Primera battle :)
Autora: julesmind
Título: Tiempo.
Battle: No. 1
Desafío: No. 1
Personajes/Pairing: Marco Materazzi, Zinedine Zidane.
Rating: Nada que escandalice ni a un cabritillo…
Disclaimer: Ni son míos, ni ha pasado, ni gano nada con eso, sólo diversión y stress :P//Es un crack, no busquéis sentido alguno...me inspiraron unas entrevistas de Marco, donde se declaraba fan de Zizou y etecés...
Materazzi está sentado en uno de los asientos, habilitados por la asociación que organizaba la comida de esta noche, detrás de todas las cámaras, esperando su turno para hablar de la tragedia que ha ocurrido en Haití hace tres semanas.
Le parece increíble lo que están haciendo por ayudar a los niños, y no le extraña que fuera Zidane-solidario donde los haya- quién plantease una cena benéfica para donarlos íntegramente a todo tipo de asistencia médica y futura educación de los chiquillos. De hecho, ha sido el mismo Zinedine el que le ha propuesto la cena. Por un e-mail de su secretaria, eso sí.
Desde que llegó a París, ha estado recordando una y otra vez la misma escena. La final en Alemania; los italianos angustiados con una defensa gálica inalterable, los propios franceses desesperados por marcar un gol que determinase el partido de una vez. Nerviosismo en su cerebro, insultos y tirones de la camiseta del mediapunta argelino. Fuertes intentos por parte del bleu de ignorarlo, pero no puede evitar un “Si quieres, te regalo la camiseta al final de partido” que desbarata completamente a Marco y le hace decir cosas que sólo habría sido capaz de decir en la exasperación en la que se encontraba.
Ahora entiende que él no era el único desasosegado de los dos; rememora el instante del choque en el estómago, de la furia de Zidane y del inmediato arrepentimiento que muestra en la mirada tras la agresión. La cabeza gacha antes incluso de ver la roja, los hombros caídos, pasos derrumbados hacia el banquillo. Gestos que ya sabían cómo iba a repercutir el golpe en los medios. Flashes que parecían regodearse del tan injusto final de, a su parecer, uno de los mejores jugadores del mundo.
Porque ese desenlace fue el más desafortunado que jamás hubiera pensado ver. Materazzi se intenta desvincular, no fue el quién dio el cabezazo, quién se despidió de su carrera futbolística con una tarjeta. Pero no puede evitar sentirse culpable, porque sí fue él, Marco, el que perdió realmente los estribos, el que incitó al normalmente calmado y pacífico goleador. Le atormentan aún más sus inexistentes esfuerzos por defender, o al menos auxiliar al francés, no echarle toda la culpa, no inculparlo a él e todos los cargos. Sólo pudo reafirmar su fanatismo por Zidane, pero sin pedirle perdón, ni en público, ni en privado.
Y esta noche, fría, lluviosa y nublada de París en lo único en lo que podía pensar era en una disculpa adecuada para Zizou. Lo que no pensaba es que la oportunidad le viniera tan apresuradamente como ahora. Ahí está Zinedine, a escasos metros, sonriendo a las cámaras y parándose de vez en cuando a hablar-más serio, pidiendo ayuda para los necesitados- con algún reportero que le mira con adoración. Cuando entra en la sala en la que se encuentra el italiano, lo mira entre sorprendido y-extrañamente- encantado. Se acerca con su habitual e innata elegancia y le tiende la mano. No de manera formal o forzada, si no con toda cordialidad. Escucha de sus labios un afrancesado “How are you, Marco? Long time no see!” que le hace sonreír francamente y agradecerle con la mirada ese trato que, en realidad, no se merece. Para nada.
-Ehm, I’m fine, fine. You are fantastic! On top form, aren’t you?
-Yep, some kind of nervous about the speech I have to make, but it’s for a good reason, mate. We have to give all we can to these children, they really need us.
Le dice todo eso con un brazo en el hombro, con voz amistosa y una sonrisa enorme en los labios. Parece feliz por algo, y Marco no puede evitar pensar que se está burlando de alguna forma de él, pero le devuelve la sonrisa porque está aliviado de poder hablar con Zinedine con sociabilidad. Siente que lo que debería decirle, con su acento italiano y sus erres marcadas- ese “sorry” que se había prometido vocalizar antes de empezar la cena- ya no es necesario.
Y parece que para el argelino tampoco lo es, porque antes de entrar en la gran sala, con todos los famosos esperando para el largo discurso que Zidane iba a pronunciar, se gira y le dice, divertido:
-Enjoy the dinner, and we’ll have an appointment later and talk for a while about all these years of chaos, my friend!
Con un guiño en los ojos, como siempre supo que es en privado-no ese hombre serio y reservado-, como si realmente fuera su mejor amigo, sin ningún rencor, con las puertas abiertas, como el mismo Materazzi dijo que tenía para la amistad con Zinedine.
Marco le sonrió, entró a su lado, hombro con hombro, con todos los flashes relampagueando-capturando la noticia de la noche-, y esperando vehementemente el final de la cena.
Buaf, odio mi ADSL porquerioso...
Enjoy anyway!