El gusto por la fiesta de los toros en España
El gusto por la fiesta de toros en España
Los gustos por la tauromaquia en España han evolucionado a lo largo de los siglos, en el siglo XIX y hasta mediados del siglo XX, los toreros disfrutaban en España de un halo de leyenda y reconocimiento social mayor que la de cualquier investigador o cientifico patrio que se preciase.
El gran escritor costumbrista, que reflejó mejor que nadie las costumbres del pueblo español durante su época, Mariano José De Larra, decía en 1828 a cuenta de la fiesta de los toros en Madrid: " las gentes abarrotan las tavernas los sábados y domingos, y los lunes se van a los toros a gastarse el dinero que no tienen, dejando las calles de Madrid desiertas". “Así es que amanece el lunes, y parece que los habitantes de Madrid no han vivido los siete días de la semana sino para el día en que deben precipitarse tumultuosamente en coches, caballos, calesas y calesines, fuera de las puertas, y en que creen que todo el tiempo es corto para llegar al circo, adonde van a ver a un animal tan bueno como hostigado, que lidia con dos docenas de fieras disfrazadas de hombres, unas a pie y otras a caballo, que se van a disputar el honor de ver volar sus tripas por el viento a la faz de un pueblo que tan bien sabe apreciar este heroísmo mercenario. Allí parece que todos acuden orgullosos de manifestar que no tienen entrañas, y que su recreo es pasear sus ojos en sangre, y ríen y aplauden al ver los destrozos de la corrida”.
Hasta comienzos del Siglo XXI, se le infringian a los toros y a otros animales en las fiestas de algunos lugares de España, las mayores crueldades públicas inimaginables, como por ejemplo, tirar una cabra viva desde un campanario de una iglesia, la muerte a lanzazos del "Toro de la Vega" en Tordesillas. El mismo acto de sacrificar al toro a estocadas, banderillas y rejón, públicamente en una corrida de toros ya hoy tiene una alta contestación social por parte de gran cantidad de la población española y especialmente por los grupos animalistas que cada día tienen más fuerza en la sociedad.
Por supuesto que a lo largo de la historia de la tauromaquia en España, han sido grandes admiradores de esta, llamada fiesta nacional, grandes personajes de la intelectualidad española, tanto de la literatura como de la pintura y de las artes escénicas, Federico García Lorca, Pablo Ruiz Picaso, Dalí, y un innumerable sinfin de personajes de esta y otras épocas.
Esta es una canción que junto con otras tantas canciones populares, recopiló en un disco de pizarra Federico García Lorca, junto con la Argentinita, en el año 1928.
Para los amigos que no entiendan el habla castellana, diré que el "Café de Chinitas", fue un café teatrillo en Málaga, donde se cantaba y comenzó su andadura allá por mediados del Siglo XIX, desde el año 1857 a 1937. Lugar este donde se reunian para hacer tertulias toreros, escritores, etc.
El café de Chinitas.
Federico García Lorca.
1
En el café de Chinitas
dijo Paquiro a su hermano:
«Soy más valiente que tú,
más torero y más gitano».
2
En el café de Chinitas
dijo Paquiro a Frascuelo:
«Soy más valiente que tú,
más gitano y más torero».
3
Sacó Paquiro el reló
y dijo de esta manera:
«Este toro ha de morir
antes de las cuatro y media».
4
Al dar las cuatro en la calle
se salieron del café
y era Paquiro en la calle
un torero de cartel.
Los gustos por la tauromaquia en España han evolucionado a lo largo de los siglos, en el siglo XIX y hasta mediados del siglo XX, los toreros disfrutaban en España de un halo de leyenda y reconocimiento social mayor que la de cualquier investigador o cientifico patrio que se preciase.
El gran escritor costumbrista, que reflejó mejor que nadie las costumbres del pueblo español durante su época, Mariano José De Larra, decía en 1828 a cuenta de la fiesta de los toros en Madrid: " las gentes abarrotan las tavernas los sábados y domingos, y los lunes se van a los toros a gastarse el dinero que no tienen, dejando las calles de Madrid desiertas". “Así es que amanece el lunes, y parece que los habitantes de Madrid no han vivido los siete días de la semana sino para el día en que deben precipitarse tumultuosamente en coches, caballos, calesas y calesines, fuera de las puertas, y en que creen que todo el tiempo es corto para llegar al circo, adonde van a ver a un animal tan bueno como hostigado, que lidia con dos docenas de fieras disfrazadas de hombres, unas a pie y otras a caballo, que se van a disputar el honor de ver volar sus tripas por el viento a la faz de un pueblo que tan bien sabe apreciar este heroísmo mercenario. Allí parece que todos acuden orgullosos de manifestar que no tienen entrañas, y que su recreo es pasear sus ojos en sangre, y ríen y aplauden al ver los destrozos de la corrida”.
Hasta comienzos del Siglo XXI, se le infringian a los toros y a otros animales en las fiestas de algunos lugares de España, las mayores crueldades públicas inimaginables, como por ejemplo, tirar una cabra viva desde un campanario de una iglesia, la muerte a lanzazos del "Toro de la Vega" en Tordesillas. El mismo acto de sacrificar al toro a estocadas, banderillas y rejón, públicamente en una corrida de toros ya hoy tiene una alta contestación social por parte de gran cantidad de la población española y especialmente por los grupos animalistas que cada día tienen más fuerza en la sociedad.
Por supuesto que a lo largo de la historia de la tauromaquia en España, han sido grandes admiradores de esta, llamada fiesta nacional, grandes personajes de la intelectualidad española, tanto de la literatura como de la pintura y de las artes escénicas, Federico García Lorca, Pablo Ruiz Picaso, Dalí, y un innumerable sinfin de personajes de esta y otras épocas.
Esta es una canción que junto con otras tantas canciones populares, recopiló en un disco de pizarra Federico García Lorca, junto con la Argentinita, en el año 1928.
Para los amigos que no entiendan el habla castellana, diré que el "Café de Chinitas", fue un café teatrillo en Málaga, donde se cantaba y comenzó su andadura allá por mediados del Siglo XIX, desde el año 1857 a 1937. Lugar este donde se reunian para hacer tertulias toreros, escritores, etc.
El café de Chinitas.
Federico García Lorca.
1
En el café de Chinitas
dijo Paquiro a su hermano:
«Soy más valiente que tú,
más torero y más gitano».
2
En el café de Chinitas
dijo Paquiro a Frascuelo:
«Soy más valiente que tú,
más gitano y más torero».
3
Sacó Paquiro el reló
y dijo de esta manera:
«Este toro ha de morir
antes de las cuatro y media».
4
Al dar las cuatro en la calle
se salieron del café
y era Paquiro en la calle
un torero de cartel.
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