Esta semana ha muerto alguien que era especial para mí, esta semana ha muerto Willy Deville, y aunque no creo que en entre mi flist fuese muy conocido quería dedicarle una entrada pequeñita, solo porque le echaré de menos.
Si no le conoceis, hacía una música mestiza y vagabunda que era un poco como él, exagerada, excesiva, algo kitch y hasta hortera en ocasiones, pero era autentica, tenía alma. Era alguien que podría haber sido un poeta romántico enamorado del amor hace un par de siglos, un pirata casado con su barco o un conquistador que hubiese terminado, seguro, dejandose conquistar por el salvaje oeste. Tenía algo de vampiro, mucho de rebelde y un poquito de gamberro. Era de Nueva York, pero su música sonaba hispana, sonaba negra, sonaba con el ritmo de los pantanos del sur de estados unidos. Mestizo, romántico, excesivo. Viendo videos suyos en el youtube me he encontrado ocn una entrevista de hace un par de años en la que estaba ya muy delgado y bastante jodido, pero recuperado de su adicción a las drogas, y diciendo que le gustaría llegar a viejo y pasear en una noche de nieve con una mujer y su perro al lado se me han saltado las lagrimas.
Aunque a todas nos gusten los hombres lobo en mi corazón siempre habrá un hueco para
los vampiros trasnochados que vagabundean por las calles de Louisiana en estos tiempos en los que ya nadie respeta a los antiguos señores de la noche, de modo que también aquí debería de sonar hoy
su voz ronca llamando a Rosita, igual que la primera vez que le escuché en la radio y me enamoré de él. A todas os puede gustar
Mixed up, shook up girl, creo yo. Ésta es para que veais que también
él le dedicaba canciones a los hombres lobo (vampiro mestizo digno heredero de Gary Oldman if you ask me) y esta otra porque
la princesa prometida siempre debería sonar a todas horas (por mucho que Mark Knopfler sea un vendido, whatever, hee).
Adios Willy, hasta siempre, requiescat in pace, te echaré de menos.
Aprovecho para despedirme, mañana salgo para Madrid y de ahí rumbo a Nueva York, la ciudad de los rascacielos, la ciudad insomne, durante diez gloriosos días. Volveré, seguro que con ganas de actualizar. Hasta entonces cuidaros mucho, sed malos y aullad a la luna cada noche.