaca con la cual respondía esos mensajes).

El aparato comenzó a sonar.

“muérete cejudo con complejo de hermano mayor…”

-Maldito bastardo-susurró presionando el teléfono.

Revisó el estado del celular, genial.

Ya no tenía crédito y el “idiota-infantil” había tenido la última palabra en la discusión…alguien iba a pagar por eso

* * * * *

Ambos ciclos ocurren paralelamente siendo uno fundamental para el cumplimiento del otro, se inicia cuando la hipófisis envía FSH a…- Ludwig cerró el libro…era simplemente imposible…es un tema muy incomodo para tratar así de fácil con el…-tontas clases de Educación sexual-

Un fuerte dolor en su cien lo atormentaba, creyó que sería más fácil si lo estudiaba con algún amigo, pero…

Un leve movimiento en su hombro lo desconcentró, miró de refilón y vio a Feliciano acomodado sobre él mientras dormitaba.

-…Creo que fue mala idea-Genial, ahora debía cubrirlo o se refriaría.

Dejó el libro en la mesa de centro de la sala, con delicadeza tomó los hombros del italiano y lo depositó en el sofá para que estuviera más cómodo.

-Ahora- Buscó algo con que cubrir a su compañero- creo que eso estará bien-una manta algo vieja pero parecía cálida.

Con ella cubrió al castaño que se movió bajo esta como si de un pequeño gatito se tratara.

Ludwig se sonrojó un poco, el italiano era muy lindo a veces.

En otro de sus movimientos arrojó la manta al piso.

A la vez que era muy problemático.

Nuevamente acomodó la manta, esta vez se aseguró de ponerla muy bien para que no cayera, y acomodó un poco la cabeza de Feliciano, deteniéndose y mirando con algo de ternura como el menor descansaba.

-¡Maldito bastardo, amante de las patadas, quita tus manos de mi hermano!- Gritó Lovino, el hermano mayor de Feliciano, que bajaba por las escaleras.

-e…espera, no es lo que crees-intentó excusarse el alemán ante la mirada asesina que le dedicaba en ese momento el mayor de los hermanos.

-¡no mientas!- lo miró acusadoramente señalándolo -¡maldito pervertido, qué le estabas haciendo!-

-...ya te dije que...-

-Ah, maldición cierra la boca ¡lárgate de mi casa!-

El rubio miró al menor de los italianos tratando de solucionar este mal entendido, Feliciano aún en el mundo de los sueños se movía entre las sabanas susurrando “Ve~” de rato en rato.

-acaso no me oíste- Lovino miró con irá al alemán, de verdad que no le agradaba ese “macho-patata” (cómo el mismo lo había apodado)- he dicho que…

Hubiera seguido gritándole de no ser por que su móvil comenzó a sonar, reconoció de quien se trataba ese tono tan desesperante y molesto (que incluso logró despertar a su hermano) era sólo de una persona - maldito bastardo, que inoportuno-soltó por lo bajo y no contestó la llamada.

Lovino miró de reojo a Feliciano, quien lentamente se desperezaba y levantaba del sofá.

-Hermano-se restregó los ojos- ¿qué pasa? Ve~

Lovino chasqueó la lengua.-escucha despistado, tengo cosas que hacer, más te vale que cuando vuelva esa-señaló a Ludwig- ya no este aquí.

Miró una última vez al rubio y salió azotando la puerta tras de él.

-que extraño-canturreo el menor de los italianos mientras se ponía de pie.

-Sí…si tú lo dices- el alemán prefirió olvidar el tema.

-esto feliz-sonrió el castaño

-eh…-Ludwig se sorprendió- ¿Por qué lo dices?

-cumpliste tu promesa- sonrió y se abrazó al bazo de su amigo.

El rubio se quedó en silencio, maldita sea.

Feliciano lo miró preocupado-¿ocurre algo?-

-me debo ir-se limitó a articular, para luego dejar la residencia con un muy confundido Feliciano en ella.

Maldita sea.

***

Alfred miró el teléfono y no pudo evitar estallar en risas, él era tan fácilmente, cómo decirlo…

-molestable…-dijo al aire poniendo un rostro pensativo.

-mo… ¿molestable?-repitió su hermano.

-¡exacto!- el americano rió estrepitosamente, era un genio- té también lo crees, genial Matthy.

El canadiense no pudo hacer más que reír, había ocasiones que no entendía a su hermano.

Un móvil comenzó a sonar.

-que extraño, no es el mío-comento el mayor mirando su celular.

“te extraño dulzura, llamaré luego”

Un sonrojo recorrió la cara del menor, él tenía derecho de ilusionarse un poco también ¿verdad?

*** .

Daba pequeños golpes contra el piso mientras esperaba que su novio (¿podía llamarlo así?, sólo habían tenido una cita).

El sonido de la ducha se detuvo, Yao se alerto un poco.

-Gracias por prestarme tu baño, eres muy amable- oyó hablar al albino detrás de él.

-no es problema- estaba nervioso- tu ropa esta en mi cuarto, puedes cambiarte allí si quieres- un ligero sonrojo se formó en su rostro.

Iván rió un poco-esta bien-

Una vez la puerta de su habitación se cerró, el chino se paró junto a la puerta esperando que el otro saliera.

Mientras esperaba un montón de preguntas recorrieron su mente, ¿estaba bien que ambos tuvieran una relación?, ¿cómo lo tomarían sus hermanos? Debía de decírselos de alguna manera, antes de que se enteraran por alguien más.

La puerta se abrió, tan ensimismado estaba el castaño que no se dio cuenta de la presencia de Iván hasta que sintió unos fuertes brazos rozar su cuerpo.

-¿q…qué ocurre?- pregunto estático.

-es una muestra de cariño…te molesta-acercó su rostro al cuello del asiático.

-..n.…no-

El ruso ladeo una sonrisa.

-En ese caso…continuaré-

Yao tembló, la respiración del europeo impactando contra su nuca causaba una extraña reacción en él.

-e...espera-trató de continuar pero fue interrumpido por un fuerte grito proveniente de las escaleras que conectaban la planta baja y alta.

-¡quítale tus manos de encima degenerado!- el coreano había llegado temprano, demonios.

Iván se separó de su pareja, miró al otro chico desafiantemente, pero luego sonrió ampliamente, como si nada hubiera pasado.

-creo que ya debo irme Yao, es algo tarde y mis hermanas se preocuparan- canturrea un poco, le da un beso en la mejilla al chino y sale de la casa dejando a los otros dos pasmados.

Luego de unos minutos de silencio el Koreano estalla.

-¡¿Qué tenías en la cabeza trayéndolo aquí?!...y más importante, ¡¿Qué demonios estaban haciendo?!-

Yao no respondió, sólo decidió caminar hasta su habitación dormir un poco.

-no me dejes con la palabra en la boca, ¡respóndeme!-

-no tengo que darte explicaciones-refunfuña molesto.

Llegan a la puerta de la habitación de Yao.

-¡dime...!- no pudo terminar la frase.

La habitación tenía unas toallas húmedas en el piso y algunas ropas tiradas (eran de Yao, había buscado algo que ponerse para su cita con Iván y no había podido ordenar completamente).

-maldita sea-susurró Yon Soo- ustedes ya lo…

El mayor le cerró la puerta en la cara, estaba sonrojado y no quería oír las locas  teorías de su hermano, era mejor dormir, había sido una larga noche.

--

Yon Soo se quedó estático frente a la puerta, rayos, había perdido su oportunidad.

***

Echado sobre ese colchón viejo, encadenado, cubierto en sangre, sólo escucha los sonidos provenientes de autos de afuera. Se pregunta como es que nadie escuchó sus gritos de dolor hace unos minutos.

Mira a un lado de la habitación tan extrañamente adornada, sobre una cama descansan Madison y David, viendo la televisión y riendo de un programa, no le prestan atención.

La ventana de atrás de la casa esta abierta, entra el aire frío, él comienza a temblar.

Trata de pegar sus piernas al cuerpo para mantener el calor, pero el dolor no le permite hacer nada.

Mueve un poco la boca tratando de aflojar la cinta que tiene puesta. Esta débil no ha comido nada en todo el día.

El timbre de la casa sonó, David apaga la televisión, Madison estira la mano y contempla distraída sus uñas.

-si gritas, estas muerto- susurra su captor como si fuera lo más normal del mundo mientras se dirige a abrir la puerta.

Un espasmo recorre su espalda, escucha la muy normal conversación entre vecinos

-“y cómo esta su esposa y el bebe”-

La voz de un hombre, se siente tentado a lanzar un alarido.

-“muy bien, tiene 6 meses falta muy poco para conocer al pequeño”

Quiere hacerlo.

-“estupendo”

Con todas sus fuerzas, para que todos lo oigan.

-“pero…”

Al escuchar el susurro del castaño siente algo extraño.

-“pero que, ¿acaso pasa algo?”.

Traga saliva.

-“no es nada- sonríe -tengo un pequeño problema con ratas, ratas grandes que pueden ser muy ruidosas a veces- amplía más la sonrisa y saca de su bolsillo una reluciente pistola- pero para eso con esto basta”

Se queda estático, escucha como carga el arma, su corazón se detiene por unos segundos, nuevamente el miedo.

-“bueno, suerte con eso”.

Después de unos minutos, donde escucha las animosas risas de los dos hombres, siente el viento helado que entraba por la puerta recorrer su desnudo cuerpo congelando hasta los más ínfimos rincones de este, la puerta se cierra.

Escucha pasos que se dirigen a él, acaricia su lastimado cuello con el cañón de la pistola, apunta a su cabeza, la respiración se le detiene.

-tres,…dos,…uno-susurra como cantando, su dedo desciende al gatillo.

Lo presiona, el rubio se siente morir.

Pero no pasa nada.

David ríe por lo bajo, no iba a dejarlo morir tan fácil. Le dice que se quede callado y va a la cama con su esposa que ya esta durmiendo.

Los tres, en una habitación, David y Miranda duermen plácidamente, lo ignoran olímpicamente, y ya pasó un día de su captura.

canada, korea, francia, usa, polonia, russia, fanfic, ucrania, china, inglaterra

Previous post Next post
Up