Jul 04, 2010 22:50
Entrada después de mucho tiempo. Parece ser que quiero registrar lo que me ha marcado mucho, tanto lo bueno como lo malo. Y escribo en español, por una absurda creencia o esperanza de que ella logre saber esto.
Creo que nunca había tenido tanta pena y dolor como la del lluvioso 23 de Junio del 2010. Creo que esta fecha no volverá a ser lo mismo, un día común y corriente, pero que ese día se tiñó de lágrimas. Aquel día falleció mi abuelita, la mamá de mi mamá, aquella hermosa mujer que siempre admiré por su historia de esfuerzo, viuda a los 33 años y a cargo de 4 hijos. Valdiviana de una familia pobre, que sufrió mucho pero salió a trabajar en todo lo que pudo. Los sacó adelante y ella también salió adelante. Mi abuelita linda que me crió y me cuidó mientras mis papas trabajaban. La que jugaba conmigo a “La niña María” y con quien íbamos a la piscina, la que cuando iba a ver los infaltables sábados estaba regando su enorme patio o viendo Sábado Gigante. La que me daba té en plato para que se enfriara y que me dejaba quedarme a dormir con ella y rezábamos antes de dormir.
Más viejita vivió en mi casa, en la pieza de al lado, en las noches siempre me despertaba cuando iba al baño o cuando a veces me llamaba para puro lesear. A veces me enojaba con ella porque me llamaba tanto, y ahora extraño que me llame de nuevo para ayudarla a caminar o ir al baño. Yo la iba a buscar caminando al hogar y nos veníamos conversando mientras yo la traía en su silla de ruedas.
Los días que estuvo hospitalizada lo fui a ver todos los días, todo el día. Ella estaba porque se quebró la cadera, irónicamente, mi otra abuela también estaba hospitalizada en el mismo hospital debido a su cáncer. De ella temí lo peor, pero nunca de mi abueli y su cadera.
Luego se fue a la residencia de Alzheimer donde trabaja mi mamá, y ahí recibió todo el cariño y cuidado de la gente porque ahí quieren mucho a mi mamá.
Fui un día después de la Universidad a verla y conversamos mucho, horas, y le puse su flor en la cama, comimos frugeles, me pidió que la persignara y le di un beso en la boca como solía hacerlo últimamente cuando me despedía de ella y me miraba con sus ojitos de que me quería.
Ese maldito día llamaron a las 4.23am y no lo pude creer, no podía. Sólo cuando fui a la universidad a dar una prueba y luego les conté a mis amigas “Murió mi abuelita” lo asimilé.
Partí haciendo el mismo camino de la última vez y no podía creer que ahora iba a verla muerta. Vi a mi mamá y la abracé, ¿Quieres verla?..dudé mucho rato, hasta que fui a verla. Simplemente parecía durmiendo, con una cara de paz pero helada como hielo.
Le regalé una flor como de peluche para una navidad, cuando se fue a Champa con mi tío se la llevo, cuando empezó a vivir en el hogar se la llevo, incluso en el hospital la tuvo, en su último lugar, y entonces no podía faltar que se fuera con ella el último día. La dejé en su ataúd y lloré. He llorado insasiablemente, pero no tanto, tengo que estar con mi mamá. Pienso en ella y la extraño tanto. Estoy segura que nadie tuvo una relación más especial que la nuestra (exceptuando mi mamá claro) y tan sólo quiero que se me aparezca en un sueño y decirle que la amo.
me: suck time,
me: thoughts