Todos en el shinsengumi lo sabían, el tiempo se estaba terminando, la muerte de Okita Souji se acercaba más y más, y no había nada ni nadie que pudiera hacer algo al respecto.
Aquella visión era devastadora, el joven samurai ya no estaba consciente, la fiebre lo mantenía delirando; La tos había cesado, pero a cambio su respiración era cada vez más agitada y superficial, eso significaba que el oxigeno apenas y entraba dentro de sus pulmones, no faltaba mucho para que su corazón se detuviera.
Hijikata no se atrevía a apartarse de su lado, por miedo a regresar y no encontrarlo, sintió la mano de Kondou tocar su hombro, señalándole su retirada, Kondou pensó en decir algo, pero se contuvo. Conocía bien as su vicecomandante, y si había algo que Hijikata en ese momento deseaba era soledad.
Hijikata era un hombre muy terco y reservado, por más que le insistieran, no expresaría su tristeza. Sufriría la muerte de su amigo //Y secreto amante// en soledad; así como lo había hecho con la muerte de su madre y su hermana. De cierta forma lo entristecía, Hijikata no dejaría que nadie se acercase a ver su verdadero yo nunca más. Con la muerte de Souji, lo que quedaba del corazón de Hijikata moriría con él.
Hijikata sintió a Yamasaki salir acompañado del Kyoukuchou, pero ni siquiera les tomo importancia, su atención se centraba, en el cuerpo que tenia frente a él. Se recargo en la pared, a la vez que tapo su rostro con una mano, estaba consciente que Souji iba a morir en cuestión de nada, y era su culpa que el joven pelinegro hubiese vivido una vida tan trágica. Su inocencia se la había arrebatado cuando tan solo era un niño, también se culpaba de que estuviese gravemente enfermo. Sabía que Souji había obtenido la infección en alguna batalla, y también que por culpa de la educación que implanto en él, es que Souji no revelo su enfermedad hasta que ya era muy tarde.
No había cura para la tuberculosis, eso lo tenía presente, pero si no lo hubiera enseñado a resistir por su cuenta, al menos podría haber compartido aquel sufrimiento con alguien, todo este tiempo sufrió en soledad su enfermedad, sin apoyo de nadie, y eso tambien era culpa suya. Si hubiese una forma de remediar todo el daño que le había hecho… no dudaría en salvarlo. Ese fue su último pensamiento antes de dejarse llevar por el cansancio y caer dormido.
Hijikata sintio un frio espeluznante e inmediatamente abrió los ojos, pero a su alrededor solo pudo ver oscuridad, por un segundo se pregunto si estaba soñando.
Entonces escucho una voz.-¿Quieres que cumpla tu deseo?- Hijikata sintió que su corazón dio un vuelco, no estaba seguro que estaba pasando, pero tenía un presentimiento extraño, algo le decía que no era precisamente un sueño común y corriente.
-Puedo ayudarte…- Volvió a decir la voz, y Hijikata se sintió aun más nervioso, aunque no lo demostraba su sereno rostro, en verdad estaba bastante ansioso.
-¿Quién eres?, ¿Qué es lo que quieres?- Exigió Hijikata, pronto dos hombres aparecieron frente a él. El vicecomandante
ignoro la forma extraña en la que aparecieron y se dedico a analizarlos. Uno de ellos no aparentaba ser japonés, su cabello rubio y sus ojos azules lo delataban, tenía una sonrisa tonta formada en sus labios y llevaba una especie de cetro, sus ropas semejaban a las occidentales. El otro aparentaría ser japonés si no fuera porque llevaba las mismas prendas extrañas, su cabello era negro y llevaba una enorme espada en la mano.
-Mi nombre es Fye D. Flowrite, y este es Kuro pu- Dijo el ojiazul, el pelinegro no pareció agradarle el comentario del rubio, ya que le lanzo una mirada asesina, pero Fye apenas y la notó. -Entonces… ¿Estas interesado en salvar a Okita Souji?-
Hijikata no pudo ocultar su sorpresa, ¿Quiénes eran estas personas?, ¿Cómo sabían lo que estaba pasándole a Souji?, no lograba entenderlo, solo los más apegados al pelinegro sabían su condición, entonces ¿por qué?.
-Nosotros queremos al igual que usted curar a Okita san- Fue el turno de Hijikata para lanzarle una amenazante mirada al rubio.
-No me vengas con estupideces o los matare- Fye sabía que el samurái no bromeaba, así que continuo hablando.
-Si desconfía tanto de nosotros, ¿Por qué no has desenvainado la espada?- El sonriente rubio pregunto tranquilamente, Hijikata bacilo un momento en responder, él tampoco estaba seguro de la respuesta. -Veras… Hijikata san, esto será difícil de explicar y que lo comprenda. Pero espero que lo haga pronto y así podremos ayudar a Okita san rápidamente, por eso hemos interrumpido en sus sueños, de esta forma el tiempo será más corto. Para que comprenda nuestras intenciones y la razón por la que intentamos curar a Okita san, le contare antes una historia…
Nosotros provenimos de un mundo diferente a este, donde se encuentran tan solo tres imperios, el reino de Clow donde gobernaba un príncipe llamado Syaoran, el reino de Celes donde reinaba un emperador llamado Ashura y el reino de
Nihon donde gobernaba una joven princesa llamada Sakura.
Los tres imperios llevaban una vida pacífica, a pesar de las diferencias entre las ideas de cada reino había un equilibrio y un respeto entre los gobernantes que no tenía igual. Pero la tranquilidad no duro mucho tiempo, cuando uno de los consejeros más importantes del reino de Clow, Fei Wang, traiciono al joven príncipe y acudió con mentiras y engaños al emperador del reino de Celes.
Fai Wang hizo creer al rey Ashura que el reino de Clow pensaba atacarlos y conquistar Celes, y con ello comenzó una guerra entre el reino de Celes y Clow. Ashura en su intento de proteger a su gente, llevo a una sangrienta casería de todos aquellos nacientes del reino de Clow, que vivieran en Celes, esto estalló la ira del príncipe Syaoran y así la guerra comenzó. El Reino de Nihon en un principio decidió no intervenir, pero cuando la locura del rey Ashura lo llevo a atacar a todos los extranjeros en Celes, muy a pesar de la princesa el reino de Nihon también fue llevado a la guerra.
Ambos príncipes Syaoran y Sakura acorralaron al ejército del emperador Ashura y lograron ganar la victoria. Pero Fei Wang no se daría por vencido tan fácilmente y decidió terminar con su vida y lanzar una maldición sobre el príncipe de Clow, quien cayó hechizado. Sin embargo, la princesa se dio cuenta de las intenciones de Fei Wang y decidió mandar una segunda maldición al príncipe, lo encerró en una cueva de hielo, sin que pudiese salir hasta que alguien del mismo reino de Clow le abriese entrada. Aquel descendiente del reino de Clow que pudiese ganarle al príncipe y terminar con su primera maldición.
El rey Ashura murió en batalla, él no tenía descendientes, y su esposa había muerto años atrás, pero él había adoptado a dos niños gemelos, a los cuales cuidaba como sus hijos. Y debido al pecado que había cometido el rey Ashura, uno de los gemelos se ofreció buscar al descendiente del reino de Clow que sería quien liberara al príncipe Syaoran, mientras que el otro se haría cargo del reino de Celes. Y aunque ambos gemelos eran fuertes magos, si usaban su magia para algo tan egoísta, el equilibrio entre los mundos se vería afectado y una gran catástrofe ocurriría.
Decidido esto ambos príncipes de Celes, acudieron a una fuerte bruja que se dedicaba a conceder deseos a un precio justo sin que el equilibrio se perdiera, el nombre de esta bruja es Yuuko.
Los gemelos pidieron su deseo, encontrar al descendiente de Clow, Yuuko san lo aceptó a cambio de su tesoro mas preciado, sin embargo, el descendiente del reino de Clow no estaba en ese mundo, y lo único que ella podía hacer era enviar a uno de los gemelos a diversos mundos, para que este lo encontrara por su propia cuenta.
Debido a que la princesa Sakura también se sentía culpable, y a que el joven príncipe era su mejor amigo, le pidió a uno de sus más fieles caballeros que acompañara al discípulo de Celes a encontrar al descendiente.
Después de muchos años de buscar y buscar, por fin el mago de celes y el fiel samurai de Nihon encontraron al descendiente de Clow. Y es por eso que estamos aquí… -
-Esta es la historia más ridícula que eh escuchado en mi vida, no pienso seguir perdiendo mi tiempo escuchando historias sobre magos y duendes-Interrumpió Hijikata irritado-Además no entiendo que tiene que ver esta historia con Souji… no me estarán diciendo que Souji es descendiente de aquel hombre. Para empezar Souji es descendiente de una gran y respetada familia de samuráis, además nunca eh escuchado el apellido Clow antes- Hijikata siguió hablando, pero la sonrisa idiota del rubio lo detuvo.
-No es precisamente que sea descendiente directo, es que muy en el fondo de Okita Souji hay sangre Clow, pero esa no es la razón por la que lo escogimos… hemos estado observándolo durante varios meses, él es perfecto para vencer al príncipe Syaoran y liberarlo. La forma en la que domina la espada, si le enseñamos además a usar magia, es algo con lo que el príncipe Syaoran no podrá pelear y por lo tanto perderá. Y al tener sangre Clow no tardara mucho en dominarla-
-¿Y ustedes piensan que me creeré esta bufonería?- Entonces la voz de una mujer se escucho en el fondo, y frente a él se presento una mujer de cabellera negra.
-Eso está en ti, creer o no creer- Dijo la mujer pálida como la nieve, con una mirada sombría pero no precisamente aterradora. Hijikata quedo sin palabras tan solo verla -Es algo que debes decidir pronto- La bruja dijo esto y el cuerpo de Okita apareció frente a ella flotando. Los ojos de Hijikata se abrieron de la impresión y sin pensarlo corrió en su dirección, tomando con recelo entre sus brazos al joven que estaba inconsciente.
“Esto es definitivamente un sueño”-No-interrumpió Yuuko su pensamiento. -Esto no es completamente un sueño- Esta última afirmación y la seguridad con la que lo dijó la mujer hizo dudar al vicecomandante. Por un momento quiso aferrarse a esa idea, si de verdad podía salvar a Souji… -Pero eh de advertirte una cosa- Yuuko llamó nuevamente su atención -Si Okita Souji es rescatado de la muerte y viaja al país de celes. El no podrá volver nunca más a esta época- Hijikata la miro confuso, pero no interrumpió. -Si Okita Souji desea regresar después de su misión en Celes, este país no será lo que él solía conocer. Los años que tardara viajando y los años que dure el entrenamiento necesario para que aprenda a usar magia. Harán que el día en que Okita regrese a Japón si es que decide regresar, Hijikata Toshi y todos aquellos a quienes solía conocer, no existirán más en este mundo- Termino de decir la mujer, Hijikata siguió pensando, aun sin creer nada de aquello.
-¿Qué sentido tendría el darle la oportunidad de vivir sin todos aquellos a quienes solía querer?- Reprocho Hijikata con notable enojo, pero la mujer no se inmuto.
-Esa es una pregunta que deberías hacerte a ti mismo, ó acaso tu deseo de darle una oportunidad de ser libre, se detiene porque su felicidad no será a tu lado- Esas últimas palabras de la mujer, rompieron toda mascara de seguridad en el rostro del vicecomandante, quien le miraba con una enorme confusión. -¿Cómo lo sé?- pregunto cómo adivinando su pensamiento -Recuerda que me dedico a conceder deseos, si el deseo es extraordinariamente fuerte, llega a mi aunque no sea lo que la persona esté pensando- Hijikata observo una vez más al cuerpo ya casi inerte del primer capitán del Shinsegumi que reposaba en sus brazos, era verdad, no había podido apartar de su pensamiento el deseo de salvarlo. Y la razón era que Souji moriría lleno de sufrimiento y arrepentimientos, Souji era un demonio, un asesino, el lo había convertido en eso. Si pudiera remediar el error… ese era su deseo.
-Pero hay una falla en sus planes, incluso aunque yo aceptara este trato. No soy nadie para elegir por la vida de Souji, no solo eso, Souji no aceptara dejar el shinsengumi, ni defender otro país que no sea Japón- el rubio abrió los labios para argumentar, pero por primera vez el otro extraño hizo presencia de su voz. Estaba cruzado de brazos y con posición indiferente, pero cambio su postura y se acerco al vicecomandante.
-No podemos forzar a una persona a ir contra su voluntad… es una de las reglas de esa bruja-dijo el sirviente de Clow con desprecio, a lo que la mujer respondió con una mirada indiferente. -Pero si la persona en cuestión no está en condiciones de aceptar, la persona más cercana a ella deberá responder. En este caso Okita Souji no está en condiciones de argumentar, así que tu eres el responsable por él- Kurogane sacó una pequeña bolsa de tela café, y de ella sacó una botella pequeña de color transparente con un liquido de color rojizo. -Al parecer no solo la bruja sabía quién sería el elegido, la consejera más confiable de la princesa Sakura me entrego esto- Dicho esto y le ofreció el frasco a Hijikata. El pelinegro lo acepto dudoso. -Este es un elixir del olvido, después de que Okita Souji sobrepase la muerte, le daremos esta cosa-
-brebaje Kuro rin- Fye canturreo desde lejos
-Dime de nuevo Kuro rin y te cortare en pedazos- Dijó Kurogane con notable molestia, pero su atención no se desvió del vicecomandante. -Si el mocoso toma esto, olvidara todo. Quien solía ser, a que se dedicaba, caras y nombres conocidos, su propia existencia desaparecerá de su mente- Hijikata admiro nuevamente el pequeño frasco sorprendido. “Olvidara todo…” pensó sombríamente. “Si olvida todo, su dolor lo olvidara también…”
-No durara por siempre sin embargo- Interrumpió la mujer nuevamente, a pesar de la queja del sirviente de Clow -Kurogane no lo sabe, porque solo se le fue entregado. Pero ese elixir perderá efecto, cuando quien lo tome supere los poderes de quien le haga tomarlo. Así pues quienes le están ofreciendo este elixir, no es la consejera de Nihon ni mucho menos yo, si no Fye y Kurogane-
Kurogane le lanzo una mirada sospechosa -Entonces estas asimilando que vencerá nuestros poderes- la bruja respondió encogiéndose de hombros, y guardando silencio.
-Debe superar nuestros poderes para poder vencer al príncipe Syaoran, ¿No es así Yuuko san?- Fye comento sonriente, la bruja respondió con una sonrisa sarcástica.
-Trato hecho- Dijo esto el vicecomandante llamando la atención de los extraños y la bruja. -Deseo que Okita Souji no muera- Hijikata decidió no perder más tiempo y entrego el cuerpo de Souji al samurái de Nihon.
Kurogane se sorprendió un poco, pero acepto el cuerpo del desvanecido capitan y automáticamente observo al rubio, como indicándole algo. Fye entendiendo el mensaje se coloco a un lado de ambos y comenzó a recitar algo a la vez que colocaba su mano en el pecho de Okita.
Hijikata supuso que era el idioma del lugar donde provenía, ya que no entendía una sola palabra, de la nada un círculo de viento comenzó a formarse alrededor de los 3 hombres y del pecho del pelinegro salió una sombra negra, la cual fue absorbida por el mago.
Después de eso, el rubio se acercó al vicecomandante y extendió su mano. -Solo falta eso- Hijikata entendió el gesto y le regreso el frasco. Fye lo acepto sin problema, pero en vez de dirigirse a donde el círculo mágico aun seguía funcionando, siguió mirando al vicecomandante. -¿No piensa despedirse, Hijikata san?- el samurái no dijo una palabra, caminó lentamente hacía donde estaba el joven ex capitán del shinsengumi, que ahora respiraba sin dificultad, y no tenía más aquel rostro de dolor.
Parecía tan tranquilo, deseaba que así pudiera ser de ahora en adelante. Sus ojos se ablandecieron y una sonrisa se formo en sus labios.
-Hay… algo que quiero pedirles- Dijo esto el vicecomandante y saco de entre sus ropas un cuaderno y un pincel, donde escribió algo. Ninguno de los presentes miro lo que decía, pero suponían de que se trataría -Supuse que como era un sueño, podía hacer aparecer cosas, veo que no me equivoque- ahora solo podía formar una media sonrisa, le extendió el cuaderno al rubio y entonces se aparto del circulo de magia. No tuvo que decir nada más para que ambos hombres y la bruja entendieran el mensaje.
-Entiendo, le entregaremos eso a Okita san, cuando sea el momento- Lo último que Hijikata alcanzo a ver del joven samurái que alguna vez fue la persona más importante para él, y que… no importa lo que pasara siempre lo seria, fue como las gotas de aquel liquido mágico tocaban sus labios, y estaba consciente que a partir de ese momento… el Okita Souji que él conocía estaría en un largo sueño.
El círculo mágico se agrando y los tres hombres desaparecieron como el viento. Dejándolo a él en aquella completa obscuridad, la cual no duro mucho, ya que se disipo y se encontró así mismo nuevamente en la habitación en la que se encontraba antes que aquellos hombres llegaran.
-No te preocupa, la forma en la que lo vaya a tomar aquel chico- Pregunto la mujer, que aun seguía en la habitación.
-Seguramente será incapaz de perdonarme, pero está bien así. Si me odia, será menos doloroso para él- Yuuko no respondió a eso, simplemente cerró los ojos en forma de resignación, y esa fue la última vez que Hijikata Toshi vio a la mujer.
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En fin prologo~ hecho :P
Summary: Hijikata tenía dos opciones pasar los últimos días al lado de Okita y verlo morir, o entregarlo a aquel rubio de sonrisa idiota para que tuviese una nueva vida.
Nota de autor: Hay la aparición de un par de personajes, que no pertenecen a Peacemaker Kurogane. Habra SPOILERS sobre el destino de Okita, aunque bueno si saben cómo va la historia del shinsengumi, saben cómo terminara el manga de pmk xD. ¬ ¬ deberían hacer un manga del shinsengumi donde si ganen xD y Okita se case con Hijikata y sean felices xD
Warnings: Boys Love!, Crossover Peacemaker Kurogane, TRC. Spoilers de PMK bueno ... no realmente si sabes como termina la historia del Shinsengumi.