Fanfic: Seduciendo a Castiel, Pairing: Castiel/Gabriel, Nc/17, capitulo 3

Mar 16, 2011 22:00


Titulo: Seduciendo a Castiel.
Autor:kallenparms 
Pairing: Castiel/Gabriel
Clsificasion: Nc/17, PWP
Desargo de responsabilidades: Nada mio, una pena ya sabemos, mas no hay nada que hacer.
Resumen: Por que estamos cansados de como tratan a nuestro angelito en la serie. y encontre alguien que nos proteja. Por que Cass merece a alguien exclusivo para él y Gabe esta de acuerdo.

Capitulo 3.

La decoración en la habitación había cambiado por completo, ya no era aquella imitación de burdel exótico. El romanticismo pululaba en el aire; con un toque medieval y erótico.

La estrafalaria cama en forma de corazón era remplazada por una de estilo antiguo con columnas de madera labradas en cada esquina, de las cuales pendían ligeras gasas de organza, manteniendo a los "durmientes" protegidos de las miradas curiosas.

El ángel de ojos azules y cabello negro yacía sobre el suave colchón, completamente expuesto, atado cada extremidad a una de las columnas con sogas gruesas de algodón, de consistencia fuerte y a la vez suaves al tacto.

La pálida piel parecía resplandecer contrastando con el verde olivo de las sabanas de seda; la caja torácica subía y bajaba con movimientos acompasados y un pequeño ronroneo se escapaba de aquellos rozados labios.

El vendaje en los ojos le impedía tener acceso a las imágenes, aun así eso aumentaba la excitación, las sensaciones se multiplicaban por mil; el ligero toque de una pluma traía consigo deliciosas descargas eléctricas sobre su cuerpo.

Sintió el peso de otro cuerpo sobre el suyo, sentado a horcajadas en sus caderas, restregando los abombados glúteos contra la hinchada erección.

Con la punta de los dedos le recorrió los costados, dirigiéndose luego a su pecho, trazó espirales sobre los pectorales, de fuera hacia adentro, comenzando desde las axilas hasta parar en los rígidos pezones.

-Relájate - susurró junto a su oído mientras posaba los labios en su cuello.

Pero no eran nervios los que sentía el ojiazul, era otro tipo de emoción, un hormigueo de necesidad.

Asintió respirando profundamente, la sensación era tan envolvente que ni siquiera le permitía articular palabra.

-Todo va a estar bien - aseguró y siguió acariciando con delicadeza, con manos y labios suaves. - iremos despacio.

Y era extraño, por que el dueño de esa voz podía tener un sinfín de "cualidades" pero la paciencia no era una de ellos; sin embargo ahora se escuchaba tan sincero que no podía más que creerle.

-Esta bien - respondió con voz ahogada.

El otro ser paró por un instante todo movimiento, observando detenidamente a quien estaba debajo de él, quería estar seguro de que no lo forzaba a nada, de que el otro también le deseaba con la misma intensidad que él lo hacia.

El ángel de los ojos azules se estremecía esperando el siguiente movimiento.

-¿Qué pasa? - preguntó inquieto al sentir que el otro no se movía - ¿Gabriel?

-Shhh… - le silenció inclinándose, deslizándole los labios por los hombros, fue ascendiendo lentamente, degustando el sabor de esa piel. - Esto de aquí - le dijo rozando con los dedos parte de la nuca - me vuelve loco, voy a morderlo dentro de poco, así que no te alarmes - y tan pronto terminó de decirlo, lo hizo.

Un gemido entrecortado escapó de lo mas profundo de la garganta de Castiel, que se arqueó para recibir un poco mas de contacto.

De manera juguetona llegó hasta sus labios y lo atrapó en un beso caliente y rudo, posesivo aferrándose a él con ambas manos sobre la mandíbula.

Lo soltó sólo hasta que los labios del otro estuvieron hinchados y rojizos, haciendo brotar la sangre hacia arriba.

Se tensó al percatarse de la reacción de Castiel, mas allá de los gemidos silenciosos y roncos que hacia cuando le tocaba, estaba otra cosa, otro sentimiento, no era sólo deseo y lujuria, no era ansia, era algo más profundo, mas significativo e importante, mas que admiración y agradecimiento, mas que simple cariño; era… era… NO PODIA SER POSIBLE… o tal vez sí, no es como si él hubiese sentido eso antes… pero podía distinguirlo como algo verdadero.

El olor de Cass estaba pro todas partes, invadiendo todos sus sentidos, como si se hubiese revolcado en un campo, sobre flores silvestres, la textura sedosa de esa piel le voló la mente.

Les iluminaban sólo cuatro enormes cirios, postrados sobre candelabros de plata, colocados estratégicamente en cada esquina de la habitación.

No lo soportaba un momento más sólo saldría de dudas al mirarle, quería contemplarse en los ojos de Castiel, sólo así lo sabría con certeza; quería verse en esos pozos azules, contemplar la profundidad a través de esas atrayentes ventanas, le retiró el vendaje de los ojos y a pesar de la poca luz que reinaba, pudo ver el fulgor la verdadera forma de su hermano, que le atraía brutalmente y hacia añicos su raciocinio.

-Voy a desatarte, quiero que también tú me acaricies.

Castiel asintió ilusionado, ansioso y un poco descontrolado. Gabriel quitó las ataduras; puesto que Cass  no podía quitárselas solo, debido al conjuro que el arcángel había realizado para inhibir los poderes angelicales del moreno, manteniendo su gracia contenida.

Liberó primero los pies y enseguida hizo lo mismo con ambos brazos, colocándose de nuevo sobre él, se hizo espacio entre sus piernas y permitió que se abrazara a él.

Castiel aprovechó el tiempo perdido, acarició la espalda del otro con movimientos erráticos, disfrutando el rose de aquel cuerpo contra el suyo, el calor que emanaba el mayor casi parecía que le haría arder.

Gabriel le hizo darse vuelta, Castiel se resistió un poco pero termino cediendo a la petición, al hacerlo, el arcángel se deleitó con la perfecta redondez de aquel trasero, inclinó su rostro hasta la bien definida espalda, lamió la línea de su columna vertebral, desde la nuca hasta el coxis, deteniéndose antes de llegar a la raja que separaba las nalgas.

Mágicamente y con el chasquido de sus dedos hizo aparecer entre sus manos un pequeño frasco de lubricante.

Castiel sabía lo que venia a continuación y no pudo evitar tensarse un poco, mas fue tranquilizado con las cálidas caricias de Gabriel sobre su espalda.

El gel era transparente, pero de agradable aroma,  embadurnado sus dedos y jugó con ellos tratando de templar un poco el frio liquido.

-¿Gabriel? - bajó la mirada hasta el rostro del que permanecía bajo él…  era su voz, pero esos labios no emitían palabra alguna, solo gemidos.

-¿Gabriel? - escuchó de nuevo que le llamaban con un volumen mas alto cada vez.

***

-¡¿GABRIEL?!

El agudo grito le hizo despertar, aturdido abrió los ojos y los enfocó mirando hacia la cama que tenia forma de corazón.

-¿Estas bien? - Preguntó el ojiazul desconcertado - No sabía que podías dormir tanto, me asuste un poco al ver que no despertabas.

El castaño suspiró profundamente, sacudiendo la cabeza, una forma para despejarse del ¿sueño? "¿Pero como?" pensó "era tan real"

-Gabriel ¿estas bien? - volvió a cuestionar al ver el extraño comportamiento de su hermano.

-Sí Cas, estoy bien, no te preocupes ¿Cuánto llevas despierto? - inquirió levantándose del sofá y acercándose hasta la cama, preocupado de haber podido hablar dormido y que Castiel se hubiese dado cuenta de lo que en realidad soñaba.

-No mucho… hablando de eso… no entiendo.

-¿Qué es lo que no entiendes? - preguntó, aun sabiendo perfectamente cual era la duda que invadía al ojiazul.

-Estoy durmiendo, durmiendo de verdad, son sueños vívidos y todo, eso  no lo había experimentado nunca antes, es decir, he perdido el conocimiento, pero ahora es diferente ¿Cómo puede ser eso posible?

-Considéralo como un regalo hermanito - Contestó de manera socarrona.

-¿Qué?

-Vamos Castiel, relájate, hay tantas cosas que no conoces, eres creo que un poco mas ingenuo que un niño, pero no te preocupes que yo pienso enseñarte poco a poco.

El ángel frunció el ceño confundido, viendo como el otro abandonaba la habitación sin más explicación. ¿De que iba todo eso?

***

Habían pasado ya tres días desde que despertó en ese lugar y sus heridas estaban sanadas casi por completo, aun quedaban marcas rozadas sobre la piel de su recipiente y los hematomas habían disminuido el tono negruzco a un amarillo mostaza. Aun le dolía todo el cuerpo y su gracia seguía medio apagada.

Pero aun con todos esos problemas, la convalecencia y el tener presente que volvería a enfrentarse a Rafael. Una sensación diferente le llenaba, algo como cálido; no tangible y aun así cercano, nunca había sentido lo que ahora, y le asustaba, por que no sabía si podía confiar en él, es decir ¿Desde cuando era tan amable? Gabriel había demostrado anteriormente que la humanidad le importaba poco, o más bien nada; se emancipó de su familia celestial y sólo se preocupaba por él mismo. Otra prueba de eso era que hasta hace tres días no tenia conocimiento de que hubiese vuelto a la vida.

Así que si, le preocupaba estar sintiendo "eso" en este momento, sentirse protegido, cobijado y de cierta forma querido. Sus emociones estaban hechas un lio, él era un ángel, se supone que los ángeles eran seguros, no dudaban; "como figuras de mármol" recordó la descripción que Dean utilizará en una ocasión al referirse a ellos, sin embargo ya nada era como debía ser, nada se ajustaba ya a la regla. Sus hermanos se convirtieron en traidores, él se convirtió en renegado y Gabriel se convirtió en… en… no sabía realmente en lo que se había convertido Gabriel, pero esos últimos días lo estaba llegando a apreciar de una manera en que no lo había hecho antes. Más allá de sus lazos de hermandad y eso le confundía demasiado.

Dean le había enseñado a querer, a desear y a sentirse parte de otra persona. El Winchister ocupaba gran parte de sus  pensamientos, de sus emociones, pero desde que Gabriel le rescató y teniéndolo tan cerca, es como si bloqueara esos sentimientos; como si apagara la llama que Dean mantenía encendida dentro de suyo y la cubriese con una mas intensa creada por él, por Gabriel.

Tal vez era verdad que había pasado demasiado tiempo conviviendo con los humanos y por eso se estaba sensibilizando, adoptando de ellos comportamientos hasta cierto punto irracionales.

"Por que no podía ser racional que comenzara a sentirse atraído sexualmente por Gabriel ¿Verdad? No era normal el sueño que acababa de tener y del cual se despertó con un poco de pánico, y tampoco era normal que al ver a Gabriel agotado sobre aquel sofá,  tal vez velándole el sueño, le hiciera sonreír como un bobo y le dieran ganas de levantarse y apretarlo en un fuerte abrazo ¿Verdad que no era normal?"

"Tal vez sean todos los dulces que he estado comiendo, con la debilidad algo a debido hacer corto circuito. Sí, tal vez sea eso" pensó tontamente.

***

Gabriel salió casi corriendo de la recamara, sudando y temblando de manera compulsiva.

Fue tan real, el sueño, tan real que aun podía sentir la suave piel de Castiel bajo sus manos y el sabor de sus labios en su boca.

-Ahaaaa- gruñó frustrado.

Cuando se decidió a ayudar al angelito lo hizo sólo por cabrear a Rafael, para no permitir que ese bastardo se saliera con la suya y que ocupase el lugar de su padre en el cielo.

Pero ahora, estaba seguro de que deseaba a Castiel, a su hermano - bufó - otro pecado más que agregar a su inmensa colección. Aunque ya poco le importaba, después de todo cuando se auto-exilió del paraíso, rompió con todas las reglas y se impuso leyes propias, no temía a la ira de su padre; ni a la de sus hermanos, lo único a lo que temía, lo que realmente acabaría con él, sería el verse rechazado por su pequeño hermano, deseaba y esperaba por su salud mental y física que eso no sucediera. Por que ahora mas que nunca estaba dispuesto a poner en marcha su plan.

Continuara…

Huhuhu, a que pensaste que Cas se entregaría a Gabe ¿verdad? PUES NOOOO jajajaja, aun no puedo profanar a Castiel, pero ya pronto lo hare, espero haber cumplido con tu fantasía del Cas atado.

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