Sobre parejas infernales, amores infernales y enamoramientos infernales...
Me causan envidia. Con sus disparos e intentos de asesinato. Con sus celos sin proemio. Los envidio. A veces quisiera tirármele encima, y hundir las uñas en su carne hasta tener mi carne enraizada en su piel.
Y pasión, pasión que nos consuma. Un beso. Dos brazos. Una sonrisa cruel que adorne su rostro. Porque la crueldad; oh, la crueldad es signo de emoción reprimida. Cerrar los ojos y que no nos importe ni el uno ni el otro. Que sólo haya dos seres "yuxtapuestos, unidos por la noche". O por el día. La noche suena mucho mejor, though. Yuxtapuestos suena mal. Erase it.
Pero aquí va la realidad:
He estado pensado en él, noche y día. O día y noche.
Lo gracioso es que las imágenes se me confunden a veces. Muchas veces.
Ni nos conocemos, pero a veces entreabro los ojos (siempre con habilidad e incredulidad) y lo veo distinto. No es aquél a quien tanto añoro en vigilia, es aquél... un alguien que conozco razonablemente y transmuta en sueños. No es un muchacho extraño, que observo pasar de Centrales a Aulas 4. Es alguien que entiendo.
A veces me dan escalofríos e intento negarlo. Quizás este intento de autoengañarme y pensar que es quien quiero que sea terminará hundiéndome profundo en mierdas... Se entiendo qué clase de mierdas. Yo lo conozco y no puedo negarlo. Quizás, como dicen; el amor de tu vida está frente a tus ojos y uno es ciego... pendejamente ciego... Y no lo reconoce hasta mucho tiempo después.
Pendejadas. Cuando nos hablamos, cuando estamos frente a frente no hay nada. Sólo sonrisas amistosas, tristes sonrisas amistosas. No hay un fuego vivaz; no hay compromiso, ni amistad profunda: nada. Ni siquera una comprensión, sino simplemente un vago entendimiento que tiene uno del otro. Diplomacia burocrática.
¿Qué es lo irónico?
Posiblemente él nunca se percate de esto.
Con lo que me importa.
Quizás sólo sean mis hormonas.
¿Qué chingados tiene?
¿QUÉ CHINGADOS TIENE?
¿Será su cabello? ¿Su risa?
¿Las pinches feromonas?
¿Qué tienes?
Porque te quiero.
Te quiero.
Y no tengo la menor idea de por qué.
¿Quizás por imposible?
Y pasión, pasión que nos consuma. Un beso. Dos brazos. Una sonrisa cruel que adorne su rostro. Porque la crueldad; oh, la crueldad es signo de emoción reprimida. Cerrar los ojos y que no nos importe ni el uno ni el otro. Que sólo haya dos seres "yuxtapuestos, unidos por la noche". O por el día. La noche suena mucho mejor, though. Yuxtapuestos suena mal. Erase it.
Pero aquí va la realidad:
He estado pensado en él, noche y día. O día y noche.
Lo gracioso es que las imágenes se me confunden a veces. Muchas veces.
Ni nos conocemos, pero a veces entreabro los ojos (siempre con habilidad e incredulidad) y lo veo distinto. No es aquél a quien tanto añoro en vigilia, es aquél... un alguien que conozco razonablemente y transmuta en sueños. No es un muchacho extraño, que observo pasar de Centrales a Aulas 4. Es alguien que entiendo.
A veces me dan escalofríos e intento negarlo. Quizás este intento de autoengañarme y pensar que es quien quiero que sea terminará hundiéndome profundo en mierdas... Se entiendo qué clase de mierdas. Yo lo conozco y no puedo negarlo. Quizás, como dicen; el amor de tu vida está frente a tus ojos y uno es ciego... pendejamente ciego... Y no lo reconoce hasta mucho tiempo después.
Pendejadas. Cuando nos hablamos, cuando estamos frente a frente no hay nada. Sólo sonrisas amistosas, tristes sonrisas amistosas. No hay un fuego vivaz; no hay compromiso, ni amistad profunda: nada. Ni siquera una comprensión, sino simplemente un vago entendimiento que tiene uno del otro. Diplomacia burocrática.
¿Qué es lo irónico?
Posiblemente él nunca se percate de esto.
Con lo que me importa.
Quizás sólo sean mis hormonas.
¿Qué chingados tiene?
¿QUÉ CHINGADOS TIENE?
¿Será su cabello? ¿Su risa?
¿Las pinches feromonas?
¿Qué tienes?
Porque te quiero.
Te quiero.
Y no tengo la menor idea de por qué.
¿Quizás por imposible?