Mi cumpleaños ha sido bastante memorable.
Tengo un montón de flores. Sin entrar en detalles, tengo unas flores enormes con una tarjeta que llevo ahora conmigo en la cartera. Tengo un cubo lleno de margaritas, y tengo una rosa roja que me he dado una alumna. Mi casa es bella y primaveral y yo soy súper feliz.
Los margaritas lograron juntar a gente dispar y muy apreciada, y aunque no estaban todos los que son, como siempre, eran todos los que estaban. El envejecimiento de las células es más notable cuando te levantas al día siguiente, pero para lo antisocial y sosa y gruñona que soy me lo pasé muy bien y me reí mucho. Obtuve un cofre del tesoro, entre otras cosas, y hablé con una desconocida en el baño sobre temas de amor de los que no tengo ni idea. Espero haberla ayudado.
Mis alumnos me trataron muy bien y me ayudaron a configurar mi móvil nuevo. Ahora no encuentro mi bluetooth y sólo he conseguido bajarme un tono de los Cure, pagando una pasta. Quiero el principio de She's Lost Control hasta que Ian empieza a cantar como mi tono de llamada. Puede hacérselo alguien y mandármelo al móvil, por favor?
El viaje con la familia a Picos de Europa fue fantástico, y casi no me dio pena dejar una noche solo a mi gato. Me dieron mis regalos en la playa de Ribadesella, que es un lugar bellísimo, hubo chocolate y jornadas gastronómicas y paisajes bellos y perros enormes y, en general, gran regocijo. Hicimos muchas fotos bellas y mi padre nos malcrió como siempre, pero las botas de montaña, los perros de peluche, y el chocolate vinieron por partida doble, tanto para mi hermana como para mi. El iTouch, sin embargo, es sólo mío, y no puedo esperar a pillar un sitio con wifi para jugar con él.
Me da un poco de miedo salir a la calle no vaya a ser que la burbuja se rompa. Pase lo que pase, lo vivido no puede ser desvivido y de momento, eso es suficiente.
Una pena que los autobuseros no lleguen más lejos de los límites de su provincia, pero hay que dejar algunos otros placeres para otros momentos, ¿verdad?
Hoy hace sol, y voy mal de tiempo otra vez, pero qué más da. Ya nos las arreglaremos.