Sooooo, haiii, what's up?
Todo está tan tranquilo y tan callado por aquí que se nota que estáis de vacaciones. Espero que la estén pasando fenomenal :), vamos, que no hay mejor época del año para vaguear, no hacer todas esas cosas que siempre quisiste hacer y tal vez... tal vez... soltar un poquillo la inspiración.
Toda esta semana me ha le pasado de compras para mi fiesta de graduación y todavía no encuentro ningún colgante que me guste lo suficiente :/ , también me he metido en clases de manejo, y aunque todavía ni he tocado los pedales soy MALA. Con m mayúscula xD. He estado a punto de chocar como quince veces, y eso usando sólo el volante. Culpo por completo a la falta de Mario Kart en mi infancia. Menos mal que en el futuro podré vivir a base de transporte público porque soy un peligro ambulante.
Y cambiando de tema, me he estado preguntando si alguno de ustedes conoce algún meme multi-fandom en español que esté en funcionamiento, porque lo único que he encontrado es el kink-meme de
cosasdemayores (Que aunque me guste....pues creo que soy demasiado vanilla pal subject xD), las regatas ocasionales de
barcosraros y los drabblethones de
crack_and_roll , que aunque todos son geniales... pues no es exactamente a lo que me estoy refiriendo. No sé, uno activo, con muchas fandoms, todo tipo de prompts, todo tipo de parejas (canon y no canon)... pues estaría bien :)... Y seguramente existe, es lo peor, pero mis dotes de búsqueda son casi que nulos xD.
Tengo por ahí unas cuantas preguntas cucarachosas que responder, pero quiero esperar a que se me acumulen unas cuantas más para darle con todo, porque son geniales. Y con los one-shots del meme de request también quiero darle duro esta semana, por lo menos para sacar uno o dos adelante. Vamos, que ya me callo y voy a lo que realmente importa :).
Y bueno, quería pasarme por aquí a dejar un fic, también. Porque tengo muchos rondando por ahí y quiero salir de eso xD.
Nombre: "Por qué se fue"
Fandom: Merlin (I know, I know, que soy una novata en el fandom y todo... pero tenía que escribir esto)
Categoría: Drabble/One-shot
Palabras: 781
Género: Romance/Drama
Pairing: Lancelot/Gwen
Notas: Escrito porque Santiago Cabrera (Léase Lancelot) además de ser venezolano es... unf. Y porque después del episodio 02x04 no podía más con mi alma. Si pasa algo después de ese episodio relacionado con Lancelot... pues mind me :o. Sorry about that ;)
"Por qué se fue"
Lo supo en la determinación de sus ojos. Lo supo desde el primer instante en cuanto vio sus labios anhelantes, sus miradas disimuladas y su orgullo destrozado. Se dio cuenta al avistar entre sus ojos y verse reflejado a sí mismo en ellos, observar su pasión, su deseo, su cariño a igual nivel que el suyo. Arturo Pendragón la amaba. Y tal vez la amaba tanto como él.
Poco podía hacer para disimularlo, de eso se daba cuenta. Podía ver, haciendo uso de una habilidad adquirida sólo años y años después de predecir los movimientos del enemigo, su determinación, la palabra que tenía grabada entre ceja y ceja, sus celos inevitables. Podía llegar a notar en cada movimiento el cómo la quería para sí, seguramente porque era la única mujer que jamás podría llegar a obtener. Se daba cuenta en aquella mueca agria cuando le había mentido diciendo que sólo la había rescatado porque Morgana se lo había pedido. Había mucho más que eso. Mucho, mucho más, y el joven príncipe no pararía hasta tenerla, aunque fuese contra el destino, aunque fuese contra las reglas, aunque fuese contra su padre.
Estaba acostumbrado a darse cuenta de ese tipo de cosas fácilmente, si algo era Lancelot era un solitario. Alguien que nunca tenía a nadie cerca para poder confiar. Y justamente esa incapacidad para confiar le había vuelto alguien suspicaz. Un leedor de mentes, un mago entre las sombras, un guerrero nato, un ermitaño que sabía mucho sobre los demás, pero muy poco de sí mismo.
La miró por última vez, con su apacible respirar mientras dormía ante el calor del fuego, sus dedos todavía enroscados en su mano, como si no quisiera dejarlo ir, como si una vez habiéndolo recuperado, perderlo de nuevo no estuviese entre sus planes. Pero el guerrero sabía que era inevitable.
En su mente, tan pura, tan inocente, tan llena de una vida y de una nobleza que había una vez compartido con él, Ginebra había abrigado el pensamiento de que aquello era posible. De que el futuro no podía brindarle nada mejor que la compañía de un pobre hombre que vivía solamente para luchar por causas en las que ya no creía. Un hombre que ahora se detestaba a sí mismo al darse cuenta de la verdad. Había sido un sueño bonito, una revelación mágica, un juego de la providencia excepcional. Pero ya era hora de acabarlo todo, por lo poco que le quedaba a ella por darse cuenta.
Lo había sabido desde el primer momento en que la había visto, Gwen estaba llamada a grandes cosas. Era su valentía monumental que parecía más bien determinación divina lo que la diferenciaba de otras mujeres a las que había conocido. Era ella la que en cada gota de su sangre de sirvienta, hija de herrero, poseía aquel magnífico don de darle significado a las cosas más pequeñas de la vida, repartir sabiduría y sonreír al más necesitado. En su corazón no había más que una sola cosa. El destino que la había seleccionado para ser reina.
Ella era todo lo que él quería. Y por eso era todo lo que le importaba. ¿Qué futuro podía brindarle él? Ella era pura, ella lo había rescatado de las sombras, le había recuperado los sueños, le había recordado quién era y en verdad qué era lo que quería hacer. Le había convencido de querer cambiar el mundo. Y eso era lo que haría. Él, un pobre vagabundo sin hogar, con el amor más grande en el corazón. Y lo haría por ella. Crearía un universo donde ella pudiera ser feliz con lo que en verdad se merecía, crearía una Camelot donde una doncella pudiese llegar a ser reina, donde la justicia y la paz reconociese que la nobleza está en el corazón y no en la sangre. La vería crecer a lo lejos, la vería conseguir metas insospechadas, cumplir sueños de la infancia, la vería convertirse en una princesa, en una hada madrina. La vería ser feliz, con todas las necesidades que él no podía brindarle satisfechas. La vería entre los brazos de otro hombre, pero valdría la pena, porque en su mente siempre sería Ginebra. Siempre sería su musa, como un agradable fantasma perdido entre las neblinas de su mente, con su risa cantarina, sus promesas de amor susurradas y siempre la petición constante de que no olvidase sus sueños.
Lancelot se adentró en las sombras una vez más, creyendo que no la volvería a ver, deseándola al joven Pendragón toda la suerte del mundo. Se fue porque ella le había dado una razón para vivir, y no quería, ni por mucho, tener que perderla.