08. Calor.
Comunidad/Reto: 30vicios
Tabla: 30 Vicios.
Tema: 08. Calor.
Fandom: Good Omens.
Claim: Aziraphale/Crowley.
08. Calor.
Crowley sabe que el infierno es frío. Y cada círculo es mas frío que el anterior y así hasta llegar al final, que es el Cocito.
Esta particularidad, da un resultado perturbador. Pues conforme la temperatura desciende, el círculo anterior lo recuerdas más caliente y hasta calcinador. Crowley piensa que quizá es por eso que los humanos tienen la arraigada idea de que el infierno arde y es de fuego todo completamente.
Evidentemente, Crowley no siente calor aquí. Pero desearía que la oficina de Belcebú estuviera tres o cuatro círculos antes para poderse calcinar en un frío menos intenso que éste. Crowley levanta el cuello de su abrigo, tontamente, y Belcebú lo ha notado.
-Debezzzzz irzzte. Yzzzz llévate tu pluma zzzzzz. Dizzfrutala, pedazzzzo de imbécil. -
El infierno es encantador y Belcebú le ha obsequiado una pluma que dice Crawly en rojo y latín. Crowley estira los labios en una sonrisa nerviosa, tomando la pluma del escritorio con solo dos dedos. Sosteniéndola como si esta lo fuera a ensuciar y apestara a diablos.
-Gracias, es fantástica y… Bueno, gracias.- La ha envuelto en un pañuelo, guardándola en el bolsillo izquierdo externo del abrigo y ya no va a meter la mano ahí. -Por cierto ¿Puedo usar tu radio?-
-Lo que zzzzsea zzz - Bel da un manotazo y gira una pequeña radio café antiquísima. No esta conectada y sin embargo, la luz de encendido esta en rojo y hay estática en el aparato.
Crowley parpadea y viaja sobre la frecuencia de radio a una velocidad que le parece ridículamente lenta. Tuerce a la izquierda 500 veces y luego a la derecha 406. Sigue de frente y está ahora sobre el mostrador de madera de Aziraphale.
El ángel lo mira tras sus lentes de montura dorada y con sus ojos de color azul. Crowley tiene las piernas cruzadas quizá demasiado sensual y le pone la pluma que dice Crawly en las manos.
-Te traje un obsequio, ángel.-
-Un detalle formidable, querido. - Aziraphale la coloca sobre la mesa y casualmente la deja rodar y caer. Cierra su libro, aprieta amistosamente la rodilla de Crowley.
Son las tres de la mañana y nieva en el exterior. Crowley de repente se siente incómodo y quiere desesperadamente viajar al sur.
Aziraphale duda un momento antes de deslizar una mano hacia adentro del abrigo del demonio y tocar su estómago sobre el traje negro. Está frío y su piel arde con tan baja temperatura.
Comienza a desabotonar el abrigo de Crowley, deslizándolo por sus hombros. Un golpe frío escapa de sus ropas, a punto de escarcharle las pestañas.
-La oficina de Belcebú. ¿No es así?- Crowley se encoje de hombros como única respuesta. -Oh, bien, entonces.-
Y lo besa. Sosteniendo sus pómulos perfectos y fríos entre sus manos. Las palmas de Aziraphale son cálidas, suaves y huelen al té que ha estado bebiendo desde esta mañana. De manzanilla con miel, le dice su boca. Miel de la Toscana, de la que a Crowley le gusta tanto.
De pronto todo el frío ha abandonado su cuerpo , ya no hay cubitos de huelo en sus pulmones ni icebergs en su estómago.
Todo su ser es caliente y el sol inunda todo su sistema circulatorio. Sus venas con tibias y la miel de la Toscana cubre su lengua.
Aziraphale es cálido. Tan cálido como Crowley recuerda que lo era el Sol del Edén.
Cuando se separan, el ángel besa su frente. Un beso casto con labios suaves que lo son todo en el mundo del demonio.
-Traeré el té y la miel, querido.-
-… Y un bizcocho…- Murmura.
-Y un bizcocho también.-
Entonces, mientras Aziraphale desaparece por la puerta y corre hacia la cocina, Crowley ya no tiene la apremiante necesidad de ir al sur. Porque el Sol más cálido vive en esta tienda vieja en el Soho y es todo para él…
Porque el Sol está tan cerca de él ahora mismo, que siente su calor intenso quemarle sin querer. Desea sentirlo dentro de él ahora mismo sin perder ya más tiempo en coqueteos, tentativas, ni juegos con la lengua.
Crowley corre hacia la cocina. Pues en su interior, arde intenso por Aziraphale.
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Estas ideas se me escapan del tema central. Es como una yuxtaposición, entre el frío quemante y el calor agradable de Aziraphale. ¡Él es un ángel! Debe estar entre sus dotes angelicales mantener un aura cálida a su alrededor. Crowley era la serpiente del Edén y pienso que es propio que no le guste el frío para nada.
El pelo de Aziraphale es desordenado y parece una tormenta solar. Puede parecer un poco desaliñado, pero para mí él es el escape idóneo de Crowley.
Todos esos son mis head canons.
Ahora, sobre el viaje de Crowley desde el infierno hacia la librería de Aziraphale: Él viaja en la frecuencia de radio y va muy rápido. Es una habilidad demoníaca y etc. Belcebú no hace trabajo de oficina en el infierno. Por eso está molesto y le da una pluma fea de incentivo por sus malas acciones.
Voy a volverme a plantear mis ideas antes de escribir. Pero este es especial para mí misma... Me hace feliz ~
Tabla: 30 Vicios.
Tema: 08. Calor.
Fandom: Good Omens.
Claim: Aziraphale/Crowley.
08. Calor.
Crowley sabe que el infierno es frío. Y cada círculo es mas frío que el anterior y así hasta llegar al final, que es el Cocito.
Esta particularidad, da un resultado perturbador. Pues conforme la temperatura desciende, el círculo anterior lo recuerdas más caliente y hasta calcinador. Crowley piensa que quizá es por eso que los humanos tienen la arraigada idea de que el infierno arde y es de fuego todo completamente.
Evidentemente, Crowley no siente calor aquí. Pero desearía que la oficina de Belcebú estuviera tres o cuatro círculos antes para poderse calcinar en un frío menos intenso que éste. Crowley levanta el cuello de su abrigo, tontamente, y Belcebú lo ha notado.
-Debezzzzz irzzte. Yzzzz llévate tu pluma zzzzzz. Dizzfrutala, pedazzzzo de imbécil. -
El infierno es encantador y Belcebú le ha obsequiado una pluma que dice Crawly en rojo y latín. Crowley estira los labios en una sonrisa nerviosa, tomando la pluma del escritorio con solo dos dedos. Sosteniéndola como si esta lo fuera a ensuciar y apestara a diablos.
-Gracias, es fantástica y… Bueno, gracias.- La ha envuelto en un pañuelo, guardándola en el bolsillo izquierdo externo del abrigo y ya no va a meter la mano ahí. -Por cierto ¿Puedo usar tu radio?-
-Lo que zzzzsea zzz - Bel da un manotazo y gira una pequeña radio café antiquísima. No esta conectada y sin embargo, la luz de encendido esta en rojo y hay estática en el aparato.
Crowley parpadea y viaja sobre la frecuencia de radio a una velocidad que le parece ridículamente lenta. Tuerce a la izquierda 500 veces y luego a la derecha 406. Sigue de frente y está ahora sobre el mostrador de madera de Aziraphale.
El ángel lo mira tras sus lentes de montura dorada y con sus ojos de color azul. Crowley tiene las piernas cruzadas quizá demasiado sensual y le pone la pluma que dice Crawly en las manos.
-Te traje un obsequio, ángel.-
-Un detalle formidable, querido. - Aziraphale la coloca sobre la mesa y casualmente la deja rodar y caer. Cierra su libro, aprieta amistosamente la rodilla de Crowley.
Son las tres de la mañana y nieva en el exterior. Crowley de repente se siente incómodo y quiere desesperadamente viajar al sur.
Aziraphale duda un momento antes de deslizar una mano hacia adentro del abrigo del demonio y tocar su estómago sobre el traje negro. Está frío y su piel arde con tan baja temperatura.
Comienza a desabotonar el abrigo de Crowley, deslizándolo por sus hombros. Un golpe frío escapa de sus ropas, a punto de escarcharle las pestañas.
-La oficina de Belcebú. ¿No es así?- Crowley se encoje de hombros como única respuesta. -Oh, bien, entonces.-
Y lo besa. Sosteniendo sus pómulos perfectos y fríos entre sus manos. Las palmas de Aziraphale son cálidas, suaves y huelen al té que ha estado bebiendo desde esta mañana. De manzanilla con miel, le dice su boca. Miel de la Toscana, de la que a Crowley le gusta tanto.
De pronto todo el frío ha abandonado su cuerpo , ya no hay cubitos de huelo en sus pulmones ni icebergs en su estómago.
Todo su ser es caliente y el sol inunda todo su sistema circulatorio. Sus venas con tibias y la miel de la Toscana cubre su lengua.
Aziraphale es cálido. Tan cálido como Crowley recuerda que lo era el Sol del Edén.
Cuando se separan, el ángel besa su frente. Un beso casto con labios suaves que lo son todo en el mundo del demonio.
-Traeré el té y la miel, querido.-
-… Y un bizcocho…- Murmura.
-Y un bizcocho también.-
Entonces, mientras Aziraphale desaparece por la puerta y corre hacia la cocina, Crowley ya no tiene la apremiante necesidad de ir al sur. Porque el Sol más cálido vive en esta tienda vieja en el Soho y es todo para él…
Porque el Sol está tan cerca de él ahora mismo, que siente su calor intenso quemarle sin querer. Desea sentirlo dentro de él ahora mismo sin perder ya más tiempo en coqueteos, tentativas, ni juegos con la lengua.
Crowley corre hacia la cocina. Pues en su interior, arde intenso por Aziraphale.
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Estas ideas se me escapan del tema central. Es como una yuxtaposición, entre el frío quemante y el calor agradable de Aziraphale. ¡Él es un ángel! Debe estar entre sus dotes angelicales mantener un aura cálida a su alrededor. Crowley era la serpiente del Edén y pienso que es propio que no le guste el frío para nada.
El pelo de Aziraphale es desordenado y parece una tormenta solar. Puede parecer un poco desaliñado, pero para mí él es el escape idóneo de Crowley.
Todos esos son mis head canons.
Ahora, sobre el viaje de Crowley desde el infierno hacia la librería de Aziraphale: Él viaja en la frecuencia de radio y va muy rápido. Es una habilidad demoníaca y etc. Belcebú no hace trabajo de oficina en el infierno. Por eso está molesto y le da una pluma fea de incentivo por sus malas acciones.
Voy a volverme a plantear mis ideas antes de escribir. Pero este es especial para mí misma... Me hace feliz ~