Quisiera saber qué puedo hacer yo en un momento como este.
Parece que el mundo se detuvo otra vez, como el 11 de marzo de hace cuatro años,
en Madrid, en Canarias, en España, en Europa, en cada corazón, en cada casa.
No importa nunca dónde ocurre el accidente, siempre asesina miles de almas el
hecho de ver cómo han muerto de la forma más terrible familias enteras, padres,
hijos, hermanos, nietos, primos, sobrinos, amigos, novios, amantes, niños. Personas com nosotros
que al otro lado de la pantalla del televisor o frente al ordenador, o ante las hojas de un periódico, nos quedamos clavados frente a la noticia -por más o menos tiempo- cada cual con su reacción.
De repente me veo en la piel de los muertos. Al poco en la de los familiares que quedan atrás, muertos en vida.
Y creo que todo se ha detenido para siempre, que no quedan ni esperanza ni ilusión.
¿Quién les va a devolver a los suyos?
Ese muchacho que hoy cumplía los 23 años, esos niños tan pequeños, ese bebé...Esa pareja de novios en luna de miel,
el alcalde y buen amigo de un pueblo castellano, madres e hijos, padres e hijas, hermanos. Una familia entera de Baviera...
Tantas historias, vidas, sueños por cumplir, celebraciones, risas y llantos que no podrán tener lugar ya.
Al menos aquí y ahora.
Sólo nos queda rezar, creer que el cielo sigue siendo el cordón umbilical que une a los que la muerte separa.
Un día nos encontraremos de nuevo y nos daremos ese abrazo arrebatado. Felicitaremos ese cumpleaños no celebrado, y los muchos cumpleaños de esos bebés: amaneceres truncados.
Señor bendice a los que ya están contigo y cuida de ellos eternamente.
Bendice y dales la felicidad que les ha sido arrebatada a todos aquellos que quedan con los pies en la tierra y el alma en el peor de
los infiernos. Ofréceles consuelo y alivio, hazles más llevadera la vida sin sus seres queridos, cólmales de cariño y humor, haz que sientan que aquellos que se fueron están cerca y que crean en el reencuentro.
Señor, que podamos todos los que nos amamos, estar juntos por toda la eternidad, pase lo que pase, que el sufrimiento sea corto y la dicha grande.
Si pudiera pedir deseos a una lámpara maravillosa, pediría que volvieran los que se fueron cruelmente, que no hubieran nunca jamás accidentes ni tampoco incidentes, que la enfermedad no existiera.
Las lámparas maravillosas sólo existen en los cuentos, pero TÚ Señor estás aquí.
Te pido esos deseos con toda mi fe.
Y aunque me siento más insignificante que nunca, el dolor es tan fuerte que no puedo dejar de rezar.
Sé que ha esta oración le faltan muchas cosas, que es torpe como lo soy yo.
Pero porfavor Señor, danos fuerzas, Bendice al Mundo, no nos dejes solos nunca, ni en la tierra ni en el cielo.
Amén.
A LAS 153 VÍCTIMAS DEL VUELO MADRID-LAS PALMAS 20-AGOSTO-2008
A TODAS LAS VÍCTIMAS DEL TERRORISMO EN EL MUNDO.TO ALL THE VICTIMS OF THE TERRIBLE AIR-PLANE ACCIDENT IN MADRID.20th AUGUST 2008