Un telón púrpura como un amanecer lluvioso se abre lentamente para mostrarnos a Jean Grenier NiñoLobo, quien, ataviado con finas y sencillas prendas, se dirige vigoroso al amplio y fiel público que zapateante expecta algo más que termine la corona de esta noche de Verano tan larga y especial.
Jean Grenier.- Y aquí, como todo lo concebible, termina lo que nació para morir para así poder ser bello. Aquí termino yo, o tal vez no lo haga, y con el reflejo de inteligencia de un ser pequeño y eléctrico, evite la muerte en el refugio de algún otro personaje también nacido para morir a su vez. Pero bien os podéisis quedar con esta despedida, porque no habrá mas, estaría muy ocupado negando mi propia existencia.
El pequeño Puck se gira, guiñando un ojo a la multitud.
JG.- Lo que sería verdad, naturalmente, de haber existido alguna vez y no ser mas que un amasijo de atrezzo, maquillaje y máscaras, unidas para vuestro disfrute, para, en la medida de lo posible y condiciones de cada uno, haceros volar lejos del polvo y del asfixiante peso de la cotidianidad repetitiva, monótona y circular. Y así, moldeado de la nada por los pequeños deseos de un escritorzuelo de cuarta o quinta, ser embarcado en un motivo, algo que (ojo!) no es que sea moco de pavo tal como están las cosas hoy en día.
Manos en los bolsillos, cabello despeinado por un gran ventilador tras el decorado, el joven duende se acerca hasta el borde exterior del escenario, donde se sienta con una honda expresión a caballo entre honestidad y añoranza.
JG.- Porque, bien debéis saber que no estuve hecho para sentir, ni para implicarme. Una máscara, por muy bien diseñada que esté, jamás se hizo para llorar, reír o aterrorizarse de manera espontánea. Toda esta sinceridad y naturalidad parten de la ciénaga del sinmotivo, del impulso y la irracional capacidad de sentir y vivir esta realidad, tan lejana a mí como a vosotros está el ser absolutamente ejemplar en cada uno de vuestros gestos, el pesado don de que hasta vuestro meñique simbolice alguna condición humana.
De un salto se pone en pie, se retira un mechón de pelo de una de sus puntiagudas orejas, y con una última y marcial reverencia sonríe a unas gradas llenas de sonrojados rostros alineados.
JeanGrenier.- Y si, siquiera por el instante que dura el suspiro de una pulga, pensasteis que envidio cualquier condición diferente a la mía, desengañaos, para todo eso está quien pobremente escribe estas líneas, yo soy mucho, mucho mas. Soy todo lo que él quiera, todo lo que vosotros queráis que sea. Porque aunque compartimos realidad, numerosas (mas de las que nadie podría contar jamás con sus torpes dedos de carne) perspectivas existen, y mas de la mitad os arrancarán una sonrisa, un fulgor de ojos. Y eso está en mí, no en vosotros. A menos, claro, que conozcáis otros Pucks como aquel que os habla. Por tanto, por todo, solo me despediré como de alguien de mi talla se espera, con una sonrisa, un hastaluego, miles de besos a las damas, y algún que otro abrazo a los caballeros... Marchen, disfruten de cada ápice porque no habrá otro igual y vigilen los rincones oscuros que atraviesen al volver casa. Quien sabe? Bien podría haber algún otro Puck acechando.
El telón se cierra lentamente sobre la reverencia de Jean Grenier NiñoLobo, la orquesta toca Azzurro de Adriano Celentano, y el público comienza a abandonar la sala. Pronto, poco mas que unos papeles, envoltorios, y pequeños desperdicios, pueblan el escenario ya apagado. La función terminó, otras muchas están por venir, tantas que darían dolor de cabeza a quien intentase contarlas. Y en la completa oscuridad, entre bastidores, una pequeña risa hace eco por todos esos ya viejos rincones abandonados.
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Y esta viene a ser mi despedida, sin revisar, de Fotolog. Mañana estará allí también. A no ser que, por alguna extraña intersección causal, me sienta orgulloso de imágenes propias ahora que vuelvo a tener cámara. Pero eso, claro, es otra historia, una con muchas menos palabras. Éstas se quedarán aquí, en Livejournal, seguramente de momento.
Gracias y aplausos a la bella y encantadora, como solo un armadillo puede serlo,
nadiakorova por la sesión, la miscelánea y el apoyo surrealcostumbrista. A
sombrereroloco le remito a una presencia mas antigua que el propio mal mismamente en sí, ÉL nos sabrá juzgar llegado el momento. Si compartimos nuestros juguetes.