Lo que pasó y lo que pasará
Son momentos claros y momentos oscuros, difíciles de explicar y comprender.
Pensaba que ésto estaba olvidado. Más de una vez me he visto volviendo a leer mis viejos escritos y mis viejos diarios, y en más de una ocasión he soltado la carcajada de rigor pensando en mi pasado. Cuantas cosas pequeñas han pasado sin darles yo la poca importancia que se merecían. Como desvariaba y qué palabras tan elocuentes salían de mis dedos. A veces me sorprendo a mi misma.
Confieso que sigo teniendo esa melancolía a mi lado rozando mi nuca. Sin embargo se ha tornado agradable y locuela. Me siguen gustando los otoños naranjas (de esos que aquí no tenemos) y los inviernos fríos (desgraciadamente, éstos últimos sí). He dejado los colores oscuros en un rincón de mi armario y he sacado el arcoiris con pinceladas de comodidad añadida y un par de botas Dr. Martens color granate. Poco a poco aprendo a tejer bufandas rojas y dejo que mi ánimo se disfrace de verde, de ese que se puede ver en el norte.
Afortunadamente no tengo nada de lo que arrepentirme. He cambiado cosas, han cambiado conmigo.
Pero no me he ido, sigo aquí. Y he vuelto.
Pensaba que ésto estaba olvidado. Más de una vez me he visto volviendo a leer mis viejos escritos y mis viejos diarios, y en más de una ocasión he soltado la carcajada de rigor pensando en mi pasado. Cuantas cosas pequeñas han pasado sin darles yo la poca importancia que se merecían. Como desvariaba y qué palabras tan elocuentes salían de mis dedos. A veces me sorprendo a mi misma.
Confieso que sigo teniendo esa melancolía a mi lado rozando mi nuca. Sin embargo se ha tornado agradable y locuela. Me siguen gustando los otoños naranjas (de esos que aquí no tenemos) y los inviernos fríos (desgraciadamente, éstos últimos sí). He dejado los colores oscuros en un rincón de mi armario y he sacado el arcoiris con pinceladas de comodidad añadida y un par de botas Dr. Martens color granate. Poco a poco aprendo a tejer bufandas rojas y dejo que mi ánimo se disfrace de verde, de ese que se puede ver en el norte.
Afortunadamente no tengo nada de lo que arrepentirme. He cambiado cosas, han cambiado conmigo.
Pero no me he ido, sigo aquí. Y he vuelto.