Dec 11, 2014 23:34
Estudie toda mi primaria y básicos ("secundaria" en donde aplique) en el mismo establecimiento, los mismos amigos y conocidos durante 8 años.
Entre las personas conocidas, estaba Heidy, una chica un año y un grado mayor que yo.
En general no me simpatizaban las chicas del curso superior, se me hacían “creídas” pero eso se dio porque jamás las conocí bien.
Siempre existen excepciones, y a mi pensamiento de que todas ellas eran creídas, Heidy era la mía, su hermana mayor cursaba junto con mi hermana mayor y siempre había cordialidad entre nosotras.
A mis ojos, ella era muy bonita, talentosa, inteligente, simpática, amable, buena onda, sabia dirigir (coincidimos en instrumento en la banda marcial del colegio, ella era la capitana).
Una persona a la que yo admiraba, siempre pensé que ella lograría grandes cosas puesto que tenía grandes cualidades.
Hace una semana me enteré que ella falleció en 2010.
Algunos otros pormenores de su vida, que me permito abusivamente compartir acá, es que estaba casada y tenía una pequeña hija.
Fue una mujer maltratada con un marido alcohólico, culpable de su muerte, puesto que conducía en estado de ebriedad y provocó el accidente que le quito la vida tanto a ella como a su pequeña.
Era alguien a quién yo daba por sentado que lograría grandes cosas en su vida.
Y falleció a los 24 años de edad.
Escribo esto y no lo puedo creer aún, esa chica que siempre fue tan amable conmigo y ya no está.
Muriendo por razones tan estúpidas e injustas.
No solo es otro recordatorio de lo importante que es vivir al máximo y sacando provecho del día a día y disfrutar de las personas que amamos, si no también es un testimonio, dicen que mientras haya gente que nos recuerde no moriremos y yo no podré olvidarla porque su vida toco la mía.
Quiero honrarla de esta manera.
Tal vez nunca hablamos, tal vez no éramos cercanas pero su existencia dejo huella en mi corazón y su recuerdo vive, ella vive.
Heidy, en paz descanses.