Lo complicado de amar
Amar a alguien es realmente difícil, quien diga lo contrario deberá demostrarlo. Posiblemente lo sencillo sería enamorarse, pero de ahí en adelante las cosas se pondrán intensas, divertidas, dolorosas, y difíciles. Aunque esto no pretende desalentarlos, por el contrario, encontrarán cierto “sabor” en todo ello.
Hay ocasiones en que ese amor es tan difícil de sobrellevar porque no somos correspondidos en nuestros sentimientos y, aunque deseemos en forma sincera la felicidad de aquella persona, estoy segura que eso no implica que un dolor punzante nos invada por dentro al saber que jamás tocaremos sus pensamientos como nosotros deseamos.
Algunas veces afortunadas, nuestro amor es correspondido, pero eso no significa que ahí termina la historia, con un final feliz, por el contrario: es ahí cuando comienza la gran montaña rusa de la que seremos presas hasta que el romance termine.
Mantener una relación es más complicado de lo que podría pensarse, el amor no siempre es suficiente para hacerla crecer, se necesita de comunicación, apoyo, entendimiento, tolerancia, compromiso y seducción constante. ¿Acaso creías que las cosas funcionarán sólo por desearlo?
Las personas que son pareja no terminan nunca de cortejarse. En el momento en que dejan de hacerlo, llega a ellos la monotonía y costumbre, es por eso que habrá que ser creativos y traviesos.
Pero… ¿por qué es que a veces eso no parece suficiente?
Es fácil decir adiós cuando el amor se ha terminado, pero los “adiós” dichos llenos de amor son como dagas que se clavan en el alma. Duelen tanto que no deseamos despedirnos, pero en algunas ocasiones es necesario, hay veces que aunque amamos y somos amados simplemente no estamos destinados a permanecer juntos, lastimamos y nos lastiman sin querer, ¿no es entonces mejor romper?
Navegando por la red encontré una frase que viene como anillo al dedo, y explica muy bien lo que intento decir: “Sometimes goodbye is a painful way to say I love you” (“Algunas veces adiós es una dolorosa forma de decir Te amo”).
Aquí es cuando las cosas se tornan más difíciles pues, citando nuevamente a la autora de nuestra frase, “Trying to forget someone you love is like trying to remember someone you never met”(“tratar de olvidar a alguien a quien amas es como tratar de recordar a alguien que nunca has conocido”)… Y el luto se hace enterno, nos quema y nos envuelve, llevándonos a la parte más oscura de nosotros mismos… “pero es mejor así”- pensamos-“ahora él/ella está más feliz.. y yo también”.
Que dulce agonía y que predicamento tan complicado, dos amantes separados por quienes son, no son Romeo y Julieta, no lucharán contra los Montesco y los Capuleto, porque no son ellos la causa de la brecha que los separa, sino sus propias escencias…
¿Qué habrá entonces que hacer? Me niego a pensar que el dolor los comerá por la eternidad…
Simplemente no quiero aceptar…