25. Labios.

May 21, 2012 16:16

Comunidad/Reto: 30vicios
Tabla: 30 Vicios.
Tema: 25. Labios.
Fandom: Good Omens.
Claim: Aziraphale/Crowley


25. Labios.

En la terraza del restaurante en el que Crowley ha elegido desayunar esta vez, comparte una mesa con Aziraphale. Es una mañana templada con un agradable sol, jilgueros que cantan y el ambiente huele a café y a scons recién horneados.

Sobre la mesita de jardín, hay un cheesecake. De zarzamora, obviamente, y también un té Chai. Éste es el desayuno de Aziraphale. La rebanada es tan grande que es casi obscena, y Crowley confirma que la gula de Aziraphale para nada es un pecado a los ojos de Dios.

El demonio bebe un sorbo de naranjada con agua mineral. Toma un bocado de su ensalada César preguntándose si deberá pedir un pedazo para él también. Porque Aziraphale se deshace de dicha mientras come su rebanada, con su cucharita minúscula gay atacando elegantemente y terminando su labor de comensal.

Es una pequeña pieza plateada que brilla demasiado perfecto. Y todas las veces que el ángel la hunde en la mermelada de zarzamora manchándola, Crowley se preocupa y piensa que podría perder su brillo sobrenatural.

Pero de verdad que no ocurre nada y desecha ese miedo de inmediato. Porque ha observado atentamente la diligente manera con la que Aziraphale la limpia con sus labios muy elegantemente y sin demorarse en lo mas mínimo. Lo hace presionando suavemente los labios alrededor de la cuchara, y en sus mejillas se dibujan esos pequeños hoyuelos terriblemente ridículos y encantadores .

El ángel hace una pequeña pausa y bebe un poco de té, deteniéndose un segundo para olerlo e inclinarlo con reverencia. Lo hace con los ojos suavemente cerrados, y Crowley recuerda que en el Edén Aziraphale hacía ese mismo gesto al oler aquellas flores rojísimas que tanto le gustaban.

Crowley recuerda que Aziraphale ha cambiado. Relativamente, pero lo ha hecho. Pues se puso adorablemente gordito y ahora se hace manicura. Usa lentes a pesar de que no los necesita sólo porque le hacen “bien” y ahora tiene siempre esa curiosa expresión que le hace fruncir el ceño, como si estuviera pensando en exceso y quizá es así. Porque los humanos son tantos ahora que el trabajo no solo se ha duplicado, sino centuplicado y más. En ese aspecto Crowley lo entiende muy bien.

Aziraphale limpia la comisura de sus labios con una servilleta, nota una pequeña arruga cerca de sus labios. Crowley sabe que a que se debe y lo ama. Sabe que Aziraphale usa sus labios demasiado ahora pues le besa, el cuello, los dedos, los muslos y las palmas.

El ángel también muerde y debe descubrir sus caninos para ello. Lo ha hecho tantas veces durante tanto tiempo que ahí esta frente a él la prueba máxima del hecho, sobre su piel inmortal que tiene milenios y aún los tendrá. Pues Crowley y Aziraphale han sido desde el inicio de los tiempos, y lo serán para el resto de la eternidad.

En este punto, Aziraphale lo mira directo a la cara y tiene una leve interrogante. Luce divino con su taza de té entre las manos y sus lentes de montura ridícula dorada. También tiene una sonrisa ligera que le invita a decirle lo que sea que este pensando.

Para sorpresa del ángel, Crowley le sostiene la mirada tras sus gafas negras y hay un destello en sus ojos amarillos curiosos. Tiene una sonrisa seductora del tipo torcida casual que le hace lucir irritantemente atractivo.

Crowley suelta un bufido divertido y hace un ademán de darle un beso a la distancia. Un veloz movimiento que incluso sonó levemente  con la vibración correcta que viaja por el espacio entre ambos y cosquillea en la mejilla izquierda de Aziraphale.

-¿Qué ha sido eso, querido?-

-Una tentativa.-

-Algo así como un coqueteo ¿No es así?-

-Relativamente.-

Crowley chasquea los dedos y desea la cuchara gay de Aziraphale en sus manos. Toma una pequeña porción de Cheesecake y come dejando algo de mermelada en el metal del cubierto. Ha comenzado a delinear los labios del ángel de mermelada morada que huele muy dulce.

-Eres un raro, Crowley.-

-Y tú un lindo, ángel.-

Aziraphale mantiene sus labios entreabiertos y deja que el demonio y juegue con la mermelada en sus labios.
Que Crowley juegue a meter y sacar lentamente la cuchara de su boca… Y Crowley sabe que es un jodido pervertido enamorado de un ángel totalmente angelical, que es un perverso también.
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Bueno, no sé. He estado muy ocupada en la escuela y con las labores fuera de ella. Ésto me ha tomado un poco de tiempo, pero obvio que no voy a parar de escribirlo jamás.

Me quedan pocos vicios, y creo que son los mas difíciles (para mi) de la tabla. Debo ir con tiento y ser adecuada, de eso no hay duda.

Los labios del ángel son etéreos pero mutan. Tiene algunas arrugas  y Crowley sabe que se debe a la intensa gesticulación que han venido a tener en estos últimos siglos.

Además de los postres que exigen mover la mandíbula, obviamente.

:3

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