Esta semana ha pasado demasiado rápido. Pero ahora estoy más ligerita y por lo tanto más feliz. Lo único bueno que ha tenido esta semana de exámenes (Todavía me faltan dos, eh? xD) es que de alguna manera de tanto estudiar y estudiar la inspiración se acumula para salir de un sólo chorrero y que puedo justificar el perder tiempo viendo series diciendo que "me lo merezco de estudiar tanto". Pero eso a ustedes no les importa, verdad? :D
Entonces sí, tiempo. Tiempo para ver series como recompensas = <3. Y ahora estoy emocionada porque llevo muchos días sin dormir más de 5 horas por la noche y eso me pone hyper. Y no he podido esperar. Me he perdido a mí misma y he seguido los consejos de
amandabeicker . He caído en la tentación. Y he visto los spoilers de que el capítulo gringo de Lost esta semana fue un completo mind-blown y no he podido conmigo misma. En estos casos megavideo se convierte en mi mejor amigo. Y más temprano que nunca:
Wow. Este episodio fue simplemente wow.
Demasiado fuerte. Como un tiro al corazón, literal.
Primero, el tiro de Kate. Kate, tanto como Sawyer o Jack siempre ha sido como que el personaje que todo el mundo sabe que va a quedar vivo porque bueno... porque sí, es Kate, es uno de los pilares sobre los que Lost se para, sinceramente. Y cuando ví a esos pilares tambalearse cuando le pegaron ese tiro (Pensé que al corazón, pero no resultó siendo demasiado grave xD, bueno, porque es Kate) fue que caí en la cuenta: mierda. Lost se acaba.
Punto dos.
Casi que comienza a hacerse costumbre esa característica de Lost en la cual todo el mundo comienza a parecer más vivo que nunca en el momento antes de morirse. Después de no-matar a Desmond, Sayid deja de ser un zombi (Bueno, más o menos xD). Y al segundo siguiente. DAMN! Se convierte en el héroe que todo el mundo sabe siempre ha sido, pero wow. Sólo wow. No deja de ser ironico, siendo racista por un lado que haya sido el irakí el suicida bomba. Pero bueno... no creo que haya sido intencional xD.
Lo ví. Y fue como que, no. Ya. Han pasado demasiadas cosas trágicas en este episodio. Nada más va a pasar. Pero no contaba con que esto es LOST. Me había desacostumbrado a las muertes en cada episodio, y esto fue intenso. No me lo esperaba. Y en verdad no quería que pasase porque el personaje de Sayid es demasiado genial. Es el héroe escondido de Lost, en verdad. Y su muerte... bueno, su sacrificio. Con otras muertes sería como que visto de a menos, por ser las otras más trágicas.
Y entonces como decía. No me lo esperaba. La escena cuando Jin y Sun hablan de Ji-Yeon no dejó de ser amor <3333 Yo ya estaba imaginándome la happy family dando vueltas en círculos en cuanto saliesen de la isla y había comenzado a esperanzarme. Yeih! Si Jin volvía, un personaje de Lost menos tendría Daddy's Issues. Pero tenía que recordar porsupuesto, esto es LOST. Y a los tres segundos. Pim. Pum. Pam. Jin y Sun estaban a lo Jack y Rose... sólo que en Titanic Rose quedó viva. Y durante toda la escena, además de sniffear un poquito no podía dejar de preguntarme qué iba a pasar con Ji-Yeon. En serio le iban a dejar de padre ese abuelo, el más grande de los grandísimos hijos de su madre? No. Ni Lost podía ser así. Quería que Jin se fuese. Sí, probablemente fuí la única persona del universo que quiso que Jin se fuese, porque Jin y Sun son geniales y no quería verlos morir a los dos, porque sí T-T. Porque por lo menos uno tenía que quedar. Así que lloré, por ellos y por Ji-Yeon. xD
(Todavía no entiendo por qué hablaban inglés entre ellos, sinceramente. Entiendo que por motivos prácticos, yadda, yadda. Pero eso fue lo único que me tuvo como que: o.ó todo el episodio. Le restó dramatismo. Y bueno, que todo fue demasiado corto.)
Y como si no tuviésemos poco y nos pudiésemos sacudir las emociones de encima tan fácilmente, luego viene Smokey con su cara freaky a "terminar lo que ha empezado". Lo que significa que esto pronto se va a convertir en una carnicería. Porque Smokey>>>>>Sayid-Torcha-Mode. Y estoy muriendo por saber cómo demonios van a curar a Kate, y qué va a pasar con Hurley y con Sawyer y con Jack. Y cómo van a huír. Y exactamente qué pasó con el trío de la historia: Richard, Miles y Ben. <33333 (Porque son geniales y porque no puede ser que ahora haya un team con mis personajes favoritos, se entiende la obsesión, no?)
Y guaaaaah , si esto no se entiende es porque lo acabo de ver, y mi fangirlismo no es usual, nada usual...
NO PUEDO ESPERAR AL PRÓXIMO.
Y qué más, qué más, qué mas? Ya anoche me decidí para descansar ver el capítulo del sábado de Doctor Who. Y también caí en la tentación. Estoy emocionada. Fue rápido pero uyyy sí que me gustó ver el Eleven x Amy in action. Primero vinieron cositas como éstas:
Y luego bow chika bow wow! Action!
Y lo que pasó. Pasó.
Y se supone que ésto es una serie familiar típica británica? Eso fue intenso xD.
Pero es que en serio, Eleven es tan <333333 No la culpo. Para nada. Se veía bastante desesperada pero me gustó que le diesen ese tono de: not tru wub. Sólo por una noche, más o menos xD. O por lo menos como lo dejo bien claro Amy, el compromiso no es exactamente lo suyo. Aún así, aunque el Doc la haya rechazado por no querer tener una relación inter-racial a largo plazo (xD QUÉ LOL SUENA ESO) no dudo que pasará algo más, estos dos tienen demasiada química. Y... capítulo 5? Les quedan dos temporadas de tensión juntos, si esto fue puras ganas de escapar de su matrimonio de Amy, no dudo que dentro de poco va a ser algo un poco más verdadero porque en serio... estos dos tienen material para mucho.
Y los jugos creativos comenzaron a surgir... y como dije antes, lo que pasó pasó y aquí está el catastrófico resultado. He aquí mi primer fanfic de Doctor Who, que probablemente tendré que arreglar y hacer y rehacer, pero que me ha salido del alma. Sólo momentos antes de que lo anteriormente visto pasara. Una mini-escena hipotética antes de la conversación de "Y quién es el afortunado?" "Oh, tú lo conoces." "Cuál? El guapo? O... el otro?" "El otro" "..." "..." "Bueno, ese también estaba bien." Lolazo total xD. Es que acabo de descubrir que con esta serie puedo matarme de la risa con cada uno de los más mínimos detalles.
Oh. Sí. I'm in LOVE. And it feels good.
Nombre: "Cinco Minutos"
Fandom: Doctor Who!! (Yeiiih!)
Categoría: One-Shot.
Palabras: 1406.
Género: Romance/Reflexión.
Personajes: Eleven/Amy porque sí xD.
Advertencia: Spoilers hasta 05x05: Flesh and Stone.
Su mirada recorrió la habitación de nuevo con pesadumbre, no podía creer que estuviese allí de nuevo. No podía creer que sólo se hubiese ido cinco minutos. No podía creer que volvía a estar allí, que los planetas, el tiempo, los ángeles y las bestias hubiesen desaparecido tan rápido como habían venido. No podía creer que todo se hubiese acabado tan rápido. No podía lidiar con el hecho de estar allí y de que nada hubiese cambiado.
Su cuarto seguía igual, la luz continuaba prendida, el mensaje de Rory seguía sin ser respondido y aquel vestido de novia seguía allí colgado, agarrando polvo cósmico que sabía sólo veía ella. Miró el reloj una vez más, los segundos seguía corriendo, ajenos a su pensamiento, ajenos a la revolución que acababa de ocurrir en su mundo. Los minutos seguían compitiendo para ver cuál pasaba más rápido, igual que siempre lo habían hecho. Quedaban cinco minutos para el veintiséis de junio. Quedaban cinco minutos para el día de su boda, y no podía creer que lo único que había cambiado había sido ella.
Amy Pond suspiró, no sabiendo si reír o llorar. No sabiendo si querer que el tiempo siguiese o si querer que parase, no sabiendo si estaba haciendo lo correcto o lo incorrecto, no sabiendo cómo (o si) despertarse a la mañana siguiente. Él le había dicho que volvería a ser una niña de nuevo, él le había mostrado las esperanzas, el mundo, el universo, el infinito. Amy Pond volvía a ser Amelia Pond por un segundo, con su camisón, esperando bajo el manto estrellado a aquel desconocido que la llevaría lejos, lejos y más lejos del frío de una noche inglesa que había repetido en su mente una y otra vez. Volvía a ser Amelia, la que esperaba, la que confiaba, la que pensaba que en solamente cinco minutos su vida cambiaría. La que creía fervientemente en aventuras, cambios, desafíos imposibles y sueños. La que creía en él. Y el reloj seguía cambiando. Y el mundo seguía girando. Y Amy Pond no podía creer que el espejismo hubiese terminado.
Ya había sabido que de volverlo a ver lo que vendría sería inevitable. Y ahora no dudaría ni un segundo en volver a decir que sí, en volver a huir, en desaparecer, en recuperar todos aquellos años de infancias perdidas y acompañar de la mano a amigos imaginarios que ahora eran reales. Había sido rápido pero imposible de evadir, había caído por la madriguera del conejo, había descubierto mundos impenetrables, un país de las maravillas que la confundía y que no entendía del todo pero en el que podía ver cada trozo de sí misma y del mundo que la rodeaba como a través de un caleidoscopio. Había cambiado, había descubierto lo que había más allá, había jugado, había ganado, había sido coronada reina. Y ahora había despertado del sueño.
Había huido. Y ahora había tenido que enfrentarlo. Ahora había vuelto a aquella habitación, aquel mundo, aquella Amy. Había vuelto a luchar contra sus temores una vez más. Combatir contra la incertidumbre. Porque ahora era fuerte, eso lo sabía. Ahora era una heroína, ahora podía confiar ciegamente, ahora, la vida no era sólo un vestido, no era sólo Rory, no era sólo ella.
Ahora, después de haber vuelto, cinco minutos se habían hecho una eternidad y podía luchar contra los espectros, contra todos aquellos ángeles invisibles que la habían perseguido desde aquel fatídico día en que sus padres habían muerto, desde aquel momento en que las voces susurradas a través de la grieta de su habitación infantil habían encontrado abrigo en ella, desde el primer instante en que lo vio. A él. Y a sus natillas con deditos de pescado y el mundo que prometía. Mundo al que había huido para no enfrentar aquello. Aventuras que no tenía derecho a conocer por el simple hecho de estar dudando en aquel momento de algo que parecía tan lógico pero que a la vez le daba tanto miedo.
Podía imaginarlo. Flores. Canciones. Una iglesia. Felicidad. Compromiso. Vida. Familia. Podía verlo fácil. Podía verlo cerca, podía sentirlo y tocarlo. Podía darse cuenta de lo razonable que resultaba todo. Del cambio. Del amor que creía haber descubierto. Y entonces ¿por qué lo había hecho? ¿Por qué había huido al último momento? ¿Por qué había tenido que descubrir, con aquel renacer de la esperanza, con aquella promesa de la infancia, todo lo que había de malo en ella?
Sabía que él la había hecho volver con sólo un motivo. Que decidiese. Sabía que él había vuelto por un dulce juego del destino. Sabía que estaban ligados. Sabía que sería imposible seguir. Sabía que ya nada volvería a ser lo mismo. Sabía que estaba inevitablemente cambiada. Sabía que lo quería, a él y a sus juegos, y sus aventuras, y sus sueños, y sus esperanzas una vez perdidas. Sabía que quería el tiempo de vuelta. Ahora sabía que necesitaba tiempo para arreglarse y para arreglarlo todo por tiempo. Y sabía que él podía dárselo. Todo el que necesitase. Sabía que necesitaba decírselo para poder seguir. Para poder estar en paz consigo misma. Para poder hacer un cambio. Para volver a ser la Amy de siempre.
-Me caso mañana.- Su voz sonó vacía, como un eco distante, perdido en las inmensidades de aquel universo en el que se había convertido Amelia Pond en apenas cinco minutos de los que nadie sabía palabra.
-Lo sé.- El Doctor arqueó las cejas y sonrió de aquella manera tan característica que había aprendido a soportar, como si lo supiese absolutamente todo. Como si no le importase.
No supo que decir por un segundo. Sentía su mirada compasiva clavada en ella y desvió la suya propia hacia cualquier lado. El silencio se hizo fúnebre y el tiempo siguió corriendo. Él seguía jugueteando con sus manos, dándole vueltas y más vueltas, yendo de aquí para allá, arreglando esto y aquello. No podía estarse quieto ni por un segundo, pero Amy suponía que era por eso que había sobrevivido, que era por eso que era el Doctor después de todo. Cuando hay alguien a quien salvar a cada vuelta de la esquina, o a cada rincón del universo, o a cada momento del espacio-tiempo, un segundo de silencio debía de ser insoportable. Un segundo de inactividad debía de tener una lentitud prodigiosa.
-¿Lo sabes?-No pudo sino responder entre sorprendida e indignada.- ¿Cómo hubieses podido saberlo?
Allí estaba de nuevo. Aquella mirada que de pronto le hacía verse viejo, muy viejo. Como si lo hubiese visto todo, como si lo hubiese conocido todo. Y probablemente lo había hecho. Sólo por un segundo. Sólo por un instante para volver a ser el mismo Doctor petulante de siempre, el mismo niño despreocupado.
-Estabas huyendo de algo, Amy Pond. La gente siempre está huyendo de algo.- Lo dijo muy rápido como para restarle importancia, y por una vez, Amy se dio cuenta de que no estaba hablando sólo de ella.
No estaba hablando del resto de los compañeros tampoco, no estaba hablando de River, ni del tiempo, ni de grietas, ni de miedo, ni de lo genial que era (Y eso era raro). Estaba hablando de él. Estaba hablando de ellos. Estaba hablando de su vida, de su oportunidad, de su fin, de su meta, de su raza, de los pesares que sabía que le aturdían, pero que ella no conocía. Se preguntó por un segundo de qué de entre todas las cosas él podría estar huyendo. Tal vez de ella, llegó a pensar.
Pero Amy Pond no lo sabía. No lo sabía con certeza. Sólo sabía una cosa. Sabía que lo necesitaba. Sabía que ya estaba inevitablemente perdida. Sabía que era imposible, pero justamente en eso radicaba el riesgo. Justamente en eso se hallaba el azar, justamente allí se encontraba el destino.
Contempló su rostro una vez más, aquel del que había dudado su existencia durante tantos años, aquel que pensó, después de aquel extraño día un par de años atrás, jamás volvería a ver. Y vio junto a él todo lo que la vida por una vez le prometía, todo lo que le brindaba. Vio la oportunidad de redimirse, el chance de cambiar, la esperanza de tener que dejar de huir. Ambos. Juntos.
Amy Pond jamás había dudado, siempre lo había sabido. Siempre había sido él. Él, por delante de todo. Siempre había sido su esperanza. Su sueño. Su promesa. Y no tardó ni cinco minutos en darse cuenta de que esta vez no le dejaría irse sin ella.
Y yeiiih! Creo que eso ya es todo, ya dejo de ocuparles espacio de banda ancha con gifs para demostrar mi fangirlismo. ^^
Nos vemos pronto muy pronto cuando los exámenes hayan terminado y la inspiración esté de nuevo a toda mecha! Besos! :D