Título:Historias nuevas de sabor añejo.
Autor:
eve_malfoy Fandom | Pairing:Gossip Girl | Nate/Jenny
Longitud:3.484
Spoilers:Segunda temporada hasta 2x21 pequeñas alusiones a los siguientes capítulos.
Rating | Advertencias: PG/Palabras mal sonantes varias.
Resumen: Nate acude a Chuck por consejo y se topa con el pasado. Posible continuaciones varias tras este fic.
Que hubiera probado las mieles de éxito a los quince había sido algo inédito en el mundo de la moda, de la misma manera que lo había sido su frugal paso por ella y más su sonora desaparición. Jenny Humprey deshizo su camino en la moda para ser una adolescente normal.
Pero eso no quitaba su pasión, su amor por la alta costura, la envidia que las diseñadoras le producían y lo mucho que deseaba llegar a alcanzar el verdadero éxito fuesen a desaparecer. Quería alcanzar la cima, pero todo ello por el buen camino.
Tumbada en el sofá de casa de los Van Der Woodsen sostenía entre sus manos el especial que Vogue había sacado con motivo de la semana de la moda en NY, Carolina Herrena, Marc Jacobs y los más punteros diseñadores del mundo habían puesto su granito de arena para hacer brillar una vez más la pasarela neoyorquina. Observó la puesta de sol, desde la perspectiva que un ático en pleno centro de la ciudad le permitía; los rojos y naranjas teñían las fachadas de los rascacielos cercanos, permitiendo que unos pequeños rayos de sol se reflejaran sobre su rostro, cerró los ojos disfrutando de ese pequeño momento de intimidad.
El ascensor se detuvo y el sonido metálico de las puertas abriéndose le despertó de su ensimismamiento, Nate avanzó por el piso en busca de Chuck a quien había acudido en busca una vez más de consejo. Ahora que su relación parecía estar volviendo a la normalidad sabía que él era quien mejor podría entenderlo. Blair, parecía distinta, pero en el fondo seguía siendo la misma con la que había compartido casi toda su vida. Deseaba eso, la seguridad que lo conocido le proporcionaba, lo que ella podía darle, pero había conocido otras cosas y ahora no estaba seguro de que fuera lo mejor. La casa respiraba una paz inusual, traspasó el salón cuando un ruido llamó su atención.
La revista había resbalado de las manos de Jenny al suelo, ella seguía dormida. Nate la observó, la falda del uniforme ligeramente arrugada enseñando sus piernas, la camisa descolocada, el pelo más revuelto de lo usual y el sol acariciando sus mejillas. Una punzada de dolor, quizás desencanto, cruzó su pecho. Cuando meses atrás había escrito aquella carta siempre tuvo el secreto deseo de que le respondiera, se preocupaba por ella, había intentado explicarle que no sabía como ni por qué, pero algo le llevaba a ello. Una vez más Nathaniel Archibald se había quedado sin lo que deseaba, la congoja se instaló en su pecho.
- Llegas tarde - se volvió para observar a Chuck, pantalones de traje, camisa clara y jersey de rombos - Si quieres soltarme uno de tus rollos, al menos llega a la hora.
- Vas a despertarla - dijo señalando al sofá.
- ¿Hum? - preguntó mientras servía dos copas de brandy - ¿Creía que volvías a salir con Blair?
- Y lo hago, ¿qué tiene eso que ver con despertar a Jenny?
- No sé - dijo encogiéndose de hombros - tu sabrás.
- Yo no…
- Vamos - le dijo pasándole la copa y palmeándole la espalda mientras le indicaba el camino a su habitación.
Cuando la puerta del cuarto de Chuck se cerró. Jenny abrió los ojos, recogió la revista del suelo y se quedó sentada aún observando la puesta de sol. ¿Por qué no habían hablado desde entonces? Durante el tiempo que Nate había pasado en su casa, había encontrado un amigo, quizás algo más, pero aunque aquello no hubiera funcionado, realmente deseaba volver a acercarse a él. Ser amigos.
¿A quién pretendía engañar? Jamás podría ser su amiga, no si seguía sintiéndose de aquella manera, no si era capaz de sentir su presencia en una habitación aún sin haberle visto.
Chuck salió de la habitación diez minutos después de que Nate hubiera salido en busca del nuevo perdón de Blair. Jenny estaba en la cocina tomándose un zumo mientras pasaba las hojas del Vogue sin prestarle verdadera atención.
- Nunca te pedí perdón - le dijo, después del brusco encuentro que había tenido aquella tarde, al menos le debía una disculpa - Por lo que ocurrió, ya sabes… Lo lamento. Y si alguna vez decides venir a vivir a esta casa, me apartaré de tu camino.
- Gracias - dijo impresionada.
Chuck volvió sobre sus pasos pero se detuvo a medio camino. Una idea cruzó su cabeza como un relámpago atraviesa el cielo en una noche de tormenta. Volvió a la cocina y se sentó en un taburete frente a la joven Humprey.
- ¿Qué? - espetó ella un poco nerviosa.
- ¿Aún te gusta, verdad?
- ¿Qué…?
- No te hagas la tonta, no te pega. Los dos sabemos que has aprendido mucho desde que entraste en esta selva - sacó un paquete de cigarrillo del bolsillo de su camisa y se lo tendió, ella declinó con la cabeza - Archibald aún roda sobre tu rubia cabecita.
- No… - murmuró.
- Seguro - se relamió, como puede hacerlo un león apunto de morder a su última presa - Esa relación que lleva con Blair…
- No voy a participar en tus juegos. No para que consigas a Blair, si ella te rechazó…
- Ella no me rechazó - dijo entre dientes - Ambos saldríamos beneficiados con esto.
- Si quieres que Nate salga del camino de Blair, prueba con Vanessa. Ella es quien de verdad le interesa.
- No creo que Nathaniel tenga muy claro cuales son sus verdaderos intereses en estos momentos.
- Eso no me implica a mi - dijo cerrando la revista.
- ¿Estás segura?
Recogió sus cosas, tomó el abrigo y salió sin observar la sonrisa de medio lado de Check.
Jenny se sentó en una orilla de las escaleras de la Biblioteca lejos del grupo de Penélope. Eric se había puesto enfermo aquella misma mañana y ella tenía que comer sola porque su hermano estaba teniendo una nueva discusión con Serena, prácticamente era lo único que sabían hacer últimamente. La gente caminaba sin mirarse entre sí, caras anónimas que quizás jamás volverían a encontrarse, ni siquiera a rozarse. A lo lejos, distinguió a la pareja de moda en la escuela Blair y Nate; Nate y Blair de la mano y acercándose peligrosamente hacia donde ella estaba sentada. Recogiendo a toda prisa para no tener que toparse con ellos no tuvo ocasión de ver como Blair se despedía de su novio y se acercaba con una peligrosa mirada al grupo de sus otrora fieles seguidoras.
- Hola - Jenny no levantó la vista.
- Hola.
- No has terminado - dijo señalando la ensalada a medio empezar y el helado que amenazaba con derretirse.
- No tengo mucha hambre - dijo arrogándolo todo en la bolsa de plástico - Además tengo que devolver unos libros.
- Jenny… - alzó la mirada y durante un segundo para ella todo pareció detenerse.
- ¡Nate! - volteó la cabeza para ver a Blair que le llamaba azarosa.
- Tengo que irme.
El momento se había roto y fue incapaz de decir nada, les vio alejarse y suspiró resignada mientras se dejaba caer de nuevo sobre los escalones.
- No tendría porque ser así - la voz ronca de Chuck sobre su piel le produjo un cosquilleo en el estomago.
- No - respondió ella débilmente.
- Nadie saldrá herido. Todos vamos a ganar.
- Ellos se quieren - dijo en voz baja - ¿Por qué tendría yo que estropear eso?
- Porque sabes que eso no es lo que de verdad Nathaniel quiere.
- ¿Y tú sí?
- Sé lo que le conviene - Jenny se giró para encararle.
- No, sabes lo que te conviene, a ti - dijo golpeándole el pecho con el índice de su mano derecha - sabes lo que quieres, tú.
- Mi beneficio es el suyo - sonrió petulantemente - Y el tuyo.
- No.
Chuck abrió la puerta de la limosina en cuanto vio a salir a Nate por la puerta de su casa.
- Entra - le dijo.
- ¿Qué haces aquí?
- Tenemos que hablar.
- Vaya, viniendo de ti - dijo mientras se quitaba la bufanda y se desabotonaba el abrigo para entrar - eso no suena muy bien.
- Lo que sea.
- ¿A dónde? - preguntó el chofer.
- A casa - gruñó - Me vas a responder con sinceridad.
- Chuck Bass hablando de sinceridad, ¿Quién coño eres tú y que has hecho con mi amigo?
- Archibald, no te la juegues.
- Está bien, dispara.
- ¿Pasó algo entre Humphrey y tú?
- ¿Dan y yo?
- No gilipollas, Jenny y tú.
- Hum - apartó la mirada rápidamente - Simplemente no estaba en mi mejor momento, y confundí los sentimientos.
- ¿Seguro?
- Sí - respondió molesto - ¿Por qué?
Chuck se tomó su tiempo para responder, tenía que jugar bien sus cartas si quería recuperar a Blair y no perder a Nate, de nuevo.
- Puede que esté interesado.
- ¿Qué? - chilló
- Estos últimos días he pasado bastante tiempo con ella, merodea por la casa y estaba algo aburrido así que…
- ¿Has? ¿Habéis…?
- No, ¿quién te crees que soy? Sé cuando puedo avanzar y cuando no… estoy preparándome el camino.
- ¿Por qué me has preguntado si…?
- Bueno, una vez ya perdí a mi mejor amigo por una mujer. No sería bueno caer en el mismo error.
- Definitivamente, ¿qué has hecho con Chuck Bass?
- Nathaniel, simplemente me estoy dando cuenta de que además de ser un joven guapo y millonario, puede haber otro tipo de cosas que me interesan.
- ¿Una novia? - preguntó aún en medio de la alucinación que toda esa conversación le estaba causando.
- No sé, quizás…
- ¿Y tiene que ser precisamente Jenny Humprey?
- Creí que no había pasado nada entre vosotros, que no quedaba nada - apuntilló.
- Y no pero… tiene quince años, y es la hermana de Dan, ¿no lo harás para vengarte de él?
- Aunque pueda parecer mentira, no solo me muevo por venganzas o rencores - murmuró molesto - Esa chica es… distinta. No es solo la inocencia que la rodea y que me pone como una moto…
- Chuck…
- Déjame acabar, es la rebeldía. Lo distinta a las demás que es, no sigue los cánones que imperan en la escuela, se metió sola en la boca del lobo y sola salió, se lamió ella misma las heridas y si cabe ha vuelto con más fuerza. Es… - meditó las palabras - Interesante, alguien de quien preocuparse de verdad.
- Ya.
- Entonces… - Nate había vuelto a poner su mirada en el exterior - ¿tengo tu bendición?
- Deberías pedírsela a su hermano, es él quien te matará si se entera.
- Dan Humphrey me importa una mierda - espetó.
Nate no dijo una sola palabra más. Chuck sonrió de medio lado, mientras en su mente seguía maquinando un nuevo plan.
Jenny dejó el metro sobre la mesa, subió el dobladillo del vestido y lo ajustó con un par de alfileres.
- Voy a buscar a Vanessa - anunció Dan al otro lado de la puerta - ¿Comida china o pizza?
- Me da igual. Y la película que sea de este siglo, por favor - su hermano rumió algo antes de cerrar la puerta del Loft.
Se sentó en el borde de la cama para observar el vestido que estaba terminando, Dan le había pedido que le acompañara a la fiesta de graduación, decidido a no llevar a Serena por mucho que ahora volvieran a ser amigos. Había algo que no terminaba de gustarle demasiado, quizás era el corte del corsé, o las costuras laterales, pero a ese vestido le faltaba algo. El timbre de la puerta sonó un par de veces, seguro que su hermano se había dejado el dinero, las llaves, o el teléfono.
- ¡Nate! - exclamó al abrir la puerta.
- Hola - le dijo con el flequillo cayéndole sobre los ojos, y una tímida sonrisa - ¿puedo pasar?
- Sí, claro… pero Dan acaba de ir a buscar a…
- No vengo a ver a Dan - reconoció - Necesitaba hablar contigo.
- ¿Conmigo? - preguntó mientras se acercaba a la nevera - ¿quieres tomar algo?
- La verdad es que no.
- Ya… - abrió la nevera intentando ocultar sus nervios, saco una coca cola y se puso al otro lado de la barra.
- ¿Por qué no respondiste a mi carta? - espetó sin darle tiempo siquiera a dar el primer sorbo.
- ¿Carta?
- Sabes perfectamente de lo que hablo, no sabía que hacer Jenny. Después de lo que había pasado con tu hermano, él se comportó como un verdadero amigo y yo… no lo sé - se pasó la mano por el pelo, retirándolo de la cara - Lo que te decía era verdad. Siempre me he preocupado por ti - alcanzó la mano que Jenny había puesto sobre la mesa, y la apresó entre las suyas - Aún me preocupo por ti.
Jenny la retiró como si las delicadas manos de que la había acogido casi con miedo le hubieran quemado como el hierro más candente. Se giró y respiró pesadamente.
- Chuck me ha dicho que… - frunció el ceño, así que era eso - Bueno, que habéis estado hablando mucho últimamente.
- Puede - murmuró, tenía que ver donde iba a llegar todo aquello.
- Creí que era una de las personas que más odiabas, después de lo que pasó…
- Me ha pedido perdón.
- Ya.
- Además Chuck no es el mismo - mintió a sabiendas de que Chuck Bass no cambiaría jamás, al menos eso probaba que Nate estuviera allí.
- Ninguno de nosotros es ya el mismo de antes.
- ¿A no? - preguntó volviéndose - Yo creo que las cosas vuelve al camino que siempre estuvo estipulado.
- No sé…
- Blair y tú. Estáis juntos otra vez.
- Ya - contestó agachando la mirada.
- Pero bueno, quizás es así como las cosas tienen que ser. En el fondo, fue a mí a la que Chuck vio en esa fiesta, quizás si las cosas hubieran sido de otra manera… no lo sé. Estoy aprendiendo a conocerle.
- Entonces… ¿te gusta?
- No lo sé - respondió - Tengo que acabar un vestido.
- ¿Irás a la fiesta? - asintió - ¿Con él?
- Si me le pide, no tengo nada que me impida decirle que sí.
Caminó hacia la habitación.
- No me has respondido.
- ¿A qué?
- ¿Por qué no respondiste a mi carta?
- No recibí ninguna carta, Nate. No pude hacerlo, porque nunca obtuve una explicación, porque cuando más necesitaba un amigo, tú no estabas.
- Pero te escribí, no sabía donde estabas… no sabía como localizarte y el verano fue un total descontrol para mí.
- Lo sé.
- Me has importado, me importas - se acercó a ella - No quiero que nadie te haga daño.
- Deberías haber empezado no haciéndomelo tú - respondió con sinceridad.
- No quería… no quise.
- Nate, es demasiado tarde, ¿no crees? - preguntó mordiéndose el labio.
Durante un segundo todo el año anterior pasó por la cabeza de Nate, su padre, la miseria, la traición de Blair y Chuck, Jenny, Vanessa. Todo, bueno y malo. Alzó la mano y acarició la mejilla.
- Nunca es demasiado tarde - se inclinó para besarla.
- ¿Nate?
- ¿Jenny?
Se separaron para ver como Dan y Vanessa les miraban anonadados.
- Creí que te había dejado claras las cosas hace tiempo - se quejó Dan mientras se acercaba a él.
- Dan… - su hermana se interpuso.
- Jenny, esto es entre Nate y yo.
- No - respondió con fuerza - en realidad es entre él y yo. No soy una niña.
- Claro que lo eres. Además… ¿tú no estabas con Blair?
- Parece que la princesa del East Upper Side, ha perdido a su príncipe - murmuró Vanessa.
- Ella no tiene nada que ver aquí - la defendió Nate.
- ¿No? - preguntó Jenny mirándole por un largo minuto, no obtuvo respuesta - Está claro entonces que yo tampoco - pasó junto a él sin rozarle - Tengo un vestido que terminar.
- Jenny…
- Nate, será mejor que te vayas - anunció Dan.
En la calle se había levantado el viento agitando los árboles de la calle, Nate se abotonó los dos primeros botones del abrigo y metió las manos en el bolsillo mientras empezaba a caminar en busca del taxi más cercano.
- Nate, espera - Vanessa se acercaba corriendo a él.
- Ahora no tengo muchas ganas de hablar.
- Estupendo - espetó - porque soy yo la que necesita hacerlo - Nate frunció los labios pero se quedó frente a ella - ¿Por qué has venido a ver a Jenny?
- Creí que ibas a hablar tú, además eso no es asunto tuyo.
- Después de lo que pasó entre nosotros creo que tengo derecho a saber… al menos eso.
- Teníamos que hablar, hace mucho que debimos de haberlo hecho.
- ¿Quieres decir cuando le enviaste esto? - sacó un sobre arrugado del interior de su bolsillo.
- ¿Por qué…? ¿Robaste la carta?
- Solo evité que cometieras una tontería - respondió con sinceridad - ¿Jenny?¿Has sentido algo por ella alguna vez? - preguntó - O es solo una más de la lista que engrosa el archivo de los Archibald.
- Yo no… - negó con la cabeza - Nunca he sabido a ciencia cierta lo que sentía por ella, nunca he podido saberlo.
- ¿Y ahora, qué pretendías? ¿Averiguarlo? ¿Probar con ella mientras eres el príncipe azul de Blair Waldorf?
- No haría eso. Solo… quería hablar… ¿por qué no podéis entender que solo necesitaba hablar con ella?
- Ibas a besarla, Nate - confirmó clavando sus ojos en él.
- Puede, no lo sé… - le arrebató la carta de entre los dedos - Pero puede que ella tenga razón.
- ¿Qué?
- Quizás si sea demasiado tarde.
Vanessa le vio alzar la mano para llamar a un taxi y refugiarse en el, mucho antes de que ella volviera a reaccionar. Se preguntó entonces si haber robado aquella carta, haber conseguido a Nate con un pequeño sucio no la dejaba al mismo nivel que Chuck Bass.
- ¿Vanessa? - Dan la llamó por la ventana del loft - ¿Qué haces en la calle? Sube.
Levantó la cabeza para darse cuenta de que Jenny estaba apoyada en la ventana de su habitación, con una expresión incrédula. ¿Había visto como Nate recuperaba la carta? ¿Sabría qué la había traicionado?
Bebió de un sorbo la copa de champagne que tenía en la mano y antes del salir del salón donde las parejas bailaban a su alrededor se apropió de una de las botellas de Belle Epoque que el colegio servía para premiar a los alumnos agasajados como consecuencia de su graduación. Al poner rumbo a la azotea del edificio Chuck le saludó con una leve inclinación de cabeza y una semisonrisa, él simplemente se encogió de hombros.
Desde allí arriba podía ver casi todo el este de la ciudad, Central Park era un puto oscuro entre las luces que iluminaban la ciudad. Dio un largo trago a la botella y la dejó a su lado en el borde de la cornisa donde se había apoyado.
- Dios salve al rey - cuando se giró se encontró con Jenny, con su vestido azul, de seda y tul, los hombros al aire y una sonrisa bailándole en los labios - Enhorabuena.
- Deberías dársela a Blair, ella fue quien lo consiguió.
- Ya lo he hecho… - se quedó un par de pasos atrás mientras el seguía mirando hacia la ciudad - ¿Por qué no estás con tu reina?
- No tengo reina - respondió - Blair y yo acordamos romper después de que nos anunciaran como reyes de la promoción, por una vez decidí darle gusto - sonrió de medio lado - está claro que no es bueno retomar historias del pasado - acercó la botella a los labios.
- ¿Ninguna? - Jenny estaba a su derecha, las manos sobre la piedra y la mirada mucho más lejos de lo que él alcanzaba a ver.
- Ninguna - respondió.
Durante varios minutos se quedaron así, el uno junto al otro con la cabeza en un lugar distinto aquel, sin ser conscientes de lo cerco que estaban. Sin querer darse cuenta de ello. Nate dejó de nuevo la botella a su izquierda, y con cuidado dejó su mano sobre la de Jenny. Ella le miró y sonrió cuando este la apretó.
- Siempre es mejor empezar de nuevo. De cero - dijo sin mirarla.
- ¿Olvidándose del pasado?
- Al menos de lo malo - observó la piel que se le erizaban se quitó la chaqueta para ponerla sobre sus hombros, acercó la nariz al cuello descubierto que el recogido en el pelo deja ver - Historias nuevas con sabor añejo - susurró depositando un beso justo por debajo de los pequeños pendientes de perla que colgaban de sus orejas.
Jenny sonrió apoyando la espalda en su pecho, mientras Nate la estrechaba con fuerza, pasando las manos por su cintura. Quizás fuera mejor así, empezar de cero, olvidar el pasado. ¿Serían capaces?.